Dhalia Grimmelson: 2/2

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¡Les estoy diciendo que yo soy su hija, idiotas! ¡Yo soy Kiria Grimmelson!

Esas palabras atravesaron como una flecha a la rubia. Ella tenía una media hermana y pudo haberse alegrado un poco por la noticia. Pero no fue así, basto con ver la mirada de su padre en cuanto escucho el nombre de la pelinegra; Una mirada llena de añoranza, tristeza, amor y...cariño. Grimmel jamás le había mirado de esa forma.

—Le romperé la mano por entrar así.

Dhalia estuvo por salir, cuando su padre la jalo de regreso. —Quiero que te vayas y cierres ese trato...no regreses hasta que esté hecho ¿Entiendes?— Sin más, Grimmel dejo a su hija en la oscuridad de su oficina. Antes de irse, Dhalia fue testigo de un momento que nunca espero que la marcará de por vida; Su padre había abrazado a Kiria...Dhalia nunca pudo sentir algo así.

Desde ese momento, Grimmel decidió mantener alejadas a las dos hermanas. ¿La razón? Finalmente había regresado a él la pequeña pizca de orgullo y cariño de su pasado. El pasado hermoso antes de engendrar a su segunda hija.
Kiria era el recuerdo de su vida honrada y perfecta...Dhalia había Sido un error. Funcional, pero seguía siendo parte de su despecho a la perdida de su familia.

Claro, Dhalia no sabía eso.
Pero no podía evitar sentir que había algo más en la constante lejanía que si padre le daba. Cada vez que le daban una nueva tarea...era más lejos y así una tras otra.

Estaba cansada.

Una tarde de invierno, Dhalia se encontraba llegando a la base de los cazadores.
Pensaba que finalmente tendría un momento a solas con su padre, pero no fue así, pues la silla de Esköl estaba fuera de la oficina de su padre.
Ahí, Dhalia pudo escuchar a través de las paredes cómo su padre le encomendaba a Kiria la misión que Dhalia tanto había anhelado desde que Grimmel le contó de su desgracia permetua...Kiria iría a Berk y mataría al heredero de Estoico el Basto.

Antes que la pelinegra saliera a su misión, Dhalia se oculto en las sombras y espero hasta que el furia nocturna emprendiera el vuelo. Estaba furiosa. Estaba más que eso.
Irrumpió con fuerza los apocentos de su padre y no dudo en lanzarle uno de sus cuchillos; rozando el rostro del hombre y clavándose en uno de los pilares.

—¡¿Por qué!? ¿¡Por qué le diste esa misión a esa bastarda...!? ¡Yo merecía acabar con ese idiota!—

Grimmel con mucha tranquilidad, retiró el cuchillo de la madera y lo lanzó a su chimenea antes de ver a la menor de sus hijas. —Odio que me espíes como una vil rata...¿Lo sabes?—

—¡Eso no me importa! ¡Estoy harta de ser tu mandadera! ¡¿Que tiene ella que yo no!?—

Exhausto del drama provocado por ella, Grimmel la sujeto de sus hombros para arrinconarla. —Más te vale que bajes ese tono...¿Que qué tiene ella que tú no?... nada. Ambas son diferentes...y necesito a mis dos hijas para hacer los dos golpes finales...y que la historia recuerde a los Grimmelson por cientos de años—
El mayor soltó a su hija para poder caminar hasta la larga mesa y extender ahí un viejo pergamino.

—Después de haber dejado mi hogar, escuché Miles de historia acerca de un mundo...un mundo donde el hombre no existe. Este maravilloso oasis es el hogar de todos los dragones, los ancianos lo llaman: El mundo oculto...
Dónde las especies más exóticas de estos animales viven...es la joya de cualquier cazador. Es la joya que completaría mi corona cómo el mejor cazador de todos los tiempos— Una sonrisa maquiavélica se dibujo en sus labios. —No puedo irme de este lugar...y Kiria tiene una misión. Solo hay una persona en este mundo a quien le confiaría está misión— En eso, los ojos fríos de Grimmel observaron a su hija.

—¿Yo...? Padre...¿Me estás diciendo que y...yo?

—Si, Dhalia... tú y nadie más que tú puedes encontrar al ser que nos llevará a este oasis de riqueza— Grimmel saco otro pergamino y se lo entrego a su hija, quién rápidamente lo abrió. —La Furia Luminosa. Varios han visto que su habilidad le permite abrir alguna clase de puerta a este lugar...nadie la ha podido encontrar. Pero no son tu, tienes en la sangre mis genes y mi herencia. Haz demostrado grandes capacidades...¿Aceptarás?—

—¡Lo haré padre, te traeré a ese dragón y juntos haremos que el mundo recuerde quienes son los Grimmelson!— Esa noche, Dhalia partió junto a su escuadrón para emprender la búsqueda de sus vidas.

Una búsqueda que perduró por largos meses.
Grimmel no se había equivocado, Dhalia fue la única persona en ese mundo quien pudo hacer lo que ningún otro cazador pudo: Capturar a la furia luminosa.

Por meses de aislamiento, Dhalia estudio los movimientos del dragón, uno a uno. Ella tenía un plan que estaba segura que funcionaria.

Después de un largo tiempo, la menor de las hermanas había regresado a su hogar con la llave del cofre de tesoros.
Dhalia estaba lista para que su padre se diera cuenta que ella era mejor que su hermana...¿Y que encontró?

Nada.

No había nada...la base estaba abandonada, destruida y la muerte era lo único que había.

¿Dónde estaba Grimmel?

Dhalia no entendía nada de lo que había pasado y quería respuestas.
Uno de los soldados de Grimmel había llegado junto al resto de sobrevivientes en la guerra de Berk.
Dhalia los apreso y exigió saber todo lo que había pasado.

—“¡Ella...ella mato al jefe! ¡Kiria asesino a Grimmel! ¡Nos traicionó!"—

Con las palabras de un soldado agotado, Dhalia sintió como su mundo caía a pedazos...su hogar siempre fue con su padre.
Cuando los demás cazadores le informaron que su hermana había muerto, Dhalia no quedo satisfecha.

Y es que ella jamás se equivocaba, pocos meses después de la guerra, la ahora líder de los cazadores había Sido informada que los Verserker tendrían a una nueva reina. Era nada más y nada menos que Kiria, Kiria Grimmelson.
Además de ello, también supo del estado en que su hermana mayor se encontraba: No sabía quién era.

Eso hizo aún más a la rubia. Pero Dhalia que recordaría quien era...le haría recordar el día que destruyó todo para ella.

En el presente...

—¡Señora!

Dhalia se encontraba frente a la chimenea de su oficina cuando uno de sus hombres irrumpió en esta.

—Más te vale que valga la pena.

—La dragón...la furia Luminosa...está con los furias nocturna— La mirada celeste de ella se dilató al escuchar esas palabras. Todo marchaba perfectamente.

—Siganlos...haremos que Chimuelo y Esköl...sean quienes lleven a su especie a su extinción.— Sin más, el hombre salió de la oficina y Dhalia arrojó su cuchillo hasta el pergamino que colgaba en su mástil.. —Padre...muy pronto tendremos lo que tanto anhelamos. El mundo oculto...será todo nuestro—

Vuelve a ser mía..🍂Parte II De "Me he vuelto a enamorar..Pero ¿Por qué de tí?🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora