Vuelve a ser mía..🍂Parte II De "Me he vuelto a enamorar..Pero ¿Por qué de tí?🍂

A TRAVÉS DEL FUEGO: ESPEJISMO.

Sus ojos no podían dar cuenta de lo que habían visto, Kiria no quería aceptar la verdad o lo que fuera que fuese lo que había visto. Podría ser un espejismo, pero eso no importaba ya, su cuerpo estaba lleno de una ira que no sabía que había estado conteniendo.

—¡¿Papá!? —llamó y me baje de Esköl sin pensarlo, sin antes empuñar una cuchilla. Aquella figura, cubierta por una capa oscura comenzó a correr en el interior de las llamas ardientes que cubrían el bosque—¡Espera, no puedes irte!

En un parpadeó, una fuerte punzada sacudió mi cabeza, pero fue un dolor fugaz que desapareció cuando escuché: Ven por mí

«Esa voz...es» —¡Grimel! —corrí detrás de él, los gruñidos de Esköl no eran capaces de detenerme. En esos momentos yo era una tormenta de emociones, por un lado estaba aquella Kiria decepcionada y desesperada por saber el porqué su padre la había traicionado como él lo había hecho, pero otro lado estaba la mujer que deseaba degollar a aquel hombre por todo lo que había hecho: por haber lastimado a su madre, por haber lastimado a sus amigos y por haber destruido su vida.

—¡Sigues siendo tan idiota como siempre, Kiria!
Ni siquiera pudiste hacer una simple tarea como asesinar al hijo de Estoico.

—¡Te he dicho que vengas! —levantó y apuntó con el arco que colgaba en su espalda a la figura que se alejaba por las llamas—Maldición —el humo y el calor eran una mezcla que había logrado marear a la azabache, pero aquella tormenta de sentimientos era suficiente para mantenerla de pie. Arrojó su arco al piso junto a la capa que la acompañaba—Sal de aquí Esköl, ve y busca a los otros...ese idiota es mío y de nadie más

El rugido del dragón fue ahogado con el sonido de varios árboles cayendo debido al fuego. Esköl, para evitar las flamas, se levantó en vuelo y observó a su jinete adentrarse en el fuego.

Todos y cada uno de sus recuerdos junto al hombre que solía llamar "padre" llegaron a su mente, más vivos que nunca y fueron cada uno de ellos los que avivaron la furia de la Grimmelson hacía su padre. 

En un alzamiento del fuego, entre sus flamas vio a la figura encapuchada, a su padre sonreírle por debajo de la capucha. Kiria corrió con todas sus fuerzas, cubriendo su boca y nariz con su mano izquierda y atravesó en una única oportunidad el fuego, entrando en un círculo de esté dónde solo se encontraban ella y su padre.

—Tú... —descubrió la parte baja de su rostro—deberías estar muerto...¡Yo acabe contigo!.

Él no dijo nada, solo fue acercándose con paso acechante hacía ella. 

—Pero...si lo hice una vez —Kiria levantó a la altura de su rostro su cuchilla—¡Lo haré de nuevo! —corrió en su dirección y cuando estuvo por apuñalarlo, el contrario arremetió contra ella con un golpe certero en su mano, lo que provocó que la cuchilla saliera volando y que un intento de sometimiento fallará cuando Kiria golpeó las costillas de su padre—Lo haremos cómo quieras...de todas formas morirás de nuevo. 

Golpes y patadas eran lanzadas uno contra el otro, pequeñas gotas de sangre salpicaban la tierra en cada movimiento. Pese a que la pelinegra lanzaba sus golpes con todo el rencor que habitaba en su cuerpo, había algo diferente en esa pelea, algo que se había percatado al analizar después de un rato los movimientos de su contrincante. 

Recordaba, cómo si hubiera sido el día de ayer, las veces en las que entrenaba con su padre. De sol a sol y de luna en luna si era necesario. De acuerdo con él, Kiria debía ser capaz de conocer todos o la mayoría de los estilos de batalla si quería cumplir su objetivo -asesinar a Hiccup Haddock-, no solo los que dependían de portar alguna arma o de su dragón, sino de aquellos que ocupaban los puños. Había aprendido cada movimiento de Grimmel, sabía cómo se movía al golpear, al someter y al esquivar, pero en esa ocasión, no parecía estar peleando con su padre.