Capítulo 12: Cowells goberment

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                        "Cowells Goberment"

Mundo moderno.

El hecho de que Simon fuera una persona tan importante dentro de el gobierno le daba miedo a Harry, de ser unos años atrás las cosas hubieran sido más fáciles. Simon cuando ganó el puesto en el que estaba actualmente seguía siendo un engreído de mierda. Pero al menos estaba tan ocupado pensando en que ya era importante como para darle importancia a lo importante. Harry.

Ahora ya las cosas son diferentes Simon no tiene más cosas que hacer que encargarse de el  crecimiento de Harry, de la carrera de Harry y de Harry en sí.

¿Han escuchado cuando las personas dicen "no escuches a tu cerebro y sigue tu corazón"? Harry era demasiado bipolar. En su caso era no escuches tu corazón, sigue a Simon. Y ¡Dios! como odiaba seguir a Simon, entre todas las personas del universo debía tocarle Simon, un hipócrita, irrespetuoso, homofóbico gusano lleno de pelos en la cara.

Lo odiaba, lo odiaba demasiado y odiaba fingir que lo quería, que le tenía respeto, que sentía alguna pizca de empatía, porque realmente no la hay. No hay nada.

Harry se encontraba camino a el edificio "Cowells Goberment". Era monstruoso, lo mismo que tenían los del gobierno de poder se reflejaba en  la arquitectura de fuera. Harry no sabía cuantas plantas tenía exactamente pero recordó haberse subido en el elevador y ver la innecesaria cantidad de botones de este.

Harry entra por las grandes puertas del lugar, viendo los grandes ventanales y respirando el olor a papeles impresos mezclado con el aire acondicionado, era un extraño aroma. Pero sería exactamente como lo describiría.

Se acerca a la señorita detrás de el escritorio, Harry la miro de lejos y no recuerda haberla visto antes allí, la chica se encontraba atendiendo y cerrando una y otra vez el teléfono.

El teléfono sonaba —Hola, secretaria de Cowells Goberment. No está disponible, pase un buen día— y cerraba el teléfono.

Harry se acercó a ella con el ceño fruncido ya que la chica masticaba chicle muy desagradablemente —amm hola—

La chica hizo caso omiso y sin mirar a Harry aún siguió tomando las llamadas —Hola, secretaria de Cowells Goberment. No está disponible, pase un buen día—

Harry carraspeó —Parece sencillo trabajar aquí— Dijo por lo bajo.

La chica frunció el ceño y por primera vez dirigió su mirada hacia Harry, abriendo los ojos como platos y su boca al mismo tiempo, el teléfono seguía sonando una y otra vez, la chica ignoraba el timbre. Quedó paralizada.

Harry ya sabía que reaccionaría así, está acostumbrado. Soltó una risita y se inclinó por encima del escritorio para tomar el teléfono —Hola, secretaría de Cowells Goberment. No está disponible, pase un muy buen día— Harry dijo guiñando un ojo hacia la chica.

—E-eres Harry Styles— la chica apunto a Harry con su dedo.

—El mismo— Harry sonrío mostrando sus oyuelos.

la chica rodó los ojos y se desmayó. En la silla. En el trabajo.

Harry rodo sus ojos, bufo y levantó sus hombros, no era la primera vez que le pasaba. Se volvió a inclinar sobre el escritorio para ver el horario de Simon y realmente no había nada de nada. Extraño. Sarcásticamente claro.

Realmente es lo normal, Harry sabía que él nunca hacía nada.

Se dirigió al elevador y dudo un poco antes de presionar el botón número 15. Ahí estaba la oficina de Simon. Veía los números en la pantalla pasar, y decidió cerrar sus ojos y respirar profundo, le incomodaba mucho estar cerca de Simon y fingir respeto, pero era uno de esos momentos en los que Harry tenía que ponerse duro. Actuar como un hombre.

Las puertas se abrieron y fue cundo sintió escalofríos. Realmente él no era así, no era malvado, no tenia el carácter y ego tan grande, pero para estar tanto tiempo bajo la autoridad de ese señor. Era algo que le salía casi natural.

Bueno. Sólo cuando Simon lo veía.

Termino de caminar hasta el final del pasillo y subió su mano para tocar la puerta.

—Pase— Simon dijo desde el otro lado.

Harry abrió la puerta y Simon se espantó al ver a Harry bajando sus pies de su escritorio y apagando la televisión con rapidez.

Harry estaba un 99.9% seguro de que estaba viendo Bob esponja. Logró escuchar la voz de Calamardo.

—¡Oh! Harry, pasa hijo, siéntate— Harry cerró la puerta tras haber pasado.

—Hola— Harry se sentó en una de las sillas que estaban frente al escritorio de Simon.

—¿Como has estado? ¿Como te ha ido en la tutoría del otro mundo?— Harry sabía que solo fingía interés, realmente le daba igual lo que pasara allá o como la estaba pasando. Simon solo quería que Harry cumpliera con el estupido contrato y que esos 9 meses pasaran rápido.

Porque sin Harry en el mundo moderno, eran como vacaciones para Simon.

—De hecho de eso quería hablar— Harry casi empezaba a jugar con sus dedos, cuando recordó que estaba frente a Simon, así que sacudió su cabeza —quiero  saber si hay algo que se pueda hacer, no quiero volver allá, me equivoqué—

Simon lo veía con el ceño fruncido y cuando Harry lo vio, él solo negó con la cabeza —¿Cuántas veces lo tendré que decir?—

—Lo sé, pero me habías dicho "por el momento" que no se podía hacer nada— Harry hizo comillas con sus dedos.

Simon bufo —Pues ahora ni por el momento y nunca, tienes que cumplir. Es tu responsabilidad y firmaste un contrato sin antes leerlo, ahora cumple las consecuencias—

Harry sentía su estómago revolverse ¿De verdad tendrá que volver allí?

9 meses... pensó.

—Pe-pero... yo pensé que tú harías algo, que no querías perder la gira así por así—

—No perdimos la gira, solo la atrasamos Harry. El tiempo que no estes con el campesino dedícalo a escribir canciones, haber si vas haciendo algo productivo— Simon sonrío.

Al menos había una pequeña buena noticia. La gira no se perdió.

Harry se paró de golpe de la silla y se despidió de Simón con un gesto.

—¡Ah! Y Harry— Harry se dio la vuelta.

—Tu mamá... está peor—

Harry no pudo escuchar más, salió de la oficina caminando rápido, sintiendo su corazón acelerarse.

Harry estaba en malos ámbitos con su madre Anne, desde que su papá murió, solo han sido, su mamá, su hermana Gemma y él.

Anne le discutía mucho. la verdad bastante. Porque casi Harry no los iba a visitar, porque su madre se enteraba primero de las cosas por las noticias y no por Harry, porque nunca la lleva a los conciertos, porque Harry se emborracha demasiado para tener 18, porque creía que Harry ya no la quería. Harry se agobiaba tanto de las peleas que optaba por no  verlas.

Pero ahora su mamá tenía cancer. Su mamá estaba muriendo.

Al llegar al elevador y este abrirse segundo después, entró sin darse cuenta que había alguien saliendo de este.

—¡Oh hola Harry!—

—Shawn— a Harry se le salió una lagrima.

Shawn frunció el ceño —¿Estas bien amigo?

Harry negó con la cabeza, limpio la lagrima y se metió en el elevador.

Las puertas se cerraron.

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