»✦Ha llegado la graduación, y con ella el último gran baile, la última gran reunión y posteriormente, la gran despedida.
»✦Hay que aprovechar hasta el último segundo para sacar a la luz aquello que se mantuvo oculto en lo más profundo por los último...
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Ya era la graduación de 3 año de la clase A, todo el evento fue creado por Todoroki y Yaoyorozu, -Todo estudiante se encontraba a espera de aquel baile porque no solo se refería al término de su vida escolar si no que al mismo tiempo el inicio del heroísmo profesional ya conocido
Al mismo tiempo había un montón de preparaciones que terminar antes de la celebración, en las cuales todos decidieron aportar: decoraciones, cóctel, sus trajes para el gran baile, y en especial, un asunto que, desde que se anunció el evento, estaba causando problemas. Invitar a alguien al baile.
La noche previa fue un agotador esfuerzo realizado entre todos los miembros de la clase para que todo resultara del modo en que todos esperaba, y para ese momento, la mayoría de los presentes ya tenía un acompañante para el baile, entre miembros de las distintas clases tuvieron el valor para acabar en la fiesta, pero hasta esa noche, un particular dúo de caballeros aún no conseguían algún acompañante
Todoroki se le quedaba viendo a su par de amigos en el sillón, demasiado pensativos, se habían ganado ese título con los años-
Todoroki: Midoriya, Bakugou ¿pasa algo?, los veo algo intranquilos desde hace unas semanas
-de lo que no se percataba aquel bicolor es que aquellos chicos eran los que no reunían el valor o por su mismo ego no habían conseguido pareja o no se lo habían propuesto a aquellas chicas que tenían en mente desde que fue informado el llevar una pareja a aquel baile-
Una vez dicho esa pregunta el chico de ojos aceitunados volteo lo más rápido que posible para poder contestar aquella pregunta y la hubiesen respondido si no fuera porque aquel chico explosivo solo dio ese típico gesto y sonido que daba al no importarle algo junto con un grito para así irse de aquel lugar
- "Kacchan!" - trató de llamarle inútilmente el peliverde.
Él simplemente no escuchó, o más bien, no quiso escucharle. No tenía ningún interés en compartir sus preocupaciones con ellos dos.
Se negaba a si quiera admitir para sí mismo, que pese a tener el valor de enfrentar a una horda de villanos por su cuenta, no lo tenía para realizar una simple pregunta.
Mientras se alejaba del par de chicos para dirigirse a su habitación, su mirada se desvió ligeramente a aquella chica que era objeto de su actual preocupación: ella estaba charlando, una tanto nerviosa, con Tokoyami Fumikage.
Suspiró desganado, y tratando (más que todo por orgullo) de omitir sus primas emociones mientras pasaba de largo ante la escena, ya tres años después de haberla conocido sentía lejana la oportunidad de entablar una conversación que siquiera pudiese titularse decente con la chica, se limitó a conocerla a la distancia, escuchando y aprendiendo hasta donde creyó adecuado para así admirarla a lo lejos, admitía internamente que le avergonzaba hablarle, pero era muy orgulloso para decirlo.
