»✦Ha llegado la graduación, y con ella el último gran baile, la última gran reunión y posteriormente, la gran despedida.
»✦Hay que aprovechar hasta el último segundo para sacar a la luz aquello que se mantuvo oculto en lo más profundo por los último...
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aquellos pensamientos comenzaron a hervir en su cabeza, quería apartarlos, que se fueran y le dejaran en paz de una vez por todas. En un arrebato de sus emociones, y también a modo desesperado de conseguir algo de tranquilidad, golpeó con su puño cerrado la pared de su habitación en la cual se erigía la puerta. Tras el impacto, logró escuchar un suave "kero" del otro lado de la puerta, y aunque se encontraba molesto, en ese momento se sintió sumamente confundido. Quizás sus oídos lo estaban engañando. Se acercó a la puerta y la abrió despacio, solo para ver allí, a la pequeña figura femenina, con la mano alzada en un intento por golpear la puerta.
-"¿Qué mierda haces aquí?" - interrogó molesto.
-"Uh... Bakugou-chan, ¿Te encuentras bien?" - la preocupación en su tono de voz era genuina, y casi por un segundo, el rubio sintió que su corazón se aceleraba. Sin embargo, no podía permitirlo. No tras lo que había visto -"No es de tu incumbencia. Ahora dime qué demonios quieres y lárgate"- Ella dudó unos segundos. Él estaba siendo demasiado hostil, al menos, más de lo normal. Decidió dejarlo pasar solo por esta vez, debido a que estaba completamente decidida a cumplir con sus deseos. -"Necesito hablar contigo, ¿Puedes?"- Él la observó unos segundos, sin decir absolutamente nada. Bajo su máscara de molestia, no podía evitar sentirse confundido. ¿Qué demonios hacía la chica ahí? Él suponía que estaría con el idiota de Deku para ese momento, y se preguntaba qué había sucedido para tenerla ahora frente a él. -"Que sea breve"- -"¿Puedo pasar? Es muy incómodo hablar en el pasillo"-Él chasqueó la lengua, y se volteó inmediatamente en un intento por ocultar el suave sonrojo de sus mejillas, que surgió ante la idea de tenerla en su habitación. Sabía que debía evitar pensar en ella, pero, ¿Cómo podría? Con un movimiento de su cabeza, la invitó a pasar, para luego cerrar la puerta tras ella. Ella le dio un vistazo a la habitación con una curiosidad bastante intensa, escaneó todo al ser su primera vez allí, pero no perdió de vista su objetivo, menos cuando pudo percibir la decepción en la mirada del chico que se mezclaba con el delicado sonrojo en sus mejillas y su expresión que pretendía hacerle creer que era el Katsuki de siempre.
Ella se había enamorado de lo que había visto detrás, en el cuándo su fachada dejó de servirle, y a pesar de la extraña actitud que siempre aparentaba una gran soberbia y altivez, ella sabía que había más allá y aprendió lentamente a descifrarlo hasta que ya podía entenderlo sin siquiera hablarle.
Eran pequeños detalles que él no notaba, que si los notara, el vínculo que tenían de verdad que hubiese crecido hace mucho.
Él se apoyó en la pared, de brazos cruzados y con sus bellos rubíes apuntando al suelo, se conocían tan bien sin saberlo que cada uno esperaba algo del otro con solo percibirse, una conexión más allá del entendimiento humano que solo ellos y nadie más que ellos podría experimentar.
Pero había una inconfundible tensión en el ambiente, y hasta cierto punto la soportaron, Katsuki comenzó a manifestar un tic y aquella fue la señal
