CAPITULO II

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Después de terminar la conversación con Mel, y ver una y otra vez al chico guapo que atendía en el Starbucks, regrese a casa.

Mel me había pedido que por favor dejara de cortarme, que valía mucho aunque nos acabáramos de conocer, que la vida era buena a pesar de los tropiezos y que las cosas cambiarían a partir de ahora. Al parecer ella tenía razón, los chicos de los locales no solían coquetear conmigo como lo hizo ayer "Mr. Café".

Hoy era un nuevo día, tenia esperanzas de que el cambio iniciara de una vez por todas.

***

Llegue a la escuela aproximadamente a las ocho y media, es decir que había llegado una hora tarde.

Al entrar no me encontré con nadie en los pasillos por que ya todos estaban dentro de los salones. Ya era normal para mi estar sola, así que no me preocupe, me senté cerca de mi casillero, apoye mi torso en la pared y me perdí en la lectura.

Este libro era muy bueno, me hacia sentir identificada, es decir, el libro me entendía a mi y yo entendía todo lo que le pasaba a su protagonista.

Rato después del que estuve leyendo sólo el tiembre de salida. Decidí levantarme ya que saldrían de las puertas de los pasillos corrientes de estudiantes.

La clase a la cual había faltado era Química, y como sabía que Mel se encontraría cerca de ahi me dirigí hacia allá.

Mientras caminaba hacia el salón donde debería estar mi amiga, todo el mundo me miraba extrañado. Los entiendo perfectamente, sí me hubiesen visto ayer... Probablemente ni me habrían notado.

-Kate! -exclamo Mel cuando noto que me acercaba hacia ella.

-Hola amiga -dije al llegar a donde ella se encontraba dándole un abrazo.

No entendía como había pasado esto de Mel y yo, la rara, siendo amigas.

-¿Como estas hoy?, tu me entiendes -dijo reposando ambas manos en mis hombros.

-Estoy bien, el cambio ya se siente -respondí haciendo una media sonrisa.

En realidad lo estaba, estaba feliz de tener una amiga, también estaba feliz de que la gente me notara al caminar por el pasillo y además, para estar aún más feliz, ayer tuve una conversación con mis padres, al parecer nuestra relación había mejorado.

-Me alegro mucho Kate -dijo- ¿cuando volveremos a visitar a tu enamorado?.

-¡¿Qué enamorado?! -pregunte un poco alterada.

-El chico de los cafés -Aclaro mi amiga.

Por un momento pensé que me hablaba de su hermano, hace un tiempo tenía sentimientos hacia el, pero eso nadie lo sabe.

-¿Hoy?¿Mañana?¿Quizás todos los días? -Pregunte y solté una pequeña risa.

-El amor, el amor, el amor -dijo la castaña- hoy estaría bien -aclaro mientras abría su casillero para guardar sus cosas.

En ese momento se acercaba Ashley Brown, era una chica baja que parecía alta gracias a sus tacones de diez metros, tenía cabello largó, rizado y Rubio, ojos color cafe y un cuerpo de modelo.

No sólo recibia "Ashley" de nombre, también le dicen "la popular", "la bruta" o "la fácil de la escuela", pero entiendo perfectamente, no creo que exista un chico en la escuela que no se haya acostado con ella.

Por mala suerte mi amiga Mel dividía casillero con ella, así que la rubia venía hacia donde nosotras nos encontrábamos.

Mel estaba frente a su casillero y yo con el torso al de Ashley. Cuando la rubia llego a su casillero, lo abrió y tiró la puerta directamente hacia mi cabeza para luego soltar una risa.

-Oye Ashley, que te pasa -pregunte, estuve algo insegura después de que las palabras salieron de mi boca.

-¿Y tu eres? -Pregunto la chica, casi ladrando.

-Kate, Kate Anderson -Dije con tono molesto- aunque no sepas quien soy no tienes por que andar lanzándome la puerta de tu casillero en mi cara.

-¿Sigues aquí? Qué lástima, pensé que ya te habías suicidado -respondió con tono de burla.

¡¿Qué mierda le pasaba a esta chica?!, ella es la que debería de haberse suicidado hace tiempo, en su lugar yo ya lo habría hecho, después de que toda las escuela a tocara mis pechos, ya no tendría dignidad.

-Anda y acuéstate con algún chico, tu hora de receso ya término -dije sin saber otra manera de defenderme.

-¿crees que esto es un prostíbulo o que? -pregunto la rubia con tono sarcástico.

-Perrera -aclare.

La chica puso sus ojos en blanco, cerró su casillero y se fue del lugar. De verdad no me agradaba.

***

Mel y yo llegamos al Starbucks, habíamos ido en su auto. Eran aproximadamente las 6:00 pm. Afuera estaba lloviendo, era el momento perfecto para un café.

La fila para ordenar era larga así que decidimos hacerla juntas para hablar mientras avanzaba.

Llego nuestro turno, ahí se encontraba, el hermoso cajero de mi nuevo local favorito.

-Hola señorita, que gustó verla por aquí de nuevo -dijo el chico.

-Hola, Mr... -casi cometí una imprudencia, pero mi amiga me interrumpió.

-Dos aguas y unas galletas -dijo Mel.

-¿aguas?, pero yo quería un moca -dije con tono chillón.

-entonces que sea una botella de agua, un moca y unas galletas, por favor -Dijo mi amiga.

-De acuerdo, serían 6$ -dijo el castaño.

-aquí tienes -dije entregándole los billetes.

El chico guiño un ojo e hizo una media sonrisa hacia mi.

Mel y yo nos dirigimos a una mesa para comer nuestras galletas y conversar un rato. Ella me contó sobre su vida, y yo le conté sobre la mía, que era cero interesante, ella me pregunto sobre mis relaciones y yo a ella, la diferencia es que yo nunca había tenido una y ella sí.

En ese momento sólo el teléfono, mire la pantalla y decía "Tía Marie" ¿rechazar o aceptar?, ella nunca me llamaba así que como era inesperado decidí atender.

- ¿Alo?¿tía, todo bien? -Pregunte algo preocupada por su llamado.

-Kate, no, acaba de ocurrir algo terrible -Dijo mi tía llorando.

Me puse a pensar en tantas cosas que podían haber pasado, y se me aguaron los ojos sin siquiera saber lo que había sucedido.

-¡¿QUÉ SUCEDE?! -Pregunte desesperada.

Mi amiga me miro preocupada al escuchar mi grito.

-Tus padres y tu hermano, venían a visitarme y... -Mi tía guardó silencio.

-Nooo! Ellos están bien, ellos están bien -Dije llorando y gritando al teléfono con desesperación imaginando las cosas que les podían haber pasado.

-Han tenido un terrible accidente, los doctores no creen que sobrevivan.

Le colgue la llamada a mi tía y luego Estalle a llorar, sentí como todo se me venía encima, sin ellos que haría, apenas y nos reconciliamos, mi hermano, mi pequeño hermano, yo tendría que seguir con mi vida sola, más que nunca.

Mi amiga me abrazo y el chico de la caja al notar toda la situación decidió acercarse.

-Señoritas, ¿todo bien? -pregunto

Mi amiga se encogió de hombros y yo lo único que hacia era llorar.

Me separe de Mel aún con lágrimas en los ojos y corri al baño a continuar con mi llanto.

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ATENCIÓN-subiré capítulos cada dos días y cuando no lo pueda hacer, avisare antes.

A Punto del FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora