Un encuentro imprevisto

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Recuerdo el día que lo conocí como si hubiese sido ayer. Estaba sentada, fumando un cigarrillo y esperando a esa persona que jamás llegaría. El hombre del que había estado enamorada por mucho tiempo me citó en el mismo lugar de siempre, a la misma hora y para lo mismo: hablar de lo mucho que sentía yo por él y después de discutir por lo mismo, terminar cogiendo salvajemente en uno de los baños de aquel lugar abandonado.

Él simplemente jugaba conmigo, realmente no me amaba, pero disfrutaba ver como mis ojos se llenaban de ilusión y alegría por aquellas palabras bellas que me decía. Siempre llegaba tarde a nuestros encuentros, pues sabía que era tanto mi afán por verlo que no me molestaría esperarlo 10 o 15 minutos más de la hora acordada. Pero ese día, ese día decidí no esperarlo más después de lo que pasó.

Sentí que alguien se sentó a mi lado y supuse que era él, por lo que de mi boca salieron las palabras "pensé que no vendrías" seguidas por una bocanada de humo.

—No tenía planeado hacerlo —me dijo aquella voz desconocida para mí —pero una hermosa dama como tú no debería estar fumando sola.

Giré mi cabeza para encontrarme con aquel bello rostro barbado de ojos grises que me sonreía coquetamente.

—Es una lástima —dije poniéndome de pie —ya terminé mi cigarrillo y me cansé de esperar a mi cita, así que me voy.

—Tengo más cigarrillos si ese es el problema —me dijo con su hermosa sonrisa —y en cuanto al imbécil que te dejó plantada, seguramente se arrepentirá de haberlo hecho.

—Dudo mucho que lo haga —murmuré pensando en lo poco que le importo a Matías.

—Entonces, sí es un completo imbécil —me dijo ofreciéndome un cigarrillo —¿Qué dices?¿Te fumas un cigarro con este desconocido?

—Ok. —dije tomando un cigarro mientras reía por lo que me dijo —pero aquí no —dije pensando en que si Matías llegaba, me armaría todo un drama; es increíble, no me quiere con él, pero tampoco con alguien más.

—Perfecto —me dijo poniéndose de pie —conozco un lugar cerca de aquí, si quieres podemos ir en mi auto.

—Me parece bien —dije sin vacilar.

Nos subimos a su auto y emprendimos camino a, no sé dónde.

Si mi tía supiera que estoy en el auto de un desconocido seguro me castigaría, jajaja, si mi tía supiera que fumo y que, cuando salgo con mis "amigos" en realidad salgo con Matías, me castigaría. Pero ella nunca se daría cuenta, ella nunca se da cuenta, porque está tan ocupada en sus asuntos que no tiene tiempo para averiguar lo que hago.

Vivo con mi tía desde que mi madre murió y mi padre decidió abandonarme, y es perfecto, porque puedo hacer lo que quiera cuando quiera sin que alguien se entere y me forme un problema, eso dejando de lado a Matías, pero justo ahora no quería pensar en él.

—¿Puedo saber en qué piensas? —me dijo, sacándome de mis pensamientos aquel desconocido del que aún no conocía el nombre.

—En que aún no conozco tu nombre —le dije para evitar ese incómodo tema.

—Devon —me dijo después de una corta carcajada —¿Y el tuyo?

—Alexa —dije sin más.

—Lindo nombre —me dijo dedicándome una corta mirada —no soy un psíquico o algo por el estilo, pero sé que en realidad no pensabas en mi nombre.

—No quiero hablar de eso.

—Ok, no hay lío. —me dijo sin más.

Estuvimos en silencio durante 5 minutos, el tiempo que tardamos en llegar a aquel lugar.

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