El primer día de mi castigo me levanté temprano para ir a la escuela, volví a casa, hice mis tareas y deberes en casa. A las 3 de la tarde recibí un mensaje de Matías:
Matías: ¿Dónde pasaste la noche?
Alexa: Hola Matías, estoy muy bien, gracias por preguntar.
Matías: Responde mi pregunta.
Alexa: Eso no es tu problema.
Matías: ¿Quién era el tipo que me habló ayer?Decidí no responder eso, no quería que Matías supiera que pasé la noche en una mega mansión con un desconocido, seguramente me sermonearía como siempre y me recalcaría lo irresponsable que fui.
Pasé el resto de la tarde escuchando música y sin darme cuenta se hizo de noche. Mi tía tocó a mi puerta para decirme que la cena estaba lista, esa noche cené en mi habitación y sorprendentemente me dormí bastante temprano.
El resto de la semana fue bastante similar al primer día, ni siquiera se me pasó por la cabeza aquel chico alto de ojos grises que había conocido aquella noche. Pero el Sábado, el Sábado fue completamente diferente, pues tuve dos visitas bastante inesperadas.
Alguien tocó la puerta de mi casa, mi tía estaba en casa así que no me molesté siquiera en levantarme para abrir.
—Buenas tardes —una voz bastante conocida venía desde el primer piso —¿Se encuentra Alexa en casa? —Matías, mierda.
Matías nunca antes había venido a mi casa a pesar de que sabe en donde vivo, pues varias veces ha tenido que traerme borracha de alguna fiesta.
—Está en su habitación —escuché que dijo mi tía —Sube si quieres.
—Muchas gracias —dijo el siempre educado Matías.
Matías venía para mi habitación, doble mierda.
Sin ni siquiera tocar la puerta, Matías abrió y entró en mi habitación seguido de mi tía. Traía una cara que me decía que estaba molesto conmigo, como de costumbre.
—Recuerda que estás castigada hasta mañana —dijo mi tía antes de salir de la habitación.
Yo me senté en mi cama y lo miré fijamente. No permitiría que me intimidara.
—¿Dónde pasaste la noche? —dijo después de 2 segundos de incómodo silencio que parecieron una eternidad para mí.
—Aquí, en mi casa —dije tratando de evitar aquella noche —¿No escuchaste lo que dijo mi tía? Estoy castigada.
—No me refiero a la noche de anoche, Alexa —dijo con un tono bastante serio —¿Quién era el tipo que me contestó?
—Dos cosas —dije sin dilación —Primero, ¿Cómo estás tan seguro de que no pasé la noche aquí? y segundo, con quien yo esté no es asunto tuyo.
—Estoy seguro de que no pasaste la noche aquí porque me lo dijo tu tía el domingo cuando vine a buscarte.
¿Había venido a buscarme?
Otra vez un incómodo silencio que Matías decidió romper.
—Tienes razón, con quien salgas, te beses, tengas sexo o, en este caso, duermas no es asunto mío.
—Wow, ¡Por fin lo entiendes!
—Sin embargo... —aquí venía, tanta dicha no podía ser cierta —...me importas, Alexa y lo que te pase igual.
Lo había dicho, la oración que más detesto escuchar de él: "me importas". Así que exploté.
—No.
—¿Qué?
—No Matías —dije en un tono que sonó tan molesto como quería que sonara —yo no te importo, porque si así fuera no me dejarías esperándote por más de 15 minutos como un tonta —mis ojos se empezaban a llenar de lágrimas, mierda —Si te importara no me llenarías de amor para luego dejarme a un lado...
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Arder
RomanceCuando todo lo que conoces de pronto es desconocido no queda más opción que arder en un fuego de mentiras y traición.