Primera decepción

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Me desperté con la luz que provenía de un gran ventanal. Me giré y me dí cuenta de que estaba sola en la cama. Escuché que alguien abría la puerta y me incorporé para sentarme.

—Buenos días, preciosa —me dijo Devon al entrar en la habitación.

—Buenos días —le dije con mi voz medio ronca.

Estaba con un jogger pant y sin camiseta. Pude ver que tenía el cuerpo muy marcado y se veía muy sexy.

—¿Quieres desayunar? —me preguntó sentándose a mi lado.

—Está bien —le dije con una sonrisa.

—Bien, si quieres puedes ducharte mientras pido que preparen tu desayuno —dijo para luego besar la comisura de mi boca —Pedí que te comparan algo de ropa, está en mi vestidor.

—Gracias —le dije algo avergonzada.

Me dí una ducha y utilicé un jabón en gel que tenía el olor de Devon, ahora yo tendría su olor. Salí de la ducha y me miré en el espejo del tocador, mis mejillas estaban coloradas. El sonido de alguien que tocaba la puerta me sacó de mis pensamientos.

—¿Puedo pasar? —era Devon.

—Pasa —le dije.

—Supongo que necesitas un cepillo dental —me dijo extendiéndome un cepillo.

—Gracias —le dije tomando el cepillo.

Me lavé los dientes y luego salí de la ducha para ir a vestirme. Entré al vestidor y me topé con Devon que estaba completamente desnudo.

—Lo siento —dije apenada.

—No te preocupes —dijo con esa maldita sonrisa suya —¿Te vas a quedar allí o vas a pasar? —dijo con una risita y yo simplemente me quedé petrificada.

Devon se acercó a mí y mi respiración se agitó. Tomó mi rostro entre sus manos y me besó. Llevó su mano derecha a la parte de atrás de mi cabeza y jaló mi cabello levantando mi cabeza. Me besó intensamente mientras que con su mano izquierda desató la bata de baño que llevaba puesta, soltó mi cabello para terminar de quitarme la bata, dejándome completamente desnuda.

Pude sentir su erecto miembro rozando mi abdomen bajo y todo dentro de mí se derrumbó. Me guió con su cuerpo hacia una cómoda que había allí en el vestidor, me tomó por la cintura y me levantó dejándome sentada en aquella cómoda.

Bajó su rostro hacia mi clavícula izquierda dejando un reguero de besos a su paso. De repente y sin previo aviso, introdujo uno de sus dedos en mi vagina húmeda provocando un fuerte espasmo en mí y que soltara un fuerte gemido.

Posó su rostro en el mío y me miró a los ojos mientras movía lentamente su dedo dentro de mí provocándome una extrema sensación de placer.

—Vas a ser mía, Alexa —susurró en mis labios después de un beso que ahogó mis gemidos.

Sus palabras fueron como un fuerte detonante que provocaron que me excitara aún más. Paró por un momento, llevó sus dedos a su boca para probar mis fluidos y, cuando creí que se detendría del todo, introdujo dos de sus dedos en mí.

En ese momento yo ya estaba a punto de desmayarme por tanta excitación y Devon simplemente seguía dándome más y más placer. Y cuando estaba a punto de venirme, se detuvo.

—Oh, vamos —le dije algo molesta.

—¿Quieres que siga? —preguntó con una sonrisa maliciosa.

—Pero claro que quiero que sigas —dije frunciendo el ceño.

—No seguiré —dijo dándome un beso tierno —y tú tampoco —susurró sobre mis labios.

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