Naruko Uzumaki: Salvadora Del Mundo Shinobi©✔️

01|Vuelta a Casa

Narrador de la Historia.

— Dialogos—

«Pensamientos directos de los personajes»

Lugar o país donde se desenvuelven los personajes.

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Konohagakure no sato. Pais del fuego.

Lejos de la torre Hokage, en la entrada de Konoha, se acercaban varias figuras encapuchadas, cuatro mucho mas bajas, y una mucho mas alta. Izumo y Kotetzu, los eternos chunins guardianes de la puerta, se hallaban medio dormidos, y aburridos. Pensaban que allí casi nunca pasaba nada interesante, mucho más desde que una rubia, con traje naranja, y sonrisa brillante había abandonado la aldea, junto a su nuevo sensei, Jiraiya del 'Zetsu no Sannin', o el sabio sapo del Monte Myoboku.

La aldea había estafo muy silenciosa y tranquila, la rubia era la que al parecer le daba brillo y risas, sin ella en el pueblo todos se sentían incompletos, como si una pieza fundamental faltase. Hasta los aldeanos, que abiertamente no les gustaba la rubia, se sentían tristes, y todos se preguntaban cuando volvería, y que tanto habría crecido.

Aunque la espera estaba a punto de terminar, después de tres largos años, por fin la rubia estaba viendo las puertas de su hogar, sentía mucha nostalgia, aunque nunca fue bien recibida, sabia que este lugar era, y siempre seria el único lugar al que podría llamar hogar. Extrañaba Ichiraku, y a sus amigos, también a sus sentéis, y a...

No, no debía pensar en ello, no debía pensar en él. La había traicionado, se había ido con el traidor serpiente, no debía preocuparse por él, aunque muy en el fondo, y en su corazón sabia que eso era imposible, que aunque mas quisiera no podía romper ese vinculo, ni olvidarlo.

Todos se dieron prisa, al ver las puertas, podía sentir la ansiedad a su alrededor, la de sus acompañantes viajeros, todos estaban expectantes y nerviosos.

— Que aburrido, aquí nunca sucede nada nuevo— suspira mirando al cielo Kotetzu.

— No deberías quejarte, ser guardianes de la puerta, y registrar a los viajeros es un trabajo importante, que nos ha asignado Hokage-sama— reprende Izumo a su amigo.

— Da igual— bufa Kotetzu— Estoy muerto de aburrimiento.

Izumo estuvo apunto de reñir a su amigo, pero se detuvo, cuando una sombra se sernio sobre ellos, y se aclaro la garganta, ambos subieron la mirada lentamente para toparse con Jiraiya, en su postura de brazos cruzados, y con una pequeña sonrisa frente de ellos.

— Jiraiya-sama— anunciaron ambos chunin impresionados de ver al sannin delante de ellos.

— Hola, muchachos, ¿cómo va todo?— saludo Jiraiya.

— Jiraiya-sama, muy bien, y usted...— hablo aun impresionado Kotetzu, Jiraiya solo amplio su sonrisa.

— Todo muy bien, debo ir a darle un reporte a la Hokage, que tengan buen día.— y con eso el Sannin siguió su camino, una de las ventanas de ser un sannin legendario, es no tener que pasar por la inspección molesta de los chunin en la puerta, Kotetzu e Izumo aun en su impresión no notaron las cuatro figuras encapuchadas que siguieron sigilosamente al sannin, y cuando las notaron ya estaba bastante lejos.

Las cuatro figuras encapuchadas miraban todo a su alrededor, queriendo grabar todo de la aldea, sobre todo una de ellas, la cual iba ensimismada, mirando todo, queriendo ver los cambios que ha tenido la aldea en los últimos tres años que estuvo lejos, dando un salto se separo del grupo, y se subió a un alto poste, donde pudo ver toda la aldea.