Capítulo III

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—Dirijo el equipo de porristas, si quisieras unirte a nosotras, pasarías por una prueba enseñándonos una coreografía de tu preferencia, y dependiendo de como lo hagas te integraríamos al grupo. Aunque estaríamos muy felices que formes parte de nosotras —dejo de jugar con el tenedor sobre la comida y elevo mi mirada hacia Kylie.

—Es muy amable de tu parte, pero por ahora deseo no participar de alguna actividad —elevo una pequeña sonrisa a boca cerrada en un esfuerzo por no sonar descortés. Es la única chica que amablemente se ha acercado a interactuar conmigo en mi primer día. No quiero arruinarlo o que mal interprete alguno de mis gestos.

—Oh —murmura —Típico de nueva, querer pasar desapercibida —estoy por decir algo, pero la presencia de un chico acerándose a nosotras me detiene.

—Ya no la presiones, Kylie —interviene el pelinegro —Es su primer día —mis ojos viajan hacia sus manos en donde carga su bandeja con comida.

Es la hora de almuerzo y Kylie decidió sentarse junto a mí para no dejarme sola. Cuando llegué a la escuela fue la única que se ofreció a ayudarme a encontrar mi casillero y acompañarme hasta mi primera clase, que coincidentemente compartíamos juntas.

—¿Cómo sabes que es mi primer día? —inquiero arqueando una ceja hacia el pelinegro. Coloca la bandeja sobre la mesa y traspasa la banca para sentarse frente a nosotras

—La mirada en tus ojos, las ganas de no querer estar aquí, el hecho de que nos miras como bichos raros y además que también estuve en la clase que compartiste esta mañana con Kylie —entrelaza sus dedos acercando su pecho al borde de la mesa —Soy Ryan —estoy por pronunciar mi nombre, pero él se apresura a hablar —Caitlyn, lo sé.

—Tu pelo se ve muy bien cuidado —Kylie acaricia mi cabello de medios a puntas —Y eres rubia natural ¿Qué acondicionador usas? —entrecierro los ojos con duda. Haciendo memoria, el único acondicionar que he utilizado, ha sido el de la hermana de Ashton. Como se ve, esos productos parecen ser realmente costosos, pero muy efectivos desde el primer uso.

—No lo sé —me encojo de hombros —No lo recuerdo. Solo me bañé en la casa de una amiga, mi vecina, y utilicé su acondicionador. Realmente no me fijé la marca.

¡Oh vaya! Una amiga que ni siquiera es mi amiga y muchos menos mi vecina. Solo la hermana del chico que me salvó de morir.

Oh Ashton.

No puedo creer que haya sido tan torpe de ni siquiera agregarte a una red social en ese tiempo juntos.

Nunca más te volveré a ver y ni siquiera te encuentro en el medio virtual.

Capaz es de las personas que tienen sus cuentas con abreviaturas y números y es más difícil de encontrar.

Como desearía que estuvieras en esta escuela.

—Cuando vuelvas te fijas en la marca y me lo dices —me guiña un ojo y asiento con la cabeza.

Todos aquí asisten muy bien vestidos, pese a que lo único que llevan es el uniforme de la escuela, lo hacen lucir muy bien. Es como si cada uno lo hiciera lucir diferente por la particularidad en especial que poseen. La mayoría trae consigo accesorios que destacan sus uniformes y los hacen ver diferentes al resto. Me sorprende cómo los profesores les permiten portar accesorios en una escuela privada. Yo a las justas puedo vestirme a tiempo, ni siquiera sabría que agregarle.

—¡Ryan no te robes mi comida! —exclama Kylie regresándome a ellos.

—Ni siquiera estás comiendo —responde obvio.

—Pero lo haré —se cruza de brazos.

—¿Ustedes dos son amigos? -—interfiero ante su discusión. La confianza que se tienen no sería la de dos simples compañeros.

Caitlyn (NEUSN #0)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora