Un día especial.
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- Hikari-Sama.-
Una suave voz se escucho a lo lejos, a la vez que sentía que la movían despacio. Entre abrió los ojos para poder mirar quien era aquella persona que la había sacado de su sueño placentero.
- Hikari-Sama despierte.- Le volvió a susurrar la chica.
Al ver de quien se trataba volvió a cerrar sus ojos y se dio media vuelta sobre la cama, dejándole la espalda a la sirvienta.- 5 minutos más ¿si?.- Volvió a acurrurse contra sus cojines con una tierna sonrisa en su rostro.
Después de un largo silencio recordó que el día de ayer le había pedido a Shin que la despertara temprano, para así poder disfrutar mejor el día de hoy. Abrió los ojos de golpe para sentarse sobre la cama y observar a la sirvienta con una radienate sonrisa.- ¡Es hoy! ! Es hoy! ¡Por fin es hoy!.- Chillo contenta mientras se levantaba a tropiezos.
- Si Hikari-Sama.- Asintió viendo como esta se dirigía a buscar un conjunto de ropa, sonrió enternecida al ver lo contenta que se veía ese día en específico.- Le deseo un feliz cumpleaños Hikari-Sama.- Inclinó su cabeza en forma de respeto.
- ¡Muchas gracias Shin!.- Volteo a mirarla para regalarle una sonrisa.- ¿Que crees que debería ocupar el día se hoy?.- Le pregunto la mostrarle dos opciones.- Este me gusta pero presiento que si salgo así mi padre me regañara.- Murmuro para dejarlo sobre la cama.- En cambio este es adorable.-
Shin se dirigió hasta el ropero para mostrarle otro conjunto de ropa que había escogido anteriormente para ella, al ver que los ojos de su señorita brillaban con tan solo verlo sonrió orgullosa, conocía muy bien los problemas que tenía ella para poder escoger una de varias opciones.
- Si me permite este es mucho más adecuado.-
- ¡Me encanta!.- Chillo emocionada para tomar la ropa y depositarla sobre la cama, dio unos cuantos brincos sobre su lugar para luego tomar unas cuantas toallas y dirigirse finalmente hasta el baño.- Voy a ducharme para poder estar preparada ¿Me podrías preparar el desayuno?.-
- Claro Hikari-Sama.- Se inclinó para retirarse de la habitación en silencio.
Mientras tanto Hikari en medio de su ducha batallaba contra su cuerpo buscando la forma más rápida de terminar y poder irse lo más rápido posible, no es como si odiara estar en su casa ni nada por el estilo, amaba a su padre y a su hermano menor con todo su corazón.
Es solamente que nunca había salido sin sus guardaespaldas, al principio le extraño que su padre aceptara, pero debía de agradecerle.No podía desaprovechar esta oportunidad de buscar amigas.
Al terminar su limpieza esta se arregla rápidamente para luego peinarse con una coleta alta, al ya estar lista se observo contra el gran espejo que tenía en medio de su habitación, dio unas cuantas vueltas sobre su lugar para ver bien el conjunto, sonrió entusiasmada para llevar unas de sus manos hasta sus labios y así callar el grito de alegría que quizo escaparse, en verdad que le gustaba mucho el como se veía.
El único problema eran los mechones pelirrojos de su cabello, estos se escapaban con facilidad, desordenado su peinado, pero solo por ese día no le tomaría importancia.Salió de su alcoba dando unos brincos mientras caminaba, paso por la habitación de su hermano entrando sin tocar siquiera la puerta, al ver que esta estaba vacía supuso que este ya estaba en el salón principal desayunando junto a su padre.
- Hikari-Sama.- La llamó unos de sus guardias.- Su padre quiere verla.- Informo para darle una reverencia y alejarse del lugar.
¿Pero en donde? Se pregunto con una gotita en su frente, dio un suspiro cansado para dirigirse hasta la Oficina de su padre.
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La hija de un Yakuza.
RandomEl peligroso grupo de Yakuza conocidos como los Kenshitora eran los más peligrosos en todo Japón. Ellos eran dueños de casi todos los mercados negros, trabajaban en tráficos de armas, drogas. Nadie en su sano juicio se metía con ellos, ni siquiera...