Eros*
Respira Eros, puedes hacerlo, "no puedes hacerlo, solo vas hacer daño", no es verdad Eros, "si lo es, sabes lo que hiciste, sabes que solo haces daño". El debate con mi mente es tan fuerte que quiero salir corriendo, demasiado ruido, demasiada gente que me esta mirando, me pongo de pie un poco mareado por la explosión de emociones y la presión que duele en el pecho y en el estómago, mi vista nublada y mi mente solo repite la escena de hace unos segundos, por qué tengo que ser el maldito imbécil que solo hace daño, al llegar ala puerta mis ojos detallan la figura de Samira que se encuentra en la puerta de la casa, mi madre me mira ami para mirarla a ella, Samira se da la vuelta y quiero destrozar algo, sus ojos me demuestran lo que ella se niega aceptar y es que la lastime, como siempre lo hago, como siempre lo arruino, como todo lo que toco se destruye, el ver cómo se giro y salió por la puerta me hizo sentir impotente, mi vista se nublo y mi respiración se cortó, quiero golpear algo, quiero golpearme por ser imbécil, quiero que se caye, quiero mi maldito silencio de regreso, que me dejen en paz, mi puño de un momento a otro se impacta con la puerta de madera que estaba ayudando a mi tío a pintar, no sé cuál fue la jodida fuerza que use pero la puerta se ha partido a la mitad y el grito de alguien me hace tirarme al suelo con las manos cubriendo mis oídos, que se callen por favor, mami dónde estás?, Los brazos de alguien me envuelven y ese perfume que me hace regresar el abrazo…
— mami, mami, yo…no quería…. Yo no quería lastimarla, no quería lastimarme, perdón
— ¡Eros basta!, Hijo ya detente
— es que ellos me dicen que solo hago daño, no me dejan dormir, no me dejan ser una persona normal
— hijo por favor mírame, dale mi niño estoy aquí pero tienes que mirarme —abrí mis ojos para encontrarme los ojos azules de mi madre mirándome, todos me observan se que les preocupó—
vamos a respirar primero Eros, necesito que te calmes cariño te has hecho daño— pero le he hecho daño a ella
— ¿Ella te importa hijo? —esta vez fue papá el que me ha preguntado—
— no!, Bueno no lo sé papá, estoy confundido
— okey no te vamos a presionar, pero tienes que calmarme
— mamá pero se ha ido sola, está lloviendo, mamá le puede pasar algo!!
— yo iré a buscarla, vamos Jenna, tu quiero que estés tranquilo yo voy a ir por ella y me encargaré de que llegue a casa —mi tío Eliot tomó su chaqueta y las llaves de su auto para salir junto a Jenna—— bueno ahora que ella estará mejor necesito que tú también lo estés cariño —no se callan, mis manos vuelven a cubrir mis oídos por qué las malditas voces no me dejan en paz, me recuerdan día a día lo jodido que estoy, me recuerdan ese día—
— mami tengo miedo, mis demonios no me dejan mami diles que se vayan —mi respiración cada vez es más acelerada, mi pecho duele, mi cabeza da vueltas, no puedo respirar de nuevo—
— ellos se van a ir cariño, tienes que calmarte, piensa en algo más, evita esos pensamientos, esas voces, Adrien un maldito chocolate por favor!! —papá salió junto a mis hermanas y mi tía a buscar un chocolate por toda la cocina, un pequeño destello de la sonrisa de un rubia cruza mi mente, la presión en mi pecho disminuyó pero las voces seguían ahí, las palabras de un par de cartas en sobres rosas me hacen cubrir mi cara con mis manos, mi madre se vuelve acercar a mi con un trozo de chocolate—
— mami yo también quiero ser feliz por qué es tan difícil serlo —los ojos de mi madre se cristalizaron antes de abrazarme con fuerza—
— si lo vas a ser mi niño, lo vas a ser vale, solo no te pongas triste, vamos a curar tu mano vale —mi papá me ayudó a levantarme y Atenea me mira desde el marco de la puerta de la cocina, suele repetirse miles de veces que yo estoy así por su culpa, pero no es así, me acerque un poco a ella para dejar un casto beso en la coronilla—
— no es tu culpa corazón, no lo es okey —Atenea limpia una que ha caído sobre su mejilla—
— ¿no lo es? —mi hermana me mira con sus ojos rojos —
— nunca será tu culpa hermanita —años habían pasado de la última vez que le había dicho así— te amo hermanita
— te amo hermanito —los pequeños brazos de Atenea me rodearon la cintura—
— ¿Quieres ayudarme a curarme?
— está bien, cómo lograste sentirte bien tan pronto
— solo imaginé por un momento lo que se sentiría ser feliz
Después de un rato de que mi mamá y mi hermana terminaran de curar mis nudillos mi vista se clavo sobre la puerta que he roto, mi tío ha llegado y la lluvia se ha detenido, espero ver entrar a Jenna pero no lo logro por lo que pregunto…
— y Jenna dónde está?
— se ha quedado en la residencia, hemos dejado a su amiga en su edificio y ella ha dicho que tenía que hacer unas cosas por lo que se quedó —tengo que hablar con ella, tengo que disculparme, no me gusta hacer daño ala gente menos a alguien que no lo merece pero es que MALDITA SEA por qué la simple mención de un tipo que en mi vida he visto me hace hervir la sangre, que me estás haciendo Samuel, por qué no dejas en paz mi mente—
— yo también me tengo que ir —la mirada de todos cayó sobre mi— tengo que ir a buscar a Oscar
— crees que te encuentras del todo bien para manejar
— si estoy bien, cuídate mucho corazón que te vaya de lo mejor en tu escuela, espero fotos de tu uniforme, verás que todos le van a tener envidia a la niña de los ojos chulos —mi hermana de nueva cuenta me abrazo—
— Eros, se lo que haces, no alejes lo que te importa, no le tengas miedo a los sentimientos que sientes, eres un humano que siente y tienes que aprender a lidiarlo, tienes demonios que te asustan pero tu la asustas no lo hagas yo sé por qué lo haces y tú también lo haces, no te digo que le cuentes al mundo que te pasa pero al menos se honesto antes de hacer más daño —mi hermana dejo un casto beso en mi mejilla—
Al despedirme de mi madre salí de la casa de mi tío para dirigirme de nuevo a la residencia, se que yo nunca pasó la noche aquí por qué suelo dormir con Oscar o con Jenna, no quiero que ella sepa de mis pesadillas, mis demonios son malos y hacen daño suficiente daño le he hecho ya, al llegar a la habitación me detuve un poco en la recepción pidiéndole una pluma y una hoja al recepcionista, nunca he sido bueno con las palabras cuando las tengo que hablar pero nunca ha sido problema escribirlo por lo que comienzo a detallar todo lo que se que no podré decir con palabras, al terminarla me apresure a llegar ala habitación, al abrirla espere verla en la cama por lo tarde que era, o verla leyendo pero no, la habitación se siente tan vacía es como si nunca hubiera estado aquí, como si hubiera sido solamente producto de mi imaginación, comencé a buscarla pero no la encontré, el hecho de haber encontrado algunas de sus cosas fuera de su clóset me alertó a una sola cosa "se fue", mi puño impacto con mi escritorio, deja la carta sobre la cama para salir de la habitación, si ella no está qué sentido tiene que regrese a esta…...
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VENCIENDO DEMONIOS✔️ |1.0|
Romancealguna vez se enamoraron tan fuerte de alguien por la que tuvieron la necesidad de vencer cada uno de sus demonios, la felicidad es realmente relativa cuando nunca has tenido el motivo perfecto para sentirla. Como un error de nombre puede detonar el...