Mimos

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"Cuando le hiciste mimos por primera vez"

Narrador Omnisciente:

Estabas sentado en el sofá, en tu regazo estaba tu mascota, un gato azul ruso. Lo acariciabas mientras veías la pantalla puesta en la serie de Lucifer, todo con tal de ver a Tom Ellis y distraerte de la lluvia de afuera. Con el tiempo el gato se canso y bajo de tu regazo para acomodarse en su cama y quedarse dormido.

— Traidor... — murmuraste al verlo tan calmado como si nada

Te quedaste quiero un rato, hasta que sentiste la necesidad de estar tocando algo como recientemente con el lomo del Sr. Ashi - tu gato - entonces soltaste un suspiro cansado; pero recordaste que todavía tenías otro animal viviendo en casa.

— ¡Long! — lo llamaste en un grito, el dragón salió de su tetera y te vio con un rostro cansado

— Más te vale que sea bueno. — se cruzó de brazos esperando que pidieras un deseo, pero no fue así, reíste entre dientes

— Ven. — dijiste mientras posabas tus manos en tu regazo, indicando que se acostara, te miro alzando una ceja le confundía tu petición pero lo hizo

— ¿Qué quieres? — te pregunto aún confuso de tu comportamiento

— Tranquilo, te va a gustar. — empezaste a acariciar sus cabellos lilas y azules, al sentir tu suave tacto se acurrucó mejor

Tuviste que usar ambas manos con el, una debajo de la barbilla y la otra para su cabello y lo que venía siendo su lomo. Su suave pelaje rosado daba calidez a tus suaves movimientos arruyando al dragón.

— ¿Qué es esto?... — pregunto en un murmuró, estaba muy agusto como para poder hablar en un tono de voz normal

— Se llaman mimos. — respondiste mientras seguía acariciándolo, ahora la serie era lo de menos, ni siquiera le estabas tomando importancia

— Mimos.... Me gusta... — cerró los ojos dejándose a tu tacto por completo, de la nada un ruido parecido al ronroneo de tu gato empezó a sonar, te asustaste debido a que sonó muy fuerte a comparación del pequeño felino, el rosado noto esto y te miro abriendo un solo ojo — ¿Por qué te detienes? — pregunto

— ¿Ronroneas? — el dragón abrió ambos ojos arqueando una ceja

— ¿Ronronear? — no sabía el significado de esa palabra

— Ya sabes, el ruido que hace el Sr. Ashi cuando lo acarició. — le señalaste al gato, Long se quedó pensando un rato recordando el ruido que hacía el felino

— En ese caso sí, no sabía el nombre de ese ruido. — respondió, entonces se volteo panza arriba tomo una de tus manos y la puso sobre su panza — Continúa. — pidió

— Espero no te hagas adicto a esto. — dijiste mientras empezabas a acariciarlo nuevamente



Nuevamente estabas en el sofá, aunque esta vez jugabas con el pequeño felino, este seguía la pelota con dos plumas agarradas a un hilo el cual estaba atado en una bara. Cada vez que saltaba caía panza arriba, era cuando aprovechabas para rascarle la panzita.

Aww, que cosita tan linda! — exclamaste mientras seguías jugando con el gato el cual hizo un gesto orgulloso por el alago

Long hizo acto de aparición, miro con el ceño fruncido al gato y llamo tu atención chocando su hocico, suavemente, contra tu espalda como si de un cachorro se tratase. Lo miraste de reojo, al ver sus ojos de súplica empezaste a acariciar lo con una sola mano, y con la otra al felino. Ambos animales se fruncieron el ceño y empezaron a gruñirse.

— Long, deja de gruñirle a Ashi. — alejaste un poco al gato, por lo que el dragón decidió acercarsele para seguir gruñendo — ¡Long! — te quejaste al tenerlo encima tratando de iniciar un pleito con tu mascota

El Sr. Ashi lo rasguño haciendo que se abalance sobre ti alejando al felino lejos y enrollandose alrededor de tu cuerpo. Ambos animales se miraron enfurecidos.

— Long! — reclamaste

— Shhh... Ese gato intenta robarte. — entrecerró los ojos frunciendo el ceño y mirando mal a tu mascota

— Long, tranquilo, solo quiere atención. — forcejeaste un poco tratando de safarte, pero lo único que lograste fue que aumentará la presión

— Yo también quiero atención! — exclamó

El Sr. Ashi trato de acercarse, pero se alejo cuando el rosado aventó uno de sus juguetes para que fuera por él y se distrajera jugando. Sonrió victorioso al ver que su plan había funcionado.

— ¡Gané! — grito victorioso

— Long... — llamaste su atención — Ya suéltame por favor. — pediste a lo que negó y siguió enrollado — Long! — lo miraste mal, pero este solo se digno a sonreír y tomar suavemente tu mano para sobar la sien de esta — No. — respondiste al captar su indirecta

— Por favor! — suplicó juntando ambas manos

— Ya te dije que no, mejor suéltame. — se desenrrolló y te miro entristecido, sabías que te chantajeaba, terminaste por soltar un suspiro cansado — Quédate aquí voy por el botiquín. — dijiste para así levantarte del sofá e ir al baño por el objeto antes mencionado

Se quedó algo confundido, volviste con la pequeña caja blanca con una cruz roja, te sentaste de nuevo y sacaste un poco de algodón para así remojarlo con alcohol etílico, lo tomaste con una pinza y lo posaste sobre el rasguño que le había echo tu gato. Se hizo para atrás al sentir el ardor.

— Deja de moverte. — sostuviste con tu mano libre su mentón para hacerlo mirar hacia ti y seguir desinfectando el rasguño

— Eso arde... — normalmente alzaría su tono de voz para quejarse, pero estaba demasiado inmerso en el tacto de tu mano sobre su mentón

— Pues tal vez no deberías pelearte con el Sr. Ashi. — lo regañaste mientras le ponías una gasa sobre el rasguño, pues si era algo grande, guardaste las cosas en el botiquín y el botiquín en el baño al volver Long estaba recostado ocupando todo el sofá — Ahora ¿Qué tienes? — preguntaste

— Ya no me quieres... — dramatizó fingiendo estar sollozando

— Claro que te quiero! — exclamaste, se levantó con un brillo en sus ojos — Pero de lejitos. — reíste entre dientes al ver su expresión seria

— Muy gracioso. — se sentó cruzado de brazos, dejando un espacio para ti, te sentaste y prendiste la televisión

Mientras buscabas algo que poner, en las varias plataformas de straeming que tenías instaladas, sentiste algo suave en tu mano, bajaste la mirada solo para ver la mano de Long acariciando la tuya, subiste la mirada para verlo a la cara, este desviaba la mirada apenado por su acción. Sonreíste con ternura, entonces alejaste tu mano suavemente, por un momento Long se desánimo pero sus ojos tomaron ese brillo especial cuando sintió tus manos acariciar párate de su rosado pelaje.

Se acomodo como la primera vez para que así pudieras acariciarlo con mayor facilidad. Reíste entre dientes al notar que sus ojos se cerraban por tu tacto.













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Escenarios y Reacciones | El Dragón de la Tetera | LongZhu × Male!ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora