VI

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Editado el 06/04/2024

𝑹𝒐𝒔...

Sábado 6 de junio del 2022.
6:00 am

La alarma escandalosa resonando por toda la habitación, una chica con ojeras debido a las múltiples pesadillas que tubo está noche.

Rosett intento apagar la alarma del teléfono, pero lo único que logró hacer al dar manotazos en el aire fue tirar el teléfono de su mesita de noche.

— ¡Maldición! — exclamó al instante en el que escucho la caída del teléfono.

Con toda la pereza del mundo recogió el teléfono del suelo y apago la molesta alarma.

Para la desgracia de Rosett estaba lloviendo a cántaros y eso arruinaba su rutina de ir a correr por el bosque.

Algunos dirían que es muy exagerado el levantarse a las seis de la mañana en sábado, pero para el día ajetreado que le esperaba a la familia Stanley eso no era tan loco.

Sábado seis de junio un día para la boda, ni siquiera Rosett se imaginaba lo nerviosa que debía estar su hermana, para la desgracia de Mike hoy abandonaba la casa de los Stanley debido a que los novios no podían verse antes de la boda y por tradición la familia de Mike se lo llevaban a "acampar" un día antes de la boda para mantenerlo alejado de la novia, aunque ir a un hotel fuera de la ciudad e ir a excursiones en el bosque no era acampar.

Rosett tomo su manta y camino hacia lo que era su ropero, al abrir la puerta una avalancha de ropa calló al suelo dejando la mitad de su ropero desacomodado, Rosett tomo unos jeans negros, una sudadera rosa y bajo al piso de abajo.

La casa se oía tan silenciosa en su habitación, pero bajando las escaleras para subir a su habitación o valla bullicio se lograba oír ganas de regresar a su cómoda y linda cueva no le faltaron a Rosett pero su estómago empezaba a hacer ruidos y realmente no tenía algo de comida en su amada cueva.

En cuanto más se acercaba a la cocina más bullicio se logra a oír y menos ganas de seguir su búsqueda de comida quedaba.

— ¡Ros! — alarmó a la rubia un pequeño gritó.

— Mamá buenos días... — saludo la rubia intentando no arrastrar más la manta.

— Cariño que te e dicho de traer la manta de vestido, se ve claramente que tú no lavas la ropa — gruño su madre mientras ambas caminaban a la cocina.

— ¿Ya se fue Mike? — la voz de la castaña anuncio su presencia a en la cocina.

— Buenos días a ti también Jessica estamos bien y tú que tal dormiste — dijo sarcástica la rubia intentando no recibir ningún golpe por parte de su madre.

— ¿Ya se fue o no? — gruño la castaña mientras miraba a su madre expectante.

— Eliza y Harold vinieron a las cinco por Mike también dijeron que no te preocupes mañana estará a las 10 en el altar — En cierto modo la boda sería pequeña ya que ambas familias no tenían tantos parientes y los pocos que tenían debían ser quince por familia y los diez o veinte amigos que avían invitado los novios.

— En ese caso nos vemos a las ocho en punto para ir por mi vestido a port angeles — la castaña desapareció de la cocina mientras la señora Stanley servía una taza de café con leche a su hija menor.

Yo soy la hija de Rosalie?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora