Ace sospecha que su hermano menor Luffy, tiene un novio y con ayuda de sus amigos esta dispuesto a descubrir de quien se trata.
─¿Realmente haremos esto, Ace-ya?
─En efecto, mi estimado Trafalgar.
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—Capitulo 6.
El azabache se dejo caer en la cama, había terminado de tomar un baño y se había puesto un curita en su dedo índice, lugar donde aquella fea ardilla le había mordido anteriormente en el parque. Pero a pesar de aquello, la sonrisa que se encontraba en el rostro del pecoso no se borraba en lo absoluto; en su mente se repetía aquel suceso.
¡Finalmente se había atrevido a darle un beso a Sabo! En la mejilla, pero un avance es un avance, tampoco se puede pedir mucho a sí mismo.
Abrazo con fuerza su peluche de fénix y pataleo cual chiquilla, de verdad que sentía que todo había sido una simple ilusión o algo por el estilo.
Se giro y recargo su barbilla en el peluche, busco su celular e hizo un puchero al ver que este se encontraba en su escritorio, cuando se puso de pie, el rugir de sus tripas le hicieron olvidar su misión de tomar su celular y bajo a la cocina.
Se sorprendió al ver que su hermano menor estaba lavando los platos de la tarde, lo miro de cabeza a espalda —la mesada no le permitía verle hasta los pies, así que no tendría sentido si dijese la frase original—, abrió su boca sorprendido al caer en cuenta de que Luffy traía puesto aquella sudadera gigante de color magenta.
¿Debería de preguntarle al respecto? ¡Claro que debería! ¿Por un carajo porque no hizo aquello desde el principio? Bueno, tal vez porque había cierta posibilidad de que el azabache menor mintiese.
Bien, va preguntar, pero debe actuar natural. Natural.
Corre hacia la cocina, más frena en seco al pasar la mesada y tranquilamente abre el refrigerador, y haciéndose el idiota finge mirar las cosas que hay dentro.
—Hey Lu.
—Umh, ¿mande?
Cierra el refrigerador tras haber tomado una pequeña caja de jugo, se recargo en el objeto y miro fijamente a su hermano menor.
—Si tú tuvieses novio me lo dirías, ¿no es así?
—¡Claro! —asiente con una gran sonrisa el menor.
Ace alza un ceja y mira aún más fijamente al contrario, quien solo sonreía aún más grande con los ojos cerrados; el pecoso comenzó a entrecerrar sus ojos en espera de algo más, pero Luffy solo sonreía como un ángel.
