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Me encontre más perdida y aturdida que nunca.

Lauren.

lauren jauregui.

¿de quién estaba hablando este hombre?

Sus ojos se alzaron para encontrarse con mi cara desencajada, claramente él no tardó en darse cuenta que yo no sabía de lo que me hablaba.

Puede sonar extraño pero, la gente que te ve como una ex influencer piensan que sabes todo, que esperas hasta incluso el suceso mas remoto o extraño posible. Lamento decepcionar a mi audiencia deplorable pero no, no es así. Nunca nadie te otorgaría el placer de saber todo y yo, yo no era la excepción.

Cristhopher, Con sus débiles manos, las cuales no eran similares a lo que el quería demostar, aparentar, tomó la taza que estaba delante de él. La misma era tan fina que podía verme sobre su reflejo. Admirarme a la lejanía.

—Le daría explicaciones, pero creo que no son necesarias, señorita Camila. —Se levantó de su lugar, dejándome aún más confundida.—Usted ya lo sabrá.

—¿Para qué arruinar la magia de un momento misterioso, no? —Pregunté, poniéndome en la misma posición que él. No iba a consultar, refutar o decir una sola palabra. Hombres como él querían ver la duda, desesperación en tus ojos, las preguntas en el aire. Yo no le daría ese gusto así que, como siempre, preferí hacerme la desinteresada.


Aunque por dentro la curiosidad me estaba desgarrando poco a poco.

—Creo que lo comprendió todo, buenas tardes, Camila.—Concluyó su palabrerío, desorientado, ya que esperaba seguramente que le pregunte al instante de quién estabamos hablando. El esperaba que yo demuestre mi desesperación, parece tonto, pero bueno, personas como Cristopher cegadas por un empoderamiento inexistente, se fijan en esas pequeñas cosas.

Vi a mi imponente jefe retirarse, que a mi parecer era todo menos eso. Era una de esas personas que ya había conocido, y en su época, admirado. Divisé como al irse observaba a la gente del bufet con desprecio y superioridad, el era asqueroso de pies a cabeza. Lastimosamente para él mi juego había empezado, yo ya tenía su perfil, y lo deslumbraría como hice con mis otros superiores.

[••]

Tomé una taza y me hice un cafe amargo con destreza y un poco de dedicación. Mi hogar era callado y penumbre, solo le otorgaba una pequeña alegría mi gato rusky, el cuál acariciaba y rozaba mi pierna con su cola anaranjada.

Un suspiro dejó mis labios mientras apoyaba la taza sobre el fino marmol de mi cocina, como respuesta a toda esta desolación solo logré conseguir una caricia por parte del amado animal.

El atardecer se estaba asomando y así en las tardes de Japón, para mi, significaba salir a correr.

¿Por qué corría?
Para aparentar.
¿Por qué mantenía mi figura?
para agradarle a la conmovedora multitud.

Mi aliento agitado se despojaba de mis labios mientras se transformaba en un pequeño humo casi apreciable por el frío. Amaba el frío, como el viento fresco se encapsulaba en mis brazos y mis mejillas se volvían aun mas rozadas, mas tercias. Creía que el frío le otorgaba una belleza especial a cualquier persona, algo indescriptible.

Mientras corría un solo pensamiento se albergaba en mi mente:

¿algunos realmente se tomaban el tiempo de escuchar mis planes en el trabajo?

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2021 ⏰

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