Disclaimer: Moriarty the Patriot pertenece a Ryosuke Takeuchi y a Hikaru Miyoshi.
Pairing: SherLiam (Sherlock Holmes x William J. Moriarty)
Prompt: Last night
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Cuando sus pies tocaron el suelo de la estación de Grand Central, soltó un suspiro aliviado. Después de haber pasado un mes entero en Pennsylvania por un mandato del conocido como Billy the Kid, en el cual estuvo cerca de ser asesinado, se alegraba demasiado de estar de vuelta en New York. Hacía ya casi un año en que la ciudad americana se había convertido en su hogar y, aunque echaba de menos todo lo que había dejado atrás, podía decir que le gustaba la vida que llevaba ahora.
Acarició su cabello, recogido en una coleta baja, y se dirigió hacia la salida de la estación, dispuesto a regresar a su casa. Mientras caminaba, sacó de su gabardina un cigarro y se lo llevó a la boca. Lo encendió con una cerilla y le dio una lenta calada, disfrutando de la manera en la que el humo entraba por su garganta. Finalmente dejó escapar el aire en un suspiro y sonrió, contemplando el paisaje neoyorkino que tanto había extrañado durante su viaje.
–De nuevo en casa.
–Disculpe señor.
Su mirada se desvió hacia un joven que se había acercado a él. Era un hombre veinteañero que vestía un traje color azul oscuro, aunque era más como un uniforme de trabajo. Llevaba también una gorra del mismo color y por la bicicleta y la gran bolsa que traía con él pudo adivinar que era un cartero. Lo miró extrañado. ¿Acababa de llegar y Billy ya lo estaba reclamando otra vez? Suspiró tras darle una calada a su cigarro y le hizo un gesto para que hablara.
–¿Es usted Sherlock Holmes?
–El mismo en persona.
–Tengo una carta urgente para usted —le dijo mientras buscaba en su bolsa de trabajo.
–Si es de Billy the Kid no la quiero. Si quiere algo que venga personalmente a hablar conmigo. Es una molestia...
–No señor —Sherlock lo miró con una ceja levantada, ahora curioso—, el remitente es William.
Al escuchar ese nombre, sus ojos brillaron de la emoción y una amplia sonrisa se formó en su rostro. Tener una carta de parte de su Liam era la mejor bienvenida que podría tener, aunque le habría gustado más poder verlo en persona. Como si fuera un niño pequeño a punto de recibir un regalo, empezó a meterle prisa al cartero para que le entregara la carta que le había dedicado su amado rubio. Una vez la tuvo en sus manos, dedicó unos pocos segundos a admirar la hermosa caligrafía que tenía su amante. Tras agradecerle al trabajador abrió la carta, impaciente, y la leyó entusiasmado.
Querido Sherly:
Billy me comentó que tu misión en Pennsylvania parecía ir bien, a pesar de las pequeñas complicaciones, y que no tardarías en estar de vuelta. Me gustaría poder ir a la estación a esperarte para luego volver a casa juntos pero no sé si voy a estar disponible para ello, por eso te escribo esta carta. Además, como sé que esta carta estará en tus manos en cuanto regreses, he pensado que sería una buena idea celebrar tu regreso con un pequeño juego.
Mi querido detective, si eres capaz de encontrarme, me aseguraré de darte una merecida recompensa. No te preocupes, sé que te gustan los misterios y me he encargado de que sea de tu agrado. Sin embargo, tal como hice en el pasado, te iré dejando pistas y te guiaré hacia mí. El resto es trabajo tuyo, Sherlock Holmes.
Atte. William M.
PD: Saluda a Henry de mi parte.
«Este es mi Liam» pensaba Sherlock mientras la emoción e ilusión del misterio invadía todo su ser. Observó todo a su alrededor, haciendo uso de su prodigiosa observación, en busca de alguna pista que hubiera puesto su criminal favorito. Sin embargo, para su sorpresa, todo le parecía normal y como siempre. ¿Dónde habría escondido la primera huella del crimen? Como si una bombilla se hubiera encendido sobre su cabeza, creyó dar con la clave del misterio. Desvió su mirada hacia el cartero, que estaba revisando la próxima dirección a la que tenía que ir, y se acercó a él.
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Como Romeo y Julieta {Sherliam Week}
Fanfiction«La unión de dos almas sinceras no admite impedimentos. No es amor el amor que se transforma con el cambio, o se aleja con la distancia. ¡Oh, no! Es un faro siempre firme, que desafía a las tempestades sin estremecerse. Es la estrella para el navío...