Como Romeo y Julieta {Sherliam Week}

2: «The two lovers»

Disclaimer: Moriarty the Patriot pertenece a Ryosuke Takeuchi y a Hikaru Miyoshi.

Pairing: SherLiam (Sherlock Holmes x William J. Moriarty)

Prompt: Proposal

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Aunque para todos los ciudadanos americanos de Nueva York era un día normal y corriente, para Sherlock y William era un día especial: iban a tener una cita oficialmente. Era cierto que vivían juntos desde hacía tiempo y, prácticamente, desde que el rubio abrió los ojos, hacían su día a día juntos, pero pocas veces habían decidido salir juntos a dar una vuelta o a comprar algo en común. Por ello, para ambos, era un momento importante a pesar de que para los demás era insignificante.

Habían quedado en salir arreglados, aunque William se tomó demasiado literalmente esa palabra. No iban vestidos como si fueran a una reunión con la reina pero estaban lo suficientemente bien vestidos como para hacer una visita a alguna persona importante del país. Sherlock fue el que primero terminó consigo mismo y aprovechó para disfrutar de los movimientos que hacía el cuerpo de su amante mientras se vestía. El rubio pudo sentir la manera en la que la mirada del de cabellos oscuros atravesaba su propio cuerpo para encontrarse con su alma, aunque no estuviera mirándolo a los ojos directamente. Sonrió y suspiró para que el otro se diera cuenta.

–Aunque esté vistiéndome, siento que me estás desnudando con la mirada —le dijo William mientras terminaba de atarse un parche en su ojo izquierdo.

–No lo parece, lo es —el rubio rio ante la sinceridad de su amante.

–Para ti todo lo que hago es una provocación.

–¿Acaso no lo es? —la sonrisa de William fue respuesta suficiente, aunque permaneció en silencio mientras ataba la corbata de Sherlock.

–Quién sabe. Puede que sí, puede que no.

Como dos imanes que se atraen cuando son polos opuestos, el cuerpo de Sherlock se unió con el de William, acortando por completo la distancia que había entre ellos para besarse dulcemente. Después de uno seguía otro, y otro, y otro. No se cansaban de los labios del otro, como si fueran la vitamina que necesitaban para empezar sus días con energía. Conscientes de que tenían el tiempo contado, se separaron pero se prometieron en silencio seguir con sus muestras de afecto en otro momento.

–¿Qué tienes pensado para hoy, Sherly?

–Muchas cosas que te gustarán. Pero primero...

Sin decir nada más, Sherlock tomó a William de la mano y lo guió por toda la casa hasta llegar a la puerta de entrada. El rubio quiso preguntarle por lo que estaba haciendo pero los siseos que le dedicaba no le dejaron formular palabra alguna. Le pidió que se quedara allí y no se fuera a ningún otro sitio, y, antes de poder decir nada, Sherlock salió dando un portazo. William no entendía nada. ¿Acaso se había enfadado con él? No, la emoción que llevaba encima no podía fingirla. El "toc toc" que hizo la puerta le sacó de sus pensamientos antes de perderse en ellos y abrió a la persona que estaba fuera por educación. Sin embargo, al ver quién era el que le estaba esperando fuera, no pudo contenerse una carcajada.

–¡No te rías! —se quejó Sherlock con un ligero sonrojo, avergonzado. Carraspeó y le tendió una mano a William— Liam, ¿serías mi acompañante en el día de hoy?

–Sería un placer, Sherly.

Los dos compartieron una sonrisa antes de salir a la calle Broadway. William iba directamente a coger a un carruaje, pero Sherlock lo arrastró consigo hacia algún lugar de aquella calle que poco a poco se iba volviendo más famosa. Como si fueran dos niños pequeños, jugaron a adivinar a qué se dedicaba cada persona que veían pasar por la calle. Sherlock fue el que impuso esa pequeña tradición entre ellos, recordando diariamente el momento en el que ambos se enamoraron el uno del otro.