"El Sol se oculta en el horizonte y la Luna baña con su blanca luz al oscuro mundo que con su máscara de bien, disfraza su maldad".
En el castillo del Alfa Kim los pasillos permanecen en silencio como cada noche, hasta que las pisadas son escuchada...
"¿Por qué eres tan difícil de encontrar, amor? Te he buscado en las incontables noches de soledad y en los lugares llenos de bullicio, he volteado la cabeza un sinfín de veces para verte, mas no estás por aquí. Sé que el día que te encuentre sabré que eres lo único que necesito, así que no te demores en venir a mí"
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Ver notita del final :3 Capítulo dedicado a: againstsociety_ Muchas gracias otra vez por hacer los banners de la historia, Shall. Lo aprecio mucho 🥺💜
Los pequeños ojos del pelimenta fueron lentamente abiertos debido a la brillante luz del sol que resplandecía por el gran ventanal que se ubicaba en la sala del apartamento 502.
Se mostraba confundido del lugar en el que se encontraba, pues definitivamente no era su oscura habitación, no estaba envuelto en sus suaves sabanas de seda grises y tampoco recostaba su cabeza en su cómoda almohada como todas las noches. De hecho su cuello se sentía tieso y al momento de intentar moverlo le provoco un agudo dolor en la nuca, parecido a un corrientazo que se desplazaba por sus hombros.
Cuando intento pararse, sintió un peso en su pecho del cual no se había percatado, era Sunoo, quien se encontraba durmiendo con uno de los camisones que JungKook le había regalado el mismo día que lo conoció, no sin antes regañar a Min por no haberles buscado una ropa decente a los niños con la que pudieran cambiarse.
Todo comenzó en el momento en que Jeon vio la sangre que el menor tenía pintada en la parte trasera de su sopa, casi provocándole un desmayo, pensando en que el niño se había hecho daño. Luego se enteró por la misma boca de un Sunoo confundido, el cual se había olvidado de la mancha en su vestimenta.
El pelimenta también recordó la cara paniqueada de YeonJun cuando presenció los shorts grises que el omega le prestó a su hermano, los cuales dejaban al aire sus pálidos muslos, al igual que las camisas holgadas mostraban sus clavículas y el principio de su pecho. El rubio se le tiró encima en un intenta de esconderlo de la mirada del alfa mayor, sin embargo Sunoo lo empujo lejos de sí, provocando que no sirviera de mucho y ganándose un dolor en la espalda que persistió hasta el día siguiente.
Ya de eso había transcurrido una muy larga y emocionante semana, donde cada día los hermanos Kim conocían nuevas cosas del mundo al que habían llegado, y eso que ni habían salido de la comodidad del apartamento de Min.
Escucho el ruido de metales chocando en la cocina, lo cual señalaba a que eran sartenes. Con ello vino el agudo sonido de la estufa siendo encendida.
Lentamente fue rodando su cuerpo hacia el final del sofá. No quería despertar al menor y aún con el insoportable dolor en él, dobló la cabeza para cerciorarse que en ningún momento el pelinegro hiciera el amago de querer salir de su sueño. Cuando logró sentarse, acomodó un cojín bajo la cabeza de Sunoo, junto con la manta -la cual imaginó que se había caído en la noche, al encontrarla tan tranquila en el suelo- para remplazar el calor que le proporcionaba el cuerpo del mayor.
