Capítulo 591
"¡Ya casi he llegado!" Gritó He Xie a pleno pulmón, balanceándose salvajemente con la música del coche como un loco.
Al oír la música ensordecedora, Xu Xi frunció el ceño. "¿Qué estás haciendo? No me digas que estás en un bar".
He Xie dijo: "¿Cómo es posible? Voy a buscar a la señora".
Xu Xi dijo: "Apaga la música. No puedo oírte".
Dos años en Sudáfrica no le habían bastado para reflexionar sobre sí mismo como es debido. Acababa de ser trasladado de vuelta, pero ya se comportaba como un caballo salvaje sin riendas.
A He Xie no le importaba. Estaba encantado. Cuando alargó la mano para apagar la música, gritó: "¿Qué has dicho? No te oigo. Estaré allí pronto. Definitivamente completaré la misión".
Xu Xi frunció aún más el ceño y le advirtió por última vez. "Conduce despacio en tu jodido camino de vuelta. Si le haces daño a un solo pelo de la señorita Ling, el Tercer Maestro te enviará a Marte".
Zhu no le oyó gritar. Estaba inmerso en su propio mundo.
De repente, una figura salió corriendo de los arbustos junto al camino.
Los ojos de He Xie se entrecerraron, y se puso sobrio al instante. Frenó inmediatamente.
Los frenos produjeron un fuerte chirrido.
En el momento en que el coche se detuvo, la persona se desplomó.
¡Mierda!
Había atropellado a alguien.
Acababa de abrir la puerta del coche para echar un vistazo cuando la persona atropellada se levantó de repente. Era una mujer. Corrió hacia ella asustada. "¡Ayuda!"
He Xie vio claramente a un hombre de negro parado no muy lejos. Llevaba una pistola en la mano. En el momento en que apretó el gatillo, se abalanzó y arrastró a la mujer.
El hombre de negro no esperaba ser descubierto. Había recibido la orden de silenciar a alguien. Hizo otro disparo, pero fue esquivado de nuevo.
No sabía por qué se perseguía a la mujer que tenía delante, pero hacía dos horas que había aterrizado en las Maldivas. Por fin ya no tenía que quedarse en la olvidada Sudáfrica. Estaba de buen humor, así que decidió ayudarla al ver esta injusticia.
Tenía suerte de haberse encontrado con él.
El hombre de negro miró con rabia al hombre que había arruinado su plan y se abalanzó sobre él. Si no sabía lo que le convenía, también se desharía de él.
Sin embargo, sólo había dado dos pasos cuando sintió un fuerte dolor en el muslo. Le habían disparado.
He Xie había realizado dos disparos consecutivos, uno de los cuales había impactado en una de sus piernas. El hombre de negro se arrodilló en el suelo con un ruido sordo. Sabía que había encontrado a su rival. No podía seguir molestándole. Se levantó y trató de escapar.
Sin embargo, había subestimado a He Xie, que inicialmente estaba de buen humor. Ahora que su buen humor se había arruinado, ardía de ira.
Un minuto después, el hombre de negro fue atado y arrojado al asiento trasero. La sangre seguía manando de su muslo mientras miraba al infeliz que tenía delante. Sus ojos estaban rojos de ira. "¿Quién eres tú?"
"¡Todavía no te he preguntado eso!" He Xie estaba enfadado. Por fin había regresado, pero antes de que pudiera pasarlo bien, una mosca había venido a arruinar su estado de ánimo.
