~Capítulo 4~

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(...)


La graduación de Maia.

Su desplazamiento a la guarida.

Exámenes físicos y estudios de otras personas con habilidades útiles que le servirían para su viaje al extranjero.

Tomó tiempo, pero fue lo suficiente para ayudarla a ir en las mejores condiciones afuera.

Misión: Ir al extranjero a buscar personas con habilidades útiles, y formar organizaciones secretas donde poder protegerlos, darles sustento económico y la posibilidad de educarlos hasta que sus habilidades desaparecieran. Además de salvar lo más posible a jóvenes que estén siendo utilizados para experimentación...

Una vez lista, se despidió de cada uno de los chicos del cuartel. No los vería en bastante tiempo, y aunque sabían que ella lograría la misión, estaban preocupados de lo que pudiera pasar... Shunsuke no era la excepción...

--          Shunsuke-kun (abrió la puerta de la oficina y vio como el joven estaba sentado con la vista en dirección al suelo) Ya tengo que irme

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-- Shunsuke-kun (abrió la puerta de la oficina y vio como el joven estaba sentado con la vista en dirección al suelo) Ya tengo que irme...

-- Maia... ¿Podrías acercarte? (se levantó y trató de caminar hacia ella sin su bastón, por lo que esta tomó sus manos que estaban extendidas como si la tratara de buscar)

-- ¿Qué sucede?

-- (comenzó a tocar con suavidad su rostro mientras se hacía una imagen mental de ella) No creo que haya alguna posibilidad de verte, pero al menos quiero imaginarte y recordarte en mi mente...

-- (sonrió y tomó sus manos, que se encontraban en sus mejillas. Dejándose consentir) Entiendo... Aunque aún no pierdo la esperanza de poder devolverte la vista...

-- Si eso representa un peligro para ti preferiría que no lo hicieras...


El joven jefe sintió como la chica sonrió, pero también sintió húmedo comprendiendo al instante que estaba llorando. No le gustaba las despedidas, y tampoco quería exponerla a tanto peligro cuando puede protegerla, pero ella misma hizo suyo el objetivo.

Según Maia, un poder tan grande no puede ser usado para si mismo si eres capaz de proteger a otro...

-- ¿Aún estas segura de ir?

-- (rió) Me preguntas eso... cuando estoy por irme

-- Es que necesito de tu seguridad para dejarte ir...

La menor sintió como el joven con sus pulgares comenzó a acariciar sus mejillas tras decir eso, y en un instante después de tocar suavemente sus labios se acercó y la besó.

El silencio se mantuvo mientras la chica no sabía qué hacer, por lo que cerró sus ojos dejando sentir ese tacto completamente nuevo...


A strange comet [Charlotte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora