Capítulo 16

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Shen Jiu va a matarlo.

Porque ahora, Shen Yuan está atado con cables de unión inmortal y está sudando mientras escucha hablar al Desollador.

Sí, estaba muerto. Definitivamente. Shen Yuan rezó algunas oraciones para cualquier dios que pudiera oírle, y luego miró al Desollador con una expresión en blanco, pensando en como hace varias horas atrás estaba a salvo y siendo mimado por su persona favorita.

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"Son demasiadas capas..." Shen Yuan murmura mientras Shen Jiu ajusta la última capa de la túnica sobre su cuerpo. De todos modos, se inclina hacia abajo, queriendo deslizar una mano contra la curva afilada de la mandíbula de su esposo. Hay algo en esta escena, la forma en que Shen Jiu pasa los dedos por el cuello de su túnica, acomodándolo, y el ajuste de la faja sobre sus caderas, que hace que Shen Yuan se sienta como un marido al que su esposa le ajusta la corbata. Es una sensación tan cálida que no puede evitar inclinar su cabeza para presionar sus labios contra los de Shen Jiu. El hombre más joven siguió su acción, inclinando la cabeza hacia atrás con un sonido suave. No es un suspiro, tampoco un sonido de molestia, pero burbujea bajo su piel con dulzura.

"Tu temperatura corporal es más fría de lo que se supone, A-Yuan" Shen Jiu responde después de apartarse, todavía está arreglando el atuendo de Shen Yuan, ajustando la faja y alisando las arrugas con una sonrisa demasiado paciente. Desde la desviación de Qi forzada por el Sistema, la salud de Shen Yuan parecía oscilar entre muy enferma o decentemente bien. Hoy era un día más enfermizo, se había levantado aturdido, había vomitado el desayuno, se había lavado la boca con un montón de té de mierda y menta, lo vomitó, había repetido el proceso y odiaba en silencio cómo el Sistema le había bendecido básicamente con una salud de mierda sin ninguna puta razón.

Se tardó una hora en suplicar y tranquilizar a Shen Jiu, diciéndole que estaría bien si simplemente iban. Shen Yuan, a pesar de tener que estar allí a la fuerza, estaba algo emocionado por visitar la Ciudad Shuang Hu. Lo menos que podía hacer era prometer que se quedaría al lado de Shen Jiu pasara lo que pasara. Que era lo que planeaba hacer de todos modos. Shen Yuan, por mucho que quisiera ayudar a aminorar el terrible final de la novela, estaba más o menos bien con sólo aferrarse a Shen Jiu durante todo el tiempo, como alguien que tiraba de los hilos en la parte de atrás. Ya estaba cerca de Luo Binghe, y supuso que podría adular a su didi en el futuro para, probablemente, no vaya a destruir a Cang Qiong... Además, Shen Yuan no quería otra cosa que ser el amigo íntimo de Luo Binghe, y estar ahí para sus.... muchas bodas futuras.

"No está tan mal". Shen Yuan se queja, echando la cabeza hacia atrás como si fuera un adolescente quejándose con su madre. "Tu marido es solo delicado y de piel blanca".

"Mi marido tiene suerte de que su Xiao Jiu sea lo suficientemente generoso como para permitirle venir" El tono de Shen Jiu es cortante, sus manos se extienden para colocarse sobre las frías mejillas de Shen Yuan. En ese momento se produce un torrente de calor, un qi familiar que recorre su cuerpo y le hace sonreír. No puede evitar colocar sus palmas sobre las manos de Shen Jiu, con el pulgar rozando la curva de sus delgadas muñecas.

"Muy afortunado, me aburriría sin ti aquí". Shen Yuan se burla, un coqueteo en su voz, "sin mi hermoso..."

"No lo hagas". La cara de Shen Jiu se enrojece, su cabeza agachada y los hombros encorvados mientras se aparta, con los dedos envolviendo un abanico que se abre de golpe. Se lo lleva a la cara, lanzándole a Shen Yuan una mirada más complacida que irritada. Una promesa silenciosa de que harían más cosas cuando estuvieran solos. Y Shen Yuan estaría bien si no fuera sexo. Si sólo se acurrucaban contra las sábanas, arropados bajo una manta en la que pudieran abrazarse como solían hacerlo, también estaba bien.

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