Kim Taehyung decide unir su vida con la de su hermosa prometida en santo matrimonio, y para ello, solicita los servicios del mejor organizador de bodas de su país, Jung Hoseok, quien con el pasar del tiempo junto al joven Kim, no puede evitar desarr...
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2 Años Después...
Jimin vio a través del cristal como Taehyung parecía trabajar exhaustivamente en su oficina como cada día.
Siempre vestido con traje, su cabello castaño claro bien peinado y su cara de asesino en serie, todo en orden.
Park sonrió ampliamente y peinó sus hebras rojizas prolijamente, ajustó su corbata y con un último suspiro de aliento, accedió a la oficina de Kim Taehyung.
Sin siquiera alzar su vista, el castaño resopló:
-Largo de mi oficina, Park.
-¿Cómo sabes que era yo? –Cuestionó con fingida sorpresa.
-Porque eres el único que entra a mi oficina sin tocar. –Obvió, depositando durante un breve segundo su mirada en el pelirrojo, para luego regresarla a la pantalla de su ordenador.
Jimin sonrió a labios cerrados y en un inesperado cambio radical de actitud, tiró la puerta de cristal hasta cerrarla, consiguiendo que las paredes de vidrio temblaran ante la fuerza que utilizó en ese repentino portazo.
Todas las personas fuera de la oficina de Kim temblaron en sus lugares por el estruendoso golpe, exceptuando al propio dueño, quien ni parpadeó ante la rabieta de Park.
-¿Qué quieres, Jimin? –Inquirió de nuevo, esta vez con toda su atención puesta sobre el aludido, mientras dejaba descansar sus manos entrelazadas sobre su abdomen.
Park esta vez se acercó con absoluta seriedad hacia el escritorio del castaño y estampó sus palmas en el roble oscuro de este.
-Vengo, pacíficamente, a invitarte por octava vez en esta semana, a mi ansiada boda. –Anunció con serenidad.
-No.
Y eso fue todo lo que pronunció, volviendo su atención hacia la computadora.
Jimin dejó caer sus hombros y su gesto cambió a uno cansado.
-¡Oh, vamos! Taehyung, por favor, eres mi mejor amigo. Es imposible para mí imaginar mi boda sin ti ahí. Necesito que vayas, es más, es tu obligación como mi mejor amigo ir. –Insistió el más bajo, formando un puchero.
-Tú no estuviste cuando yo intenté casarme. –Le recordó con reproche.
-¡Mi tío murió! –Se excusó de inmediato, frunciendo su ceño con irritación.
A veces de verdad le daban ganas de golpear el estúpido rostro de Kim Taehyung.
-Pues en esta ocasión, yo también estoy de luto. –Alegó con seriedad, mirando directamente a los ojos del pelirrojo.
Aunque este, sin creer para nada en sus palabras, solo alzó una ceja y se cruzó de brazos frente al escritorio.
