CAPÍTULO Ⅱ
-él-
Su infancia es algo que no me gusta recordar porque siento que sufrió demasiado y no quiero que llore mientras lee esto.
En resumen fue aquel típico niño estudioso, de pocos amigos, de padres divorciados, mala relación con su hermano mayor y amor incomparable hacia su adorado abuelo.
Dejando a un lado esos años de dolor y lágrimas, el niño creció, y como el mismo le contó a ella una noche:
Siempre tuvo la dicha de estar con quien quiso, pero sentía que esas relaciones no le llenaban, que solo estaban con él por su físico y no por su belleza interior, a lo mejor y era por eso que sus relaciones no duraban mucho tiempo. Estas cosas le causaban un efecto de dolor cada noche cuando más solo se sentía, éste dolor fue el causante de que empezara a buscar de Dios y éste, a su vez, fue el causante de que ella apareciera en su vida.
Debido a las cosas que suceden como si fuesen una escena cualquiera de un acto de magia, él la encontró ella, y fue en ese instante cuando se dio cuenta de que había encontrado en esa sola chica todo lo que llevaba buscando por tanto tiempo, todo lo que necesitaba, todo lo que anhelaba, ella era su paquete completo, su otra mitad, simplemente era su tan anhelada alma gemela.
Desde que supo que la amaba él cambió, fue una mejor persona. Dejó cosas atrás que realmente le gustaba para mantenerse lo más puro posible para ella; pero lo más mágico era que, sin saberlo, ambos soñaban cada noche con el mismo sueño, lo malo, es que no era en la misma cama.
