Infidelidad

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Después de varios intentos fallidos tratando de acertar la llave en el hueco de la cerradura, entramos en su apartamento. Cerró la puerta tras de sí, me tomó entre sus brazos y dio vida a mi cuello con sus fértiles labios.

No sé qué me pasó...era la primera vez que hacía algo como esto, era la primera vez que hacía el amor con un hombre que no fuera Gerardo. Toqué las estrellas, no me sentí culpable, no albergué remordimientos; quizás fue esta la manera que encontré de vengarme de mi esposo y su hiriente indiferencia.

Después de tantos años volví a sentirme bella, deseada, amada, viva...volví a sentirme mujer. No me importó nada más que disfrutar el momento a plenitud, creo que el simple hecho de ser dos desconocidos nos ayudó a entregarnos sin prejuicios.

Los ronquidos de Gerardo me despertaron, el reloj marcaba las dos de la mañana...cerré los ojos y volví a tocar el cielo.


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