ᶜʰᵃⁿᵍᵉ ♡ 𝘞𝘰𝘰𝘚𝘢𝘯

Home.

Al llegar a su casa, lanzó su mochila al suelo y camino a su habitación iba desprendiéndose prenda por prenda, sintiéndose liberado cuando aquella camisa verde había cubierto su torso y su overol azul completaba su vestuario, sonriendo se lazo contra su cama y miró su manito, aún la sentía cosquillear por el suave beso que Wooyoung dejó sobre esta antes de despedirse de él y subir a su moto, sonrió y pataleo nervioso en su lugar, tímido, nervioso, cálido.

De nueva cuenta, un nuevo mensaje había caído a su celular y sólo supo que una sonrisa tonta se había instalado en su rostro cuando el mensaje de Wooyoung cayó con una foto y un corto "Ya estoy en casa" al que le continuó un "¿Tú ya llegaste?" que lo hizo suspirar, se tomó una fotografía rápida solo de su rostro (porque ya llevaba sus ropas holgadas puestas y Wooyoung NO debería saber que su cambio de ropa era sólo para la universidad, no, no, no) y la adjuntaba al chat antes de colocar un "Estoy en casa" que lo hizo sentir nervioso, como el pelinegro no contestó de pronto se dispuso a lavar su rostro y quitar cualquier rastro de maquillaje, mojo también su cabello dejando a la vista sus rulitos (de los cuales ya se había encariñado nuevamente, Wooyoung lo llamaba así de todas formas), era la 1 de la tarde así que tendría tiempo aún para prepararse y cruzar la calle para llegar a la casa de Yeosang (si, aún se sorprendía con el dato de que eran vecinos), tomó su mochila y sacó los cuadernos y dos libros que tenía dentro para guardarlos sobre su escritorio, todo perfectamente ordenado, la parte difícil era encontrar una pijama que no lo hiciera ver tan pequeño e infantil antes los demás, lo cual era un trabajo difícil, toda su ropa era tres tallas más grandes (incluidas sus pijamas) y la única ropa que tenía de su talla era la que usaba para ir a la Universidad, sin duda alguna que no dormiría con eso puesto.

Comenzó a sacar poco a poco sus conjuntos de pijamas mientras los dejaba en la cama y revisaba, llevaba casi 8 cambios de ropa y no había nada que lo convenciera, suspiro con su ceño fruncido, ¿Por qué no encontraba su azul? Era la única que tenía que se le veía de su talla y ahora no estaba por ninguna parte, grandioso, simplemente estupendo.

Su celular vibró sobre la cama y vio que Hongjoong le había mandado el conjunto de pijamas que llevaría con Seonghwa (si, tenían pijamas de pareja) y sonrió, era un conjunto lindo, luego, segundos después fue Yunho quien le mostró su pijama y la de Mingi (si, también tenían pijamas de pareja) y frunció su ceño, él también quería usar pijamas de pareja con alguien... Como Wooyoung.

Observando el desastre en su habitación (él llamaba desastre a unas cuantas prendas sobre el suelo y su cama) salió de su habitación cuando el timbre de la puerta comenzó a sonar, confundido fue hasta ella ya que normalmente nunca recibía visitas (ya que tenía pocos amigos y todos estaban en clases aún, lo cual lo hizo preguntarse en que momento tomaron fotos de sus pijamas si se suponía seguían en clases, pero bufo, dejando el pensamiento de lado), sin siquiera observar por la grieta de la puerta simplemente la abrió y quedó quieto, confundido y sonrojado cuando un sonriente Wooyoung se mostraba del otro lado con unos jeans azules, una camisa gris y una chaqueta de lona azul oscuro, y por supuesto, una enorme sonrisa en sus labios.

-¡Ricitos!- le saludó el contrario con emoción, abriéndose pasó hacia adentro mientras besaba su mejilla de paso y tiraba la mochila sobre su sofá, cerró y le miró, aún toral ente confundido.

-¿Woo? ¿Qué haces aquí?- preguntó extrañado, revisando su chat con el pelinegro para ver si este le había avisado que iría o algo pero no, no había nada.

-Bien, digamos que dije que no pasaría nada de malo si llegaba antes a la casa de Yeo, pero él idiota realmente pensaba ponerme a limpiar su casa, así que huí- le explicó él con una sonrisa- y recordé que vivías en frente de su casa y heme aquí- concluyó Wooyoung con tranquilidad, como si aquello no fuera absolutamente extraño- te ves bonito- le dijo de la nada y entonces se sonrojo, recordando como estaba vestido.