Capítulo 1

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Apoyó el mentón sobre la mesa, observando al joven rubio colocando sus cosas en su parte del mueble del comedor. El destino estaba jugándosela, estaba seguro. No podía ser otra cosa. Porque , definitivamente, que su compañero de piso fuera la persona que más odiaba sobre la faz de la tierra no tenía nada de gracioso.

***

Su convivencia en el estudio de baile no había comenzado con buen pie, ni siquiera había mejorado en aquello dos años. Tanto Stefan como su grupito de pijos consideraban que el ballet era mucho más baile que aquellos "movimientos sin gracia ni elegancia" que Dylan y sus compañeros realizaban. Siempre tenían líos con los horarios de ensayo. Aquel día, el punto de inflexión en la vida de ambos, no iba a ser diferente.

***
Dylan se detuvo en seco y abrió los ojos al sentir detenerse la música. Se volvió hacia el reproductor. Como no. Stefan era el primer bailarín de aquella pequeña compañía. Sin duda, el cabrón era atractivo. De cuerpo musculoso, bien trabajado, alto, rubio, de ojos azules. Lo que cualquier mujer desearía ver en su cama por las mañanas. Según sus compañeros, lo único que lo diferenciaba de él era su cabello azabache y los múltiples tatuajes que adornaban su cuerpo.
_Enciende la música
_Son las cinco y media. Nos toca
_Nos queda una hora
_He reservado a partir de y media. Ve a ver en el tablón.
_¿Para qué? Ya lo habrás amañado de alguna manera. Nos queda una hora
_El certamen se acerca y necesitamos ensayar. No tengo tiempo para perderlo discutiendo contigo.
Posó su bolsa al lado del reproductor, invitando a sus compañeros a entrar. Dylan frunció el ceño, encarándose con él.
_¿No me has oído acaso? Te he dicho que te largues
_Esas mallas te quedan muy bien. ¿Por qué no te piras tu, marica?
Cuando Dylan quiso darse cuenta, su espalda había chocado con tal violencia contra uno de los espejos que lo habia roto.
_Ahora la has cagado, marica
_Repítelo si te atreves
_Ma-ri-ca
Esta vez lo estaba esperando. Se las ingenió para cogerlo del cuello con una de las manos,causando los gritos histéricos de las compañeras de Stefan, mientras él lo enganchaba de la pechera de la camiseta.
_Te vas a arrepentir de esto
_Eso habrá que verlo
_¡Suficiente!
Ambos jóvenes se quedaron paralizados. Habían reconocido aquella voz.

***

La directora se puso frente a ellos con los brazos cruzados sobre el pecho.
_No me esperaba esto de usted, señor Stefan. Esa actitud tan poco decorosa...
_Lo siento, señora. No volverá a ocurrir.
_Y en cuanto a usted, señor Dylan... Su actitud deja mucho que desear. Y espero que su vocabulario mejore.
_Perdona, tí... Digo...señora
Ambos chicos se miraron, intentando fulminar al otro con la mirada en cuanto ella se giró.
_En cuanto al certamen, ninguno de los dos participará...
_¡¿Qué?!
_¿¡Cómo que no?!
_¡Hemos estado trabajando meses para eso!
_¡Van a venir ojeadores!
_No me han dejado acabar. Ninguno de los participará con sus grupos. Lo harán juntos.
_¿Jun...?
_¿Con ese tío?
_¡Señor Dylan!
_Perdón
_No quiero que cada uno aplique su estilo por separado. Quiero que los fusionen y nos ofrezcan un memorable espectáculo. Ahora vayan a ensayar.

***
Frunció el ceño, clavando la mirada en el joven. Stefan estaba sujeto a la barra, estirando.
_¿Ya te vas?
_Me mudo.Ahora con el certamen solo trabajo a media jornada.
_Ah...entiendo.
Así que aquel niño bien trabajaba.
_¿Y en que...?
_Por favor. No vuelvas a hablarme.
Salió de la sala, colgándose la mochila del hombro. Dylan pegó un puñetazo al suelo. No lo aguantaba.

***

Se tropezó con su casero al subir. Si él estaba allí significaba que tenía nuevo compañero de piso. Gracias a dios. Estaba cansado de pagar solo el alquiler. Bueno, estaban en una zona barata. Esperaba que su compañero tuviera algo en común con él. Lo prefería a que fuera como aquel imbécil estirado. Encontró la puerta abierta y un montón de cajas a la entrada. _¿Hola?
Ingresó en el apartamento , mirando a todos lados. ¿Dónde se había metido?
_Bienvenido
Dio un bote al oír la voz a su espalda.
_Soy tu nuevo compañero de piso. Me llamo Stefan ¿y tu?
_¡No me jodas!

***
_Necesito utilizar la cocina.
_Te esperas
Dylan gruñó, sentándose en la mesa. Un mes de convivencia y las cosas empeoraban a marchas forzadas.
_¿Qué necesitas calentar?
_El pollo
_Bien. Yo lo hago
_Ni hablar. Seguro que me lo quemas
_Imbécil. Yo ya he terminado. Me voy a comer a mi cuarto.
Stefan apenas salía de su cuarto. Pero tenía unos estrictos horarios. Despertador a las seis y media de la mañana, estiramientos a las siete menos cuarto, correr hasta las ocho,ducha a las ocho y cuarto y desayuno a las nueve en punto. Dylan vivía como una medusa, según le llevara la marea. Lo único fijo que tenía era su horario de trabajo en la tienda de música. Le dio la vuelta a la pechuga de pollo, pensativo. No es que quisiera saber más de él, pero no le parecía del tipo que salía de fiesta y solía regresar a altas horas de la noche. ¿Si solo trabajaba por las mañanas a que se dedicaba por la noche?

***
_Te dije que te pondría un piso. ¿Por qué no quieres, Stefan?
El joven se limitó a sonreirle al atractivo hombre mientras se vestía.
_No te gusta que te mantengan ¿es eso?
_Ya deberías saberlo...
_Stefan...
_Dime
_Sabes que te quiero
_Sí, lo sé. Y yo a ti.
Sintió como el hombre le abrazaba por detrás.
_Jason... ¿soy el único para ti?
_Lo eres.

***

Se descalzó en la entrada. Supuso que Dylan ya estaba dormido, pero no era así.
_Hola
_Hola.
_Ahm...me voy a mi cuarto
_Bien
_Bien
_¿Eres puto?
_¡¿Qué? !
_Apestas a sexo
_Cierra la boca
_¿Tienes una amante?
_Sí.
_¿Por eso andas raro?
_¡Olvidame!
_Pero cuéntame, que somos compañeros
Le cerró la puerta en las narices. ¿Tan evidente era?

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