Capítulo 8

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Stefan marcó con el rotulador el último día del calendario antes del círculo rojo. Al día siguiente era el concurso. El tiempo había pasado muy rápido. En apenas seis meses...
Se volvió hacia Dylan que dormía plácidamente, sujetándole de la cintura. Recorrió con sus dedos los suaves trazos de los tatuajes que le recorrían el pecho y los brazos. Si alguien hubiera predecido aquello se hubiera echado a reír a carcajadas. Durante aquel tiempo ambos habían aprendido del otro, tanto técnicamente como personalmente, y Stefan agradecía sobremanera todo aquello ya que le había hecho abrir los ojos a una nueva y mejorada realidad. Una en la que se sentía capaz de cualquier cosa si él estaba a su lado.
_¿Piensas quedarte mucho mirándome o vas a besarme ya?
Stefan le colocó la almohada sobre la cara, apretando. Dylan se debatió hasta que consiguió zafarse.
_¡Joder! ¿Estás pirado o que cojones te pas...?
El rubio le besó apasionadamente, colocándose sobre él.
_Dylan, hay algo que no sabes

***

_Entiendo
_¿Solo dirás eso?
_No me has dado tiempo a digerirlo, espera.
Se quedaron en silencio un rato hasta que Dylan volvió a tomar la palabra.
_Entonces ¿eres un niño rico?
_Sí.
_Y tu madre quiere que vuelvas a casa.
_Así es
_Le dijiste que le darías una respuesta tras el certamen.
_En el clavo
_¿Qué has decidido?
_Quiero quedarme contigo...
_Pero tienes miedo de que te juzguen por ello. Porque yo no soy...una mujer
El joven asintió, hundiendo el rostro en su pecho.
_Yo tengo veinticinco años y tu los cumplirás en breve. Creo que ya somos mayorcitos para decidir como queremos vivir. Que les den por el culo a los demás.
_Pero, Dylan...
_Sí, ya sé. Te conozco, Stefan. Yo los convenceré de que soy lo mejor para ti.
_Dylan...
_¿Qué...?
_Eres una medusa que dice cosas inteligentes
_Y tu un obseso

***
_No. Así, así
Dylan palmeó enérgicamente sobre la mesa, marcándole el ritmo a los pasos de Stefan.
_¿Así?
_Perfecto. Vamos a estirar. Mañana es el gran día y quiero invitarte a cenar.
_¿Al burger?
_A un sitio más elegante
_¿A la pizzería?
_Sigue diciendo sitios. Puede que algún día aciertes
_Dime donde, Dylan
_Lo sabrás esta noche
_Pero...
_¡Señores!
Se separaron de golpe, volviéndose hacia la puerta.
_¡Joder, tía! ¡Que susto nos has pegado!
_Veo que su mala educación sigue intacta, señor Dylan.
Stefan soltó una leve risilla, ganándose un codazo del moreno.
_Venía a comprobar como llevan su número. Aunque ya veo por sus caras que muy bien. Señor Stefan ¿podría hablar con usted un momento?

***
_Estoy preocupada por usted. He oído que tuvo varios problemas en el certamen de hace dos años.
Stefan se mordió los labios, esquivando la mirada de la mujer.
_Sí, pero este año no pasará.
_Señor Stefan, si no se ve preparado no tiene porque forzarse.
_Estoy bien. De veras. Al trabajar con Dylan, yo...estoy seguro de participar. Y lo haré lo mejor que pueda. Sé que puedo hacerlo porque él...
_Ah...ese chico causa esa sensación ¿verdad?
_¿A que se refiere?
_Desde que llegó ha sido un referente. Su talento innato, su personalidad. Siempre saca lo mejor de todo aquel con el que se cruza. Es uno entre un millón.

Stefan le observó a través de la puerta de cristal del estudio. Era más que eso.

***

_Es...
_Un restaurante elegante para un hombrecito elegante.
_Eres tonto
_Ah, bueno. Solo quería darte una sorpresa. Si eso me hace tonto, lo soy.
Stefan se incorporó, besandolo, apoyado sobre la mesa.
_Gracias. Me ha gustado la sorpresa.
Cuando ambos se pusieron a mirar la carta, un hombre se les acercó.
_Perdonen, señores. Varios clientes se han quejado de una conducta inapropiada y...
_¿Conducta inapropiada?
Dylan miró a su alrededor. Varias parejas se habían besado durante la cena y casi todas tenían las manos cogidas sobre la mesa. Frunció el ceño, apretando la mano de Stefan.
_¿Por? ¿Por qué somos dos hombres y nos hemos besado? ¿Por qué cenamos cogidos de las manos?
_Señor, yo no...
_Entonces explícame el motivo de que nosotros seamos los únicos a los que vienes a molestar. Observa a tu alrededor. ¿Ves alguna diferencia? Porque yo no la veo.
_Pero señor, esto es un local de prestigio y...
_Local de prestigio. Ya veo. Stefan, nos marchamos.
El rubio se levantó, bajando la mirada. Notaba los ojos de todos clavados en ellos. Para su sorpresa, se elevaron varias voces enfadadas en su defensa. Dylan cruzó los brazos sobre el pecho frente al hombre trajeado con una amplia sonrisa.
_Bien... ¿y ahora qué?

***

Dylan comenzó a moverse sobre Stefan, dando leves gemidos.
_Stefan...
_Me gusta cuando haces esto.
_Últimamente siempre lo hacemos de la otra forma. Pensé que te gustaría así ¡ngh!
Stefan acarició la mejilla de Dylan, uniendo los labios a los suyos en un tierno beso.
_Dylan, te quiero
_Ya lo veo. Te la pongo dura
_Idiota...
El moreno se echó a reír, abrazándose a él.
_Y bien dura. Por cierto, sigues siendo muy rápido cuando te corres.
Stefan se sonrojó, pellizcandole el trasero.
_Calla, tonto. O te romperé el culo con ella
_Eso me gustaría verlo
_Entonces probemos
_No puedes conmigo
_Estate quieto
Comenzaron a forcejear,entre carcajadas.
_Deberíamos dormir, mañana es el gran día
_Deberíamos, buen punto
_No sé si podré dormir, Dylan
_Te cantaré una nana si quieres
_Prefiero que me abraces y oír tu respiración en mi oído.
_Eso haré

***
Aquella noche ninguno de los dos durmió apenas. Nos quedamos entre las sábanas, abrazados, con la mirada clavada en los números brillantes del reloj digital y con el pensamiento centrado en el día siguiente. El certamen sería un punto de inflexión en nuestras vidas. Por un momento, fui yo el que tuvo miedo.

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