_¡Feliz cuarenta cumpleaños!
Dylan puso los ojos en blanco, soplando las velas del pastel. Sus alumnos estallaron en sonoros aplausos y victoreos.
_Chicos, os habéis pasado con recordarme que a partir de hoy voy a ser un maldito cuarentón.
_¡Pero si es la mejor edad para un hombre, profe!
_Además que usted se conserva muy bien
_Panda de pelotas. Venga, recogedlo todo que hoy llego tarde.
_Su tarta, profesor
_Gracias, chicos. De veras. Mañana pienso traeros caramelos.***
Salió corriendo de la escuela, abriendo el monovolumen. Tenía que recoger a Amber primero. No quería que la niña volviera a hacerle pucheros. Le podía desde el momento en el que la habían adoptado. Aceleró, incorporándose al tráfico y subió la música. Comenzó a repiquetear con los dedos al ritmo, mientras los pasos se dibujaban en su mente. Las canciones de aquel musical eran realmente inspiradoras. Le habían pedido que creara las coreografías y allí estaba él,atendiendo a sus hijos, a sus clases y trabajando por la noche. Le gustaba estar tan solicitado, pero lo hacía más cuando su media naranja estaba presente.
Detuvo el coche frente al edificio a tiempo de ver a la pequeña pelirroja salir del colegio vestida con su tutú rosa.
_¡Papi!
_¡Nena!
La abrazó con fuerza antes de ayudarla a subir.Ató el cinturón de la sillita de la niña, volviendo a ocupar su lugar. Ahora tocaba ir a por el mayor.***
_Vaya, vaya ¿esta es tu novia? Es un placer, preciosidad
_Pa...pá
_¿Qué? Solo intentaba ser amable. No te la voy a quitar, Lex.
El adolescente suspiró, intentando no reírse.
_Por cierto, Adele, Lex nos ha hablado maravillas de ti ¿a que sí, Amber?
La pequeña asintió ante el sonrojo de su hermano.
_So-solo lo normal
_Y también nos ha dicho que bailas
_Sí. Hago ballet desde los cinco años.
_Empezaste temprano.
_Con esa edad vi al señor Stefan bailando y...Perdón, yo... Lex me dijo que...
_No. No pasa nada, continúa.
_Bailaba tan bien que quería hacerlo como él.
_Stefan tiene una técnica exquisita y un talento innato. Su cuerpo está forjado por la práctica y su voluntad es de hierro. Me gusta que le escojas como modelo a seguir. Por cierto, esta noche...***
Stefan peinó su cabello rubio con los dedos. Hacía más de quince años que actuaba con el ballet nacional, pero aún seguía poniéndose nervioso antes de salir a escena. Suspiró, cerrando los ojos. Aquella noche era especial. Tras casi seis meses de tour, regresaba a casa.***
Ocuparon sus asientos en las primeras filas, junto a los padres de Stefan que saludaron con efusividad a sus nietos. _Dylan, nos gustaría que vinieseis a comer un día a casa.
_Por supuesto, Dione. Será un placer
_Papi ¿por qué llamas a la yaya por su nombre?
_Porque los papis tenemos esos derechos, Amber
Su frase su interrumpida por un chillido de la niña. Stefan estaba sobre el escenario, con una amplia sonrisa adornándole el rostro. Pronunció el nombre de Dylan seguido de un "te echaba en falta". El moreno se acercó al escenario, mientras el rubio se arrodillaba en el borde. Unieron sus labios en un fiero beso.
_Bienvenido a casa, señor bailarín
_Es un placer estar de vuelta, señor profesor multitarea.
Se besaron de nuevo mientras la gente comenzaba a entrar.
_Debo entrar a cambiarme. Disfrutad de la función.
Envió un beso a la pequeña y le guiñó el ojo a Lex antes de perderse de nuevo entre los cortinajes del escenario. Dylan ocupó de nuevo su asiento. Aquella noche iba a hacerle pagar seis meses de abstinencia hasta las últimas consecuencias.***
_Lex me contó que ambos entraron en esa escuela ¿por qué solo el señor Stefan se convirtió en bailarín profesional?
Dylan pegó un bocado a la hamburguesa, mirando a Stefan.
_Digamos que es una larga historia.
Lex, su novia y la pequeña Amber les observaban con atención, esperando aquella larga historia. Stefan ahogó una carcajada.
_Me da que vas a tener que contarlo, Dylan
_Todo empezó cuando nos propusieron participar en otro concurso. Este con la posibilidad de acceder al mundo del espectáculo. Durante esa actuación yo...***
Llevaba varios días con molestias en la rodilla. No les dio importancia hasta que oyó el crac y se desplomó sobre el escenario. Stefan se volvió, aterrado hacia él, dispuesto a echar a correr a su lado.
_¡Ni se te ocurra! ¡Sigue!
_Pero...
_¡Que sigas, Stefan!
Se arrastró como pudo fuera del escenario, apoyando la espalda contra la pared. Pudo ver a Stefan terminar su rutina. Parecía un ángel bajo los focos. Su ángel. Volvió la mirada hacia su rodilla. El no podría brillar de aquella forma. Ya no más***
_Volverás a recuperar la movilidad total de la rodilla.
_¿Bailaré?
_Lo harás, pero...
_No podré ser profesional
_Así es. No puedes forzar la rodilla. Corres el riesgo de que vuelva a romperse. Lo siento, chico.
Stefan se echó a llorar como un niño, sujeto con fuerza a su mano.
_Dylan, lo dejaré. No quiero seguir sin ti. Pídemelo y lo haré, yo...
_Ni hablar. No lo dejarás. Vas a llegar tan alto que los pájaros te envidiarán. Eres bailarín, Stefan. Y eso serás
_Pero Dylan...
_Me he roto. Se ha terminado para mi esta vez. Pero no para ti
_Tengo miedo. Nunca he subido solo a un escenario. No me siento capaz si no es contigo.
Dylan le dejó sitio en la camilla, abrazándole con fuerza.
_Te acompañaré aunque sea con la pierna al hombro. No estarás solo. Nunca lo estarás. Te lo prometo.***
_A pesar de que mi sueño se quebró no siento que haya malgastado mi tiempo ni mi talento. Encontré una forma diferente de triunfar. Soy profesor y coreografo. Soy amante y padre. Soy lo que quiero ser. Mis prioridades, mis metas cambiaron a raíz de lo de mi rodilla. Pero soy feliz con lo que he conseguido. Muy feliz. No sé que más podría pedir
***
_Para, los niños...
Stefan gimió ante el mordisco de Dylan sobre su cuello.
_Esta noche no, Stefan. Estoy desesperado por tenerte
_Dylan..
_¿Qué ocurre?
_Te amo
El moreno sonrió, besándolo de golpe.
_Eso también lo echaba de menos. Y yo a ti, Stefan. No sabes cuanto.
_Sí lo sé.
_¿Ah si?
_Sí. Y la respuesta es toda una vida._Que cursi eres...
_Es tu culpa. Me pones tonto
ESTÁS LEYENDO
Dance
RomanceStefan y Dylan se odian a más no poder. Durante los dos años que llevan conviviendo en la misma escuela de baile han tenido incontables roces que no podían terminar de otra forma que en una pelea. Sancionados por la directora del centro a actuar en...