Capítulo 5

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Dylan echó a correr con el sándwich a medio comer sujeto con los dientes. Llegaba tarde, por no variar. Bajó las escaleras del metro tan deprisa que a punto estuvo de comerse una columna en uno de los giros.

***

_¡Papá!
El hombre levantó la vista del libro que leía, esbozando una sonrisa.
_Dylan, llegas tarde
_Lo sé, es que...
_Déjame adivinar... Te quedaste dormido
_Algo así
_Bien ¿vamos a ver a la abuela?
_Sí, por favor

***
Stefan sostuvo el teléfono entre la mejilla y su hombro. El conocido mensaje de aviso sonó al otro lado. Dylan había salido tan rápido de la casa aquella mañana que ni siquiera había podido preguntarle si irían a ensayar aquella tarde. Y ahora no contestaba al móvil. ¿A donde habría ido?
Salió a la calle encontrándose con un deportivo blanco en la puerta.
_Jason...
_Tenemos que hablar

***

Clavó la mirada en sus rodillas, metiendo el dedo por uno de los múltiples agujeros de su pantalón. Le había dejado un buen morado en el ojo.
_Stefan
El rubio dio un bote en el asiento al oír su nombre.
_¿Sí?
_No te forcé a hacerlo. Pensé que lo consentías
_Al principio si lo hice
_¿Entonces? ¿Qué pasó después?
_No lo sé. Solo quería salir corriendo
_Fue lo que hiciste
_Lo siento
_Mira, Stefan, si no estás seguro quizá sea mejor dejarlo.
_¿Dejar...? Tu dijiste que...
_Dije muchas cosas, pero tengo casi cuarenta años y necesito a alguien con quien sentar la cabeza, no un chico que huye cada vez que le hago el amor.
_Ya dije que lo sentía.
_Sentirlo no basta. Demuéstrame que lo nuestro es tan serio para ti como para mi
_¿Cómo hago eso...?
_Pues hay algo que puedes hacer

***
Tomó la mano de la mujer entre las suyas.
_¿Me recuerdas?
_¿Cómo no voy a recordarte, pequeño desgraciado? Yo te crié
Dylan se echó a reír a carcajadas ante la sonrisa divertida de su abuela.
_¿Cómo estás?
_Aburrida ¿como voy a estar? Ni siquiera me dejan verte por la tele.
_Aún no salgo por la tele, abuela
_Esos cabrones tienen algo que ver seguro.
_Que mal hablada eres
_¿De quién crees que aprendiste a hablar como hablas? ¿Del mojigato de tu padre?
_Mamá, estoy aquí...
_Ya lo sé. Por eso lo digo. Aún me pregunto como pudiste salir tan educadito
_Porque tenía al abuelo para enseñarle modales
_Tu abuelo. Otro que tal baila.

***
_Stefan, ven
_¿Que...que quieres que haga?
_Te he dicho que vengas
El joven avanzó hacia la cama, inseguro. ¿Qué le iba a pedir? ¿Qué debería a hacer? ¿Y si no estaba dispuesto a hacerlo?
_Desnúdate
_Pero, Jason...
_Ahora, Stefan
Comenzó a desnudarse, prenda a prenda, subiéndose luego a la cama. El hombre lo empujó, colocándose sobre él.
_Jason...
_Solo déjame hacer
_Pero...
_Basta de peros
Stefan cerró los ojos con fuerza al notar sus labios descender por su torso.
_¿Qué vas a hacer?
_Silencio
_Ngh...
Notó sus dientes marcando el interior de sus muslo, subiendo poco a poco hasta su miembro. Dio un gemido al notar su lengua paseándose sobre el ardiente órgano.
_Jason ¿por qué...?
_Quiero que veas lo que te pierdes

***

_¿Y? ¿Tienes alguna novieta?
_Que va
Dylan se echó en el sofá, tras darle un largo trago a su cerveza.
_Pues no es porque no puedas. Ya quisieran muchos estar tan contundentes como tu.
_Abuela, se te va... Además, no me interesa ahora tener ninguna relación
_Eso es que le tienes echado el ojo a alguien.
_No es... Es decir, no.
_Venga, que a tu abuelita se lo puedes contar.
_Cuando dices eso me das miedo.
_No seas idiota...
_La última vez que lo dijiste tenía cinco años y le pellizcaste tan fuerte las mejillas a aquel chico que incluso yo lloré
_Y luego dices que no eras una nenaza
_¡Tenía cinco años!
_Ne-na-za

***
_Stefan...
Jason deslizó los dedos por su espalda, con una leve sonrisa. El rubio se encogió sobre si mismo, tembloroso.
_¿Estás bien?
_No lo sé
_¿Qué te preocupa?
_Todo en general.
_¿Tienes miedo?
_Sí
_Del que dirán, de que te insulten
_De mi
Se incorporó.
_De lo que puedo hacer, de no lograr lo que deseo, de no saber lo que quiero. Tengo miedo de todo. Siempre lo he tenido y me temo que siempre lo tendré.
_Stefan... Espera, no te vayas
_No puedo quedarme más aquí

***
Se llevó la mano a la garganta, jadeante. Sentía que no podía respirar, su corazón latía con fuerza. Se obligó a si mismo a avanzar hacia el apartamento, a abrir la puerta y a echarse en el sofá. Cerró los ojos e intentó que su respiración volviera a la normalidad. Sentía náuseas al recordar a lo que se había prestado. No se sentía bien. No quería repetirlo. Nunca más. Jason le gustaba, pero todo aquello era superior a él.
_¿Estirado?
La simple visión de Dylan con sus tatuajes asomando por el cuello de la camisa, su cara de desconcierto y sus ojos clavados en él fue suficiente para que Stefan se sintiera en paz. ¿Cuando se había convertido para él en un bálsamo que calmaba todos sus males?
_Te llamé... No contestabas
El moreno se aproximó a él, besando sus labios con una sonrisa.
_Uno cero. Fui a visitar a mi abuela con mi padre
_¿Ah si?
_Así es
Deslizó los brazos alrededor de su cuello, besándolo.
_Uno uno. Y dime ¿como está?
_De puta madre. Ah, perdona, quería decir que...
_No te preocupes. Está bien. Ya estoy acostumbrado a tus palabrotas.
_Porque no has oído a mi abuela...
_¿Habla como tu?
_Peor. ¿De quien te piensas que aprendí?
_De la tele, de las malas compañías...
_Error. De ella. Fue quien me crió
_Lo hizo bien
_¿Eso crees?
_Sin duda
_Oye, Stefan...estaba pensando que quizá te apeteciera... Bueno, es que tengo un par de entradas para un musical y...
El rubio rió un poco.
_Está bien. Iré contigo

***

_¿Te ha gustado?
Stefan sonrió con amplitud.
_Me ha encantado. Tengo un montón de ideas para nuestro número y...
Se quedó parado de golpe.
_¿Stefan? ¿Qué ocu...?
El chico se acercó a un hombre y le dio un puñetazo con todas sus fuerzas, ante la consternación del chiquillo que lo acompañaba.
_¡Hijo de puta!


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