¿Desde cuando comencé a verle de esa manera? ¿Desde cuando se transformó poco a poco en algo más que mi enemigo mortal? ¿Cuando comenzamos a estar tanto tiempo juntos? No lo conocía en lo absoluto. No sabía quien era. Y ahora resultaba que lo que descubría comenzaba a ¿gustarme?
***
_Ah...joder...
Dylan se ajustó la correa del reloj, apartando las sábanas a patadas. Se había quedado dormido. Le había esperado hasta las tantas despierto, pero Stefan no había aparecido. Se puso lo primero que vio en el armario y salió, tropezándose con el rubio.
_¿Donde has estado?
_No es de tu incumbencia.
Evitó la mirada de Dylan y se escabulló a su cuarto. Llevó uno de los dedos a sus labios. Aquella sensación solo hacía que se sintiera más confundido de lo que de por si ya estaba. Sacudió con fuerza la cabeza. Debía concentrarse en actuar normal. Eso era. Normal. De todas formas no había pasado nada. Era estúpido. Abrió la puerta de golpe.
_Dylan
El moreno se volvió hacia él desde la entrada.
_Ahm...nos vemos luego en el estudio.
_Sí, por supuesto.
_De acuerdo entonces.
_Eh, estirado
_¿Qué quieres?
_Nada. Te veo luego, Stefan***
Comenzó a pasar fotos de modelos masculinos en la pantalla. Lo único que le daban muchos era envidia, pero ninguno le llamaba especialmente la atención. ¿Y si fueran rubios?
_Modelos rubios... -tecleó en el buscador- no. Tampoco. Está bien, confirmado. No soy gay.
_¿Qué ladras?
Dio un bote en la silla. No se había dado cuenta de la aparición de su compañero de trabajo tras él.
_Casi me infartas.
_¿Qué haces buscando hombres en ropa interior?
_Comprobaba un cosa.
_¿Qué cosa?
_Nada, olvídalo.
_¿Eres...ya sabes?
_Lo dices como si fuera algo malo
Ambos se quedaron mirándose, hasta que el otro chico lo sacó de delante del mostrador de un empujón.
_Déjame ver tu historial
_¡Deja eso!
_ Vale, lo primero es porno. Eso es habitual.
_¡Ni que fuera un degenerado!
_¿En serio esa es tu defensa?
_Vale, mejor me callo.
_Sí. Mejor. Esto es interesante "¿es posible cambiar tu orientación sexual?"
_¡No lo leas en voz alta!
_Espera, espera. Que esta también es buena "¿es normal tener fantasías homosexuales?" ¿Para que quieres saber eso?
_Es para un amigo.
_¿Y ese amigo también busca modelos rubios en ropa interior? Oye ¿ese no es tu compañero de piso?
_¿Qué?
Dylan se levantó de golpe, mirando al escaparate. Sin duda era Stefan. Pero ¿quién era la mujer que iba a su lado? Parecía mayor y era muy elegante. Rubia, de cabello largo y hermoso rostro.
_Tiene una amante. Supongo que es ella.
_Vaya. Pues lleva alianza de casada. Que malote el tío
_Sí. Claro.
_¿Por qué pareces tan desanimado de repente?
_No importa***
_Stefan, tienes casi venticuatro años. ¿No crees que va siendo hora de que dejes ese absurdo sueño de convertirte en bailarín y centres tu cabeza en otras cosas?
_¿Cómo en cuales por ejemplo? ¿Sustituír a padre al frente de la compañía? Eso ya lo hace Edward. ¿Ayudarte con tu empresa de cosmética? Eso ya lo hace Felicia. ¿Por qué no puedo bailar?
_Dejamos que vinieras a esta escuela de poca monta porque sufriste...ya sabes, ese ataque.
_Se llama crisis de ansiedad, madre. Llámalo por su nombre. Accedí a comer contigo, pero no voy a tomar una decisión hasta después del certamen.
La mujer frunció los labios.
_No sabes mantenerte solo.
_Creo que estoy probando que es al contrario.***
Tosió, tapándose la cabeza con las mantas. Creía que comenzaba a incubar algo y, como podía comprobar, era cierto. Esperaba que fuera un simple resfriado.
_¿Stefan? ¿Estás en casa?
No respondió, abrazándose las rodillas.
_¿Estirado...?
Volvió a toser. Dylan entró en el cuarto.
_Oye, llevo esperándote dos horas en el estudio
_No me sentía bien
La mano de Dylan se coló bajo las mantas, buscando la frente de Stefan. Estaba ardiendo.
_¿Recuerdas que dije que solo dabas problemas?
_Sí...
_Pues lo reitero. Espera aquí, voy a buscar algo para la fiebre.
_No lo necesito, estoy bien...
_Deberías dejar de sobreesforzarte quedando con tu amante. Hoy te vi. Con ella
_¿Ella?
_Sí. Esa rubia
El cuarto se quedó en silencio. Dylan se levantó y salió a buscar el botiquín. Ni siquiera lo había negado. Así que era verdad.***
_No tienes que quedarte conmigo. Estoy bien -susurró Stefan, acomodándose mejor sobre el muslo de Dylan
_Eres un desastre. Está bien si te cuido un poco más.
_No he podido dormir en toda la noche...
_Lo sé. Estaba contigo ¿recuerdas?
_Sí... A pesar de que me odias.
Dylan suspiró profundamente ante el comentario. Por un instante casi se alegró de que siguiera creyendo eso.
_Ella era mi madre. La rubia de ayer.
_Entiendo
_Dylan...
_¿Qué ocurre...?
_¿Crees que moriré?
_Claro que no. No digas chorradas, tío.
_Dylan...
_¿Qué...?
Espero en vano la respuesta. El rubio ya se había quedado dormido. Le acomodó la cabeza sobre uno de los cojines del sofá y le tapó con la manta. Estaba bien si dormía un rato. Quizá solo fuera un simple resfriado, pero debía descansar. Y él también lo necesitaba.
***_Jefe... No, no puedo ir a trabajar- susurró Dylan entre toses.
Stefan entró en el cuarto con un cuenco de sopa y las pastillas.
_¿Qué ha dicho?
_Que no importa y que me recupere pronto.
_Lo siento. Te has puesto enfermo por mi culpa
_No, no te perdono. A partir de ahora serás mi criado y me obe... ¿de que te ríes?
_Es que tu voz afónica es graciosa.
_Lo gracioso va a ser mi pie en tu cara***
Él me gusta. Me gusta más que nada. Y no puede hacer nada para evitarlo.
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Dance
RomanceStefan y Dylan se odian a más no poder. Durante los dos años que llevan conviviendo en la misma escuela de baile han tenido incontables roces que no podían terminar de otra forma que en una pelea. Sancionados por la directora del centro a actuar en...