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TaeHyun podía percibir cierta angustia por parte del doctor Choi; su mirada estaba lejos de expresar la tranquilidad que suele dar.

Había sido llamado a su consultorio de un momento a otro, simplemente, había deducido que se trataba de los avances respecto a su pedido.

El hombre lo estaba observando fijamente, logrando que el Omega se inhibiera ligeramente. En parte, no quería hablar sobre ello, más sabiendo que en todo el mes, no sucedió tal cosa como mencionar una operación; razón inicial de su acercamiento. Lo sentía inapropiado, según fue conociendo a BeomGyu.

Sin embargo, no se creía con el derecho de decidir algo tan importante en la vida del alegre Alfa. Mostrarle lo positivo que eran esas cirugías, debió ser su primordial objetivo, aunque se le hizo inevitable el querer compartir junto al mayor su forma de vida, su adaptación frente a las diferencias.

Así que, cuando el doctor hizo el ademán para iniciar la conversación, se recargó de energías y en poner su mejor estado de ánimo.

— TaeHyun, buenos días — cordial le saludó, el tono reflejado era uno sereno. Demasiado pacífico para concordar con el sonido que produce el piquete del lapicero que presionaba constantemente. Casi maniático —. ¿Cómo han ido las cosas con BeomGyu?

TaeHyun sonríe medio ansioso, la respuesta ahorcándose en su garganta. Realmente no sabía qué decir, porque era bastante obvio a qué se refería el doctor y, lamentablemente, él no poseía nada útil de lo cual informar.

Treinta días exactos han pasado. Tanto tiempo; mas la mención de una cirugía, de suma importancia, nunca fue mencionada en ningún lapso que pasó con el Alfa.

Nada. No tenía absolutamente nada.

Alzó la mirada al escucharlo exhalar, sus ojos azules parecían un pedazo del océano cristalizado, toda la vida representada en su expresivo vistaz; aquello suavizó el preocupado corazón del padre de BeomGyu.

— Te conozco hace años, TaeHyun. No quisiera abrumarte y entrometerme en tu vida privada, eso sería poco profesional de mi parte — inquirió el hombre mayor, de pie apoyado en el borde frontal de su escritorio. Sus gestos parecían compungidos al continuar —: A pesar de ello, no puedo evitar mortificarme por mi hijo; sé que son jóvenes, pero BeomGyu no es igual a ti.

Inmediatamente la incógnita se acentuó dentro suyo; no era el rumbo que esperaba. Confundido, no poseía ni la más mínima idea sobre qué clase de avispero se había metido. Movido gracias a la incertidumbre, se atrevió a cuestionarlo —: ¿No somos iguales?

TaeHyun no captaba en qué aspecto exactamente, el Alfa bicolor, era diferente a él. Quizás... ¿Apariencia? ¿Género secundario? ¿Gustos? En ese sentido, cada persona existente es diferente, sin embargo, ¿por qué el doctor parecía tan afligido al resaltar esa peculiaridad?

— BeomGyu es una persona especial que necesita de cuidados. No es lo mismo establecer una relación más allá de lo amical, que una de paciente — inquirió rígido, dándole la espalda al Omega al dirigirse a la ventana, ambas manos ocultas en los bolsillos de su pantalón marrón —. Seguro tus intenciones son buenas, pero, ilusionarse es lo que menos necesita ahora — señaló erguido en su postura.

Había pasado varios días escuchando rumores, entre el personal médico, sobre la cercanía entre su hijo y TaeHyun. En un principio, creyendo que era porque trataba de convencerlo de la operación; mas los vio, con sus propios ojos fue testigo de la forma demasiada apegada con la que ambos se relacionaban. Eran… demasiado cariñosos. Y pareciera que no les interesaba sus demostraciones públicas, no era de extrañar que fueran el bocadillo de las bocas chismosas.

The Colors of my World « BeomHyun┇TaeGyu »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora