Obsession

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Día 5: Moda.
Advertencias: Genderbend Kakyoin, acoso, fanatismo, ligero no-con y violencia semi grafica.
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Tokio, Japón. Noviembre, 2018.

Miraba embelesado la pantalla de su computadora, la transmisión en vivo de la pasarela de Victoria's Secret. Las modelos salían una a una en aquella lencería tan reveladora, a veces creía que dios existía, pues justamente ese año la marca había fichado a Noriko Kakyoin para modelar.

Él amaba a Noriko, era tan hermosa con su cabello rojo fuego combinado con sus hipnotizantes ojos lila. Su cuerpo era algo sacado de sus mejores sueños, con su cintura tan pequeña que estaba seguro podría rodear fácilmente, las caderas grandes pero delicadas y un busto que era directamente proporcional.

Él deseaba poseerla. Se volvía loco noche a noche imaginando cómo se sentiría tomar esa cintura para embestirla rudamente, continuamente se preguntaba cómo sonaría su nombre siendo gemido por los gruesos labios rojo cereza.

Entonces ella salió a la pasarela enfundada en un delicado conjunto de lencería negro que enmarcaba aún más su cintura, dejándolo recorrer con sus ojos las lechosas piernas blancas. Su cabello rojo estaba peinado en suaves rizos mientras llevaba una corona adornada con estrellas.

Sintió su entrepierna apretarse en su pantalón mientras su mirada se perdía en la pantalla, cientos de fantasías apareciendo en su cabeza con el simple hecho de mirarla.

Se aseguró de grabar cada momento en el que Noriko apareció en pantalla. Y, cuando por fin terminó la pasarela, repitió cada uno de esos momentos mientras sacaba su polla de su pantalón.

Si tan solo pudiera tenerla en sus brazos una sola vez...

Se masturbó hasta que se corrió en sus pantalones mientras imaginaba a la pelirroja rebotando en su polla gimiendo con la dulce voz que poseía.

—Joder. —Había hecho un desastre en su traje y debía entrar a una reunión en dos horas. Desventajas de la diferencia de horarios entre Nueva York y Tokio.

Arreglándosela la corbata morada u guardando su teléfono personal en un cajón de su escritorio salió de su oficina para dirigirse a la sala de juntas.

Tan solo tenía 28 años y ya dirigía una de las compañías más grandes a nivel mundial. Todos los ojos sobre él tan ansiosos porque cometiera un error, todos preguntándose cuando conseguiría una esposa.

Todos ignorantes a que él ya había encontrado al amor de su vida.

—Jefe, la sede de París ha reportado una alza en sus ganancias. Al mismo tiempo, la sede de India ha cerrado nuevos tratos con varias petroleras. —Anne, su asistente, le informó mientras caminaba detrás de él haciendo resonar esos fastidiosos tacones.

El olor de su Chanel N.5 de imitación le revolvió el estómago y por un segundo estuvo tentado a enviarla de regreso a casa.

—Entiendo. Deja las carpetas en mi escritorio y cancela el resto de mis citas. —Dijo antes de alejarse a paso rápido y entrar a la sala de juntas donde ya se encontraban todos esos ancianos con los que tenía que lidiar.

A veces, y solo a veces, odiaba a su abuelo por dejarlo a cargo de la fundación tan pronto.

Cuando terminó la reunión regresó rápidamente a su oficina encerrándose bajo la excusa de terminar papeleo que ya estaba hecho desde hace días. Sacó el teléfono del cajón, encontrándose nuevamente con el fondo de pantalla de Noriko sonriendo mientras sostenía una sombrilla bajo la lluvia.

Jotakak Week 2021 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora