〄 Capítulo 04

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En el bosque, todo estaba silencioso.

Dejé de escuchar la voz de Jisung que provenía del camino de la escuela y permití que mis hombros se dejaran caer en alivio. Desde que me hice enemigo de todos los que me rodeaban, me sentía más cómodo cuando estaba a solas. Quizás estaba siendo demasiado precavido, pero cuando estaba en la escuela, sentía que mis compañeros siempre me miraban con frialdad y no podía relajarme.

—Hombre, qué patético soy. —Murmuré.

Mientras hablaba, sentí extrañas lágrimas acumulándose en mis ojos.

Sacudí la cabeza y me concentré en calmarme. Si tuviera aunque fuera un amigo, probablemente no hubiera terminado así de retorcido, pero estos días, incluso mi viejo amigo Hyunjin y yo casi nunca hablábamos.

Cuando dejé el bosque, estaba deprimido. De repente, una enorme figura se paró frente a mí, bloqueándome el camino y dejé escapar un grito involuntario.

—Oh, lo siento, te asusté. ¿Estás bien?

—¿Ji-Jisung…? —Miré al chico parado frente a mí, aun aferrándome a mi alterado corazón—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Supuse que caminarías por el bosque y que saldrías por aquí, así que me adelanté y esperé. Digo, si te perseguía hubieses corrido, ¿cierto?

—¿Me esperaste? —murmuré sorprendido.

No le hubiera sido posible emboscarme aquí a menos que corriese muy rápido. Jisung podrá haber estado en el equipo de atletismo, pero yo tampoco era un corredor lento.

Después de todo, yo también estuve en el equipo de atletismo.

—He estado ansioso por hablarte y ponernos al tanto desde que me cortaste durante una conversación en secundaria.

—Bueno, no tengo nada que decirte. Digo, apresúrate y vete a limpiar ya. Hyunjin y los otros están esperando por ti.

—Sí, pero aún no me he disculpado contigo. Y luego incluso Mina te habló de esa forma… lo siento.

—Como te repito, no es algo por lo que tengas que disculparte. Sólo es molesto.

Inconscientemente alcé el tono de mi voz y asusté a Jisung.

—Lo siento, —dijo tristemente.

Después de una pausa volvió a hablar.

—Pero en verdad quería hablarte, Félix. —Suspiró, tenía una expresión seria en el rostro. —No sólo ha sido hoy, te han pasado cosas malas por mucho tiempo y todo es por mi culpa, ¿cierto? Debí haberte ayudado, pero nunca he podido hacer nada y por esa razón, me disculpo.

—Como sea…

Hizo una reverencia en disculpas y alejé la mirada incómodo. Era la clase de cosas que una disculpa no podría componer. Si Jisung me defendía, todos sólo me mirarían con más hostilidad y dirían cosas como:
“Jisung es tan buen chico,” y “Tú deberías ser el que pida disculpas, Félix”.

—En verdad lamento haber permitido que sufrieras y todo por mi inutilidad.

—Ya te dije que le pararas, —dije molesto—. Si quieres disculparte conmigo, las personas me odiarán más.

El rostro de Jisung se entristeció. Era fácil ver que había herido sus sentimientos, pero tenía el derecho de decirle eso. Aunque lo sabía, no me hacía sentir mejor. Había un horrendo sabor en mi boca que continuaba expandiéndose.

—Oye, Félix. ¿Hay algo que pueda hacer?

—¿Eh? ¿A qué te refieres?

—A lo que sea para poder arreglar las cosas contigo. Haré lo que pidas.

—De acuerdo, mira, esas consideraciones son las que me causan problemas. Si quieres lo mejor para mí, déjame en paz.

—De acuerdo, entiendo eso. Pero yo no me sentiré bien a menos que haga algo. —Se acercó a mí, con una mirada seria en el rostro.

¿Cómo diablos se supone que debía contestarle? Probablemente no se rendiría hasta que dijera algo. Esa terquedad comenzó a enfurecerme.

Jisung tenía un poderoso sentimiento de justicia, incluso desde que era un niño pequeño. Si miraba a alguien en problemas no podía ignorarlos y hacía de su misión cuidar de ellos. Por supuesto, rechacé su ayuda, pero si lo veíamos objetivamente, su confiabilidad era merecedora de respeto, incluso de nuestros profesores.

Soy un patético perdedor por siempre ver el lado negativo de un sujeto como este y no me gustaba como su mirada parecía saber lo que en verdad pensaba.

—Muy bien, —murmuré—, si insistes…

Pero después de eso, nada me vino a la mente. Pretendí estar analizándolo con detenimiento, quería causarle problemas a Jisung.

Había sido tratado injustamente una y otra vez hoy y eso me había enfurecido de sobremanera.

—¿En verdad harás lo que sea?

—Sí, por supuesto, —Jisung asintió animadamente. En ese instante el rostro de Myoui Mina apareció en mi cabeza. No sé por qué, pero en ese momento dije sin pensar.

—Entonces sal conmigo.

—¿…salir a dónde?

La clásica respuesta estúpida.

—A lo que me refiero es a que tengamos “una relación platónica y pura” —dije con toda seriedad.

Los ojos de Jisung se abrieron en sorpresa y su sonrisa se congeló en su rostro.

Cielos, miren esa expresión de estúpido. Incluso los tipos más guapos se pueden ver así, ¿eh?

—Eh, entonces dices, eh…

Estaba completamente nervioso, como si le acabase de hablar en un idioma que no comprendía. Lo miré, sonriendo ampliamente. Obviamente había dicho “sal conmigo” sólo para molestarlo. Pretendía decirle que era una broma inmediatamente, pero la confusión del Sr. Príncipe era tan divertida que decidí dejarlo así un rato.

—Bueno, piénsalo, —moví mi mano en despedida y me fui.

No gritó mi nombre, así que llegué a casa de mejor humor de lo que había experimentado en mucho tiempo.

Green light || JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora