〄 Capítulo 07

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—Ufff, —me recosté contra el asiento de mi silla y dejé escapar unprofundo suspiro. Estaba realmente exhausto... otra cosa de la cual culpar a Jisung. 

Digo, ¿cuál es su problema? Primero dice "salgamos" luego "salgamos en una cita" y además de eso "¿Tomémonos de las manos?" Esto es algo extremo para alguien que siente lástima por mí. Diablos, no comprendo nada. 

—Lamento la tardanza. 

Mientras sostenía mi adolorida cabeza entre mis manos, Jisung seacercó a nuestra mesa con una bandeja llena de hamburguesas, papasfritas y bebidas. Mantuve mi mirada fija en su rostro mientras repartía lacomida. Sin importar cuanto lo observara, no podía descifrar lo que sentía. Justo cuando me vi forzado a admitir que era jodidamente atractivo, Jisung alzó la mirada y nuestros ojos se encontraron. Después de sorprenderse al darse cuenta que le observaba, me mostró una pequeña sonrisa. 

Oh Dios, miren esa expresión. ¡Ya párale idiota! Odio cuando una persona tan bella le sonríe a alguien más al punto que su corazón comienza a latir frenéticamente a pesar de no estar interesado. 

—¿Qué-qué? Pagaré mi parte. ¿Cuánto costó? —Inmediatamente busqué la billetera que estaba en los bolsillos de mis pantalones para ocultar mi confusión. 

—Nah, yo invito. Después de todo fui yo el que te invitó a salir. 

—Deja de tratarme como una chica. —Saqué seiscientos de mibilletera y le entregué las monedas diciendo: —Conserva el cambio. 

Jisung los metió en su billetera con una risa irónica y se sentó frente a mí. Por alguna razón, aún continuaba riendo al sentarse. 

—No has cambiado nada, ¿no? —preguntó. 

—¿Eh?

—Eres bastante terco y aún te gustan las hamburguesas de pescado. De cierta manera, me hace feliz. 

Me tomó un momento en responderle, sus palabras habían sido inesperadas y me habían dejado sin palabras. —Me sorprende que recuerdes eso. 

Era verdad, siempre me habían gustado las hamburguesas de pescado y siempre las ordenaba en los restaurantes de comida rápida. Sin embargo, jamás imaginé que Jisung lo recordaría. 

—Siempre ordenas lo mismo, Félix. Eso hace que sea difícil de olvidar, siempre bebes Coca-cola y pides aderezo de mostaza para tus medallones de pollo, ¿cierto? —Dijo con alegría después de tragarse unas cuantas papas fritas. 

Cuando lo decía de esa forma, me confundía más. Me hacía parecer una persona muy simple. 

—¿Acaso tienes un problema con eso? —Lo miré con hostilidad y mordí enfurecido mi hamburguesa de pescado. 

—Entonces, ¿Qué quieres hacer hoy? Si no tienes nada en mente,¿Quizás podríamos ir a donde quiera? 

—Como sea, ¿a dónde quieres ir? 

—Solo digamos que lo sabrás cuando lleguemos. Hay algo que deseo mostrarte. —Jisung sonrió pícaramente. 

Sus palabras enigmáticas me dieron curiosidad, pero sin importar cuanto le pregunté, no me dio ni una pista. Sentí mucha incertidumbre, pero al final, guardé silencio con resignación. 

—Bien, vamos entonces. Primero debemos regresar a la estación. —Dijo Jisung. 

Después de terminar de comer el almuerzo, Jisung me guió a la estación. Seguí sus instrucciones, compré un boleto y abordamos el tren.

Después de ver el paisaje por la ventana unos treinta minutos sin intercambiar palabras, nos bajamos y me llevó a un autobús frente a la estación. 

Green light || JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora