〄 Capítulo 03

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La maestra nunca venía a hacer su inspección de limpieza a menos que algún alumno fuera por ella y a este punto, nunca se irían a casa. Y el episodio de esta semana es súper emocionante porque es cuando el Monje Amarillo termina sus rigurosos ejercicios ascéticos y regresa como el Monje Dorado.

Cielos, con sólo recordarlo quería volver a casa en ese instante.

—Oigan, —les dije con una voz seria.

Sin embargo ninguno de ellos me escuchó o me estaban ignorando a propósito, porque no se dignaron a volver a verme. Me encogí de hombros y abrí la boca otra vez.

—Oye, Jisung.

En cuanto agregué ese nombre, los chicos a su alrededor voltearon a verme más rápido de lo que él lo hizo. Su velocidad de reacción era como la de los caballeros protegiendo a su príncipe.

—¿Ocurre algo malo, Félix? —En contraste a la hostilidad de los chicos a su alrededor, la sonrisa de Jisung era infinitamente placentera.

—¡Puedes apostar tu trasero a que sí! ¿Podrías dejar de divertirte con tu séquito y comenzar ya a limpiar? —pregunté mi voz llena de sarcasmo.

—¡¿Qué?! ¿¡A quiénes les llamas séquito!? —dijo uno de los chicos, Changbin, mirándome con furia.

Changbin era el que peor me caía. Era el primero en atacarme.

Jisung lo aplacó y luego me volvió a ver con un gesto de disculpas.

—Lo lamento, sé que hemos estado haciéndonos los vagos. Terminaremos aquí para que puedas irte a casa si tienes algo urgente que hacer.

—¿Qué? ¿Por qué? ¡No es justo si uno de nosotros se va más temprano!

—Mira, Félix ha estado limpiando todo solo. Ha hecho suficiente.

Changbin y los otros aún lucían molestos, pero cuando vieron que Jisung hablaba en serio, aceptaron reaciamente.

¡Ese era todo un estudiante de honor!

Con esa respuesta incrementó los niveles de su popularidad e hizo que mi aprobación se fuera a la basura, sin duda alguna había sido calculado.

Era un chico perceptivo, pero no podía ver la envidia y celos.
Me alegré de que me dejara ir tan rápido. Así que me di la vuelta, coloqué la escoba en el armario donde estaban los suministros de limpieza, luego regresé a mi escritorio y metí mis cuadernos y libros en mi mochila.

Cuando estaba por irme, sentí la mirada de alguien, me di la vuelta y me topé con los amigos de Jisung.

Sus ojos llenos de celos me miraban como si diciéndome: ¿Cómo te atreves a interrumpir nuestra diversión?

Si sólo uno de ellos lo hubiera estado haciendo, no habría significado nada, pero ya que todos menos Hyunjin me miraban con hostilidad, era un fastidio. Sería agradable si el amo de estos idiotas sin modales hiciera algo para detenerlos, pero era una causa perdida. Se había concentrado en la limpieza y desconocía por completo nuestra batalla silenciosa.

Me encogí de hombros y volví a ver a Jisung desde el umbral de la puerta.

—De acuerdo, aceptaré tu oferta y me iré de aquí. Apresúrense y limpien el lugar. Ordénale a tu séquito hacerlo.

Al escuchar esto, sus seguidores se molestaron.

—¿A quién le llamas séquito?

¿A quién más? Pensé, suspirando ruidosamente.

—Oye, Félix ¿por qué nos llamas así? Es bastante molesto. —Me regañó Hyunjin quien se encontraba al lado de Jisung.

Miraba de un lado a otro, enfocándose entre Changbin y yo, aparentemente estaba preocupado por el ambiente tan hostil. Parecía que quería apaciguar las cosas, pero los otros no entendieron sus intenciones.

Green light || JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora