Dabi × OC × Hawks

CAPITULO DOS: EXAMEN A UA

Durante el lapso de diez meses, Katsuki y Kaen entrenaban día a día para que la mayor presentara el examen a la preparatoria U.A, la más prestigiosa academia de Héroes de Japón. Durante este tiempo, Kaen se topaba de vez en cuando con el chico misterioso del pan y las galletas, si este le dijo su nombre, ella no lo recuerda. Además, centrada en terminar la secundaria con buenas notas, siendo la primera en los estudios generales, aún le fallaban los ejercicios físicos, su condición le afectó un poco al principio, pero después se estaba adaptando a sí misma, haciendo que su quirk sea más efectivo a larga y corta distancia, tan así, que ya puede transformar sus manos en lava, pero por un corto periodo de tiempo.

Con el chico del pan y las galletas, descubrió que ambos cuentan con cicatrices en el rostro, sus pláticas se resumen a que el chico le dice que se ve horrenda, y ella le responde con que es su espejo. Cosas de menores.

Ambos lograron entablar una amistad muy fuerte en esos diez meses, ambos al ser marginados, encontraron consuelo en el otro, pues nadie entendería lo que es vivir con esas cicatrices desde pequeños. Convivencia que llevó a Kaen a cierto gusto por las mismas cicatrices y contrarias.

Katsuki y Kaen estaban en sus últimos días de entrenamiento, el menor le llevaba cosas pesadas a rastras a su hermana, quien estaba haciendo flexiones y Mitsuki se las colocaba encima de su espalda.

-¡Ay no ma... ¡Ya me cansé!- exlcamó dejándose caer al suelo sacándose el aire de paso y haciendo ruido con el material que le cayó en el brazo izquierdo, se ahorró el quejido cuando su madre le dio un coscorrón.

-¡Serás una heroína Kaen! ¡Tú puedes con esto y mas! – así la motivó para dar un par de flexiones más, Katsuki a su lado empezó a hacer las mismas pero fue levantado de la chamarra como si fuese un perro por parte de su madre -¡Y tú pequeño demonio! ¡Aún estás muy chico para hacer estos ejercicios!

-¡Déjame bruja! –Mitsuki lo zarandeó por tan mal insulto hacia su persona, acción que no pasó desapercibida por la hija mayor quien no aguantó una flexión más y cayó al suelo entre risas -¡Yo también voy a ser un héroe! ¡Yo podré con esto y más!

-¡Eso lo sé maldito mocoso! – lo movió de arriba abajo aumentando las risas de Kaen por tan cómica escena, auqneu la cayó al encestarle un golpe en el estómago que le sacó el aire -¡Y usted cállese mocosa!- Kaen solo asintió, pues no le quedó más.

-La cena está lista- la tranquila voz de Mazaru los trajo a la realidad, donde Mitsuki dejó al niño en el suelo quien mareado cayó de cara al pasto, siendo el incentivo de las risas de Kaen, quien serró la boca tras sentir a su madre pasar por encima de ella sin esquivarla.

Durante la cena, todo estaba tranquilo, comían sin prisas ni pendientes, cada quién en sus pensamientos, Kaen estaba mirando a su familia como si fuese la última vez que lo haría, estaba muy agradecida de estar entre ellos, prometiéndose a sí misma protegerlos de todo y todos, tal como lo hizo cuando nació el pequeño Katsuki.

-¿En qué piensas hija?- preguntó Masaru al no verla cenando.

-Solo pienso en estrategias para el examen físico de mañana.

Le restó importancia y procedió a comer, dando a entender que no le apetecía hablar, pero sin dejar de laso esa sonrisa leve en sus labios, haciendo sonreír a ambos padres y hermano.

Al día siguiente, en su camino al examen, llevaba puesta una musculosa sin mangas a cuello de tortuga en color negro con detalles azules y rojos, además de un pants deportivo con los laterales en color rojo y el resto negro, haciendo honor a su quirk. En el camino se topó con el niño del pan y las galletas, llevando una conversación de pocas palabras e insultos de por medio. Ella le volvió a dar dinero para que esta vez se diera un buen baño, pues ya le han dado ganas de vomitar a Kaen un par de veces. A una calle de la U.A, se despidió del muchacho alvino.