Luna Perdida

1- ¿Dónde estará mi pequeña Zoe?

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La primera persona en comentar cinco veces el emoji del lobo (🐺) le dedicaré el próximo capitulo...

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—¡Alaric! — su madre llamó al pequeño que corría muy apresurado delante suyo —Ten cuidado — le advirtió.

El niño siguió su camino hasta llegar a una puerta de madera marrón. Unos cuantos toques hicieron que en segundos la puerta fuera abierta.

—¡Oh, pequeño Alpha! — el ruidito fingido de sorpresa hizo que el niño riera —Pasa, pasa — el hombre se hizo a un lado de la puerta invitando al niño a entrar a la casa.

Y el niño muy sonriente hizo caso, detrás suyo entro su madre.

—¡Querida, Alaric está aquí! — el hombre llamó a su esposa que bajaba la escalera hasta el primer piso.

—Hola señorita Wendy — el niño saludo muy educado a la mujer.

—Hola mi niño, ¿Cómo has estado? —

—Yo muy bien. ¿Y usted? —

—Bien también — la mujer sonrió amablemente mientras se sentaba en uno de los muebles.

—¿Cómo está ella? — preguntó Alaric refiriéndose a la pequeña que aún no nacía siquiera.

—Si quieres puedes preguntarle — el niño sonrió.

—¿Cómo estás Zoe?. Ayer vine a buscarte para dar un paseo, pero tu mami no estaba — el pequeño habló mientras miraba el vientre de la mujer muy atento.

Los demás miraban la escena con demasiada ternura. No era la primera vez que el pequeño "hablaba" con su mate.

—Te traje un chocolate, espero que lo disfrutes — le tendió un chocolate a la mujer y está lo tomó con mucha alegría.

—Gracias Alaric — la mujer agradeció mientras abría el dulce y le daba un mordisco, saboreando el rico sabor dulce del chocolate, era su favorito y al parecer de su hija también.

Pasaron unos minutos y el niño aún seguía hablando con Zoe, aunque ella no podía responder le daba unas buenas pataditas al vientre de su mamá. Siempre lo hacía, desde que Alaric comenzaba a hablarle.

—Es hora de irnos Alaric — la madre del pequeño Alpha habló y fue recibida por un tierno puchero por parte de su hijo.

—Solo un momento, quiero despedirme de Zoe — pidió y la mujer asintió.

El niño volvió a posar su mirada en la embarazada, con una mirada pidiendo permiso de poder tocar su vientre y la mujer accedió.

—Nos vemos Zoe, mañana vendré a buscarte y vamos a dar un paseo por el parque, te compraré un helado de fresa, tu favorito — dijo mientras tocaba con sus pequeñas manos el vientre de la mujer.

No era primera vez que lo hacía y no era primera vez que visitaba a la familia. El pequeño venía siempre que podía venía a visitar a Zoe.

—Nos vemos luego — el niño se despidió de los padres de su mate y salió detrás de su madre.

—Mamá —

—Si? —

—¿Cuándo nacerá Zoe?. Tiene demasiado tiempo ahí — dijo cruzándose de brazos.