Capítulo 1. Habitación compartida.

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POV MARIZZA

- ¡Cuidado con mis valijas idiota! -Grité antes de que Pablo pudiera darles una patada. El gil iba hablando con una mina que acababa de conocer en la entrada del motel y no miraba por donde iba.

Eran las 7 de la tarde y me moría por darme un baño y acostarme un rato. Estuvimos todo el día en la casa rodante dando vueltas porque no ubicábamos el motel, y para colmo Mía y Manuel habían discutido, así que por cortesía de sus gritos y los llantos de Candela me llevé de regalo un lindo dolor de cabeza. Estoy de muy mal humor y lo último que necesito es que este imbécil termine por sacarme los nervios.

Pablo me miró con el ceño fruncido, la chica a su lado nos observaba con curiosidad.

- No me iba a chocar con ellas, sabía muy bien por dónde iba. ¿Por qué no las pones a tu lado? ¿Tanto te cuesta ocuparte de tus propias cosas? Están aquí en medio tiradas.

- Que yo vea la recepción no es un sitio muy amplio y mis cosas ahí no molestan a nadie. Vos deberías de comenzar a mirar por dónde andas, no se te notaba muy atento como decís -le eché una mirada a la chica a su lado.

La chica me miró de arriba a abajo y Pablo como respuesta rodó los ojos antes de poner el brazo sobre sus hombros y mirarla de vuelta.

- Ni caso, ¿de dónde decías que sos?

Se alejaron y solté un suspiro. Realmente no entiendo como este idiota siempre se lleva a la chica que quiere. En cambio, yo no hacía más que pensar en lo mucho que lo odiaba y en la banda. Quería que la banda fuera a más, que consiguiéramos al fin el disco que siempre deseamos, y noto que cada vez estamos más cerca de conseguirlo. No quiero que decaigamos ahora.

Y bueno, tampoco quiero que Pablo siga jodiéndome como me jode cada día. No lo entiendo, de verdad. Un día se preocupa por mí y parece interesado en tenerme cerca, y al otro me tira como agua sucia. Yo no soy ninguna muñequita de su propiedad para que juegue conmigo así, y parece que no lo comprende. O no se aclara, qué se yo.

- Listo, tenemos las habitaciones -Manuel apareció a mi lado con las llaves y me sacó de mi ensoñación- ¿Cómo anda Benito?

- Ni idea. He estado aquí en medio esperando desde que llegamos, solo quiero subir y darme un baño cuanto antes.

Benito había empezado a tener fiebre hacía una hora, además de escalofríos y muchos mocos. De reojo observé como Pablo y esa chica comenzaron a reírse por algo que él le había dicho.

- Voy a buscarlo a la casa rodante, tomá la llave. La 102 es la tuya.

Sin decir nada agarré la llave y a su vez levanté mis valijas para comenzar a subir las escaleras, sin mirar atrás. Dejé todo en medio del cuarto y cerré la puerta para comenzar a quitarme la remera. Quedaban unas horas para el show que íbamos a hacer, así que podría dormir un poco.

- ¡Marizza abrí, tenemos que hablar de algo! -empezaron a tocar la puerta y escuché la voz de Manuel.

- ¿Qué pasa ahora? -me volví a colocar la remera y abrí la puerta- ¿Qué querés Manu?

- Benito sigue mal -no me agradó la cara de tensión que traía.

- ¿Y? -lo miré sin comprender.

Habitación compartida [Pablizza - Erreway 4 Caminos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora