Cap.4: Ceremonia.

2.2K 191 82
                                    

—Es tan... perfecto...— murmuro mientras observaba detenidamente las acciones del moreno.

—¿Hablas enserio? — dijo Jean, medianamente molesto, ya que Levi no prestaba atención a sus palabras —Literalmente está deshollejando a un jabalí a sangre fría— agito su mano delante de los ojos del azabache —Levi... estoy enseñándote, presta atención, sino, no lograras hablar con el adecuadamente, tampoco te adaptaras bien—.

Levi le miro algo aburrido y asintió —Esta bien...—.

Jean le observo —Tienes buen aspecto— el azabache asintió —¿Te has... adaptado bien? —.

—Porque me preguntas esas cosas—.

—No lose Levi... tal vez porque hace un mes invadimos tu país, te trajimos con nosotros, el rey de Noruega te embarazo y ahora eres su omega, ¿Algo brusco si lo cuento de esta forma verdad? —.

—Tú me dijiste que tenía que ir a por ese alfa, y eso hice ¿Qué tiene de malo que lo miré? —.

—Nada de malo, créeme... pero Levi, que seas el omega del rey de toda Noruega no te pone a salvo, incluso te pone más en riesgo, la envidia abunda, y créeme que hay mucha, aquí y en muchos reinos, ¿no crees que muchos más anhelan tu puesto?, solo te pido que no confíes nadie, además de Eren... en nadie Levi—.

Levi abrió su boca para contestar, pero no salieron palabras, más bien se sonrojo —El omega de Eren...— sujeto sus mejillas y cerro sus ojos, sonriente.

—¿¡Le prestaste atención a lo que dije al menos!? —.


***


Jean me había advertido, pero, no sentía a nadie que quisiera lastimarme en este lugar, todos, tanto hombres como mujeres, siempre me mostraban una sonrisa, me obsequiaban cosas y se mostraban voluntarios a hacer cualquier petición mía, los niños pasaban de mi al momento en que me negaba a jugar con espadas de madera y las niñas me llenaban las manos de ramilletes de flores.

Cada vez se me daba mejor el lenguaje, pero, no era sencillo.

No extrañaba mi hogar, no extrañaba a mi padre, tampoco a mis pretendientes, la pobreza, la injusticia, las personas que nos odiaban por no compartir nuestros alimentos, ni nada de eso, era feliz, en este lugar, en el que solo había paz, en donde mirara, lo encontraba hermoso.

Estaba embarazado, en estos momentos un bebe crecía dentro de mí, y eso debería aterrarme, pero no lo estoy... de repente me hace ilusión la idea de darle a una pequeña parte que saldrá de mi todo lo que no tuve, toda esa atención maternal que necesite.

Además, el bebe no era solo mío, era de Eren también, el hombre que creían que era infértil me ha embarazado, y el —al igual que yo— esta ilusionado con este embarazo.

Sin duda todo paso demasiado rápido, pero agradezco la rapidez en que se me entrego tanta felicidad, desde una ciudad que me quiere, un hombre que me ama, y una situación en la que no me aterre ni arrepienta de tener un bebe.

Tampoco era como si rondara solo, Jean siempre iba conmigo, y en ocasiones, su nuevo acompañante: era un chico de cabello negro, pecas y siempre sonreía, tenía una buena aura, y aroma hogareño, nos llevábamos especialmente bien, porque él también era de Paris y recibimos las clases de Jean juntos.

Había sido traído aquí por petición de Eren al ver la pobreza de su familia, porque aquel chico que se llamaba Marco, tenía dos hijos pequeños y era viudo.

Hombre Del Norte  ||  [Ereri] 🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora