julio, domingo 18.
dante. dan té. dan–tecito. dan, te cito.
la vida es frágil
hace dos segundos te tenía en mis brazos
mi mente traidora
te borra,
tus ojos claros, tus hermosos ojos claros,
tus tremendas ganas de retozar el mismo patio
treinta veces sin cansarte,
y me desparramo como si no me costara
pero me cuesta todo,
ayer prediqué lo terrible que pasaría hoy
y sin saberlo he cumplido todos mis sueños malos ,
lo único que me ayuda a distraerme son canciones
que inevitablemente me recuerdan daño;
brillaban
y no soporto la idea de que se haya perdido,
y me dabas todo de ti
porque no sabías repartirte
ni ser prudente
ni yo quería tanto enseñarte más que a sentarme a verte,
no entendías nada
pero me encantaba
estar contigo cada mañana
que yo fuera todo para ti,
cuando yo no estaba tú tampoco,
se me caen los mocos,
quien me pueda talar esta ansiedad
que lo haga,
este delirio tortuoso,
paranoia creciente
y la angustia demente, callada,
soy tremendamente torpe,
debí cuidarte con mi vida entera
para que la tuya no se fuera persiguiendo nada,
grabado en piedra oscura, tenso, atropellado,
un dolor a retazos, me merezco esta pena,
me entretengo dormida
la carne del labio me sabe a gangrena
acaricio mi pierna
supliendo tu cabeza
imaginando que se diluye,
la bilis me inunde, me aturde
quiero estar sola en mi pieza
infinitamente
hasta que ya no sienta
o al menos
que todos se vayan hasta que tú vuelvas.
