me gustaría pasearme por tu cabeza, sentarme a mirar los visos de luz que me gustan de ti, las aves revoloteando por la sombra, las arrugas de tus encantos, amaría contemplar tu calidez y tal vez sentirla, y me gustaría besar las cumbres, tus luces, tus tiernos silencios, tus tiempos y tus espacios, deslizarme en las curvas que rodeen los cuadros escénicos que te encuadran.
hoy en el auto pensaba mientras veía un jardín que me gustaría mandarte todos mis poemas (como flores) sobre ti para que me digas qué piensas y si te podría enamorar con esto y lo que queda de mí después: besarte tanto y tanto que en algún momento perdiera yo la noción, cuál es tu labio y cuál es mío. ser de ambos. traspasar cualquier dimensión existente para llegar al estado en el que no sea solo el soporte viejo de una cortina que solo se corre para desplegarse o para derrumbarse o para esconder quién sabe qué. destapar paciente cada capa, acercarse lentamente. que conozcas más de mí y mostrarte eso de ti que yo veía. mi identidad me corresponde y los compromisos que acate a solas serán mi mantra, y tú la manta que me esconda cuando con ello no me alcance. soy nada más que un amante.