De vuelta al plano físico.

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Capítulo catorce.

  ─En medio de la irreversible e inevitable conversación, Matt y Andrew trataban de no salirse de las líneas y mantener la cordura tratando de entender todo muy detallada mente. Mientras tanto, Dazept contaba como había tenido inicio en el lado en paralelo con el universo del presente.

[...]

En el verano de medio año, una tarde de ocaso, una pareja jóven viajaba en un deportivo azul admirando el imponente y llamativo naranja del que se pintaba el cielo. Del lado del copiloto se encontraba el Matt de este universo, una joven atleta reconocida en el mundo de las artes marciales. Estudiante de ingeniería actualmente en segundo semestre. Su prometido era quien conducía. Un joven de cabello negro, ojos grises y pecas en el rostro de rasgos masculinos bastante notorios. Este desvío su mirada del camino que recorría de la autopista y la puso en el rostro de su prometida.

El nombre del individuo era Khaleb Hauston de familia norteamericana. Éste andaba realmente enamorado de la joven y era capaz de entregar su vida si fuera necesario por su futura esposa. En ese momento los ojos de ambos se cruzan y justo, un silencio maravilloso se adueñó de la cabina, pero algo terrible estaba comenzando a suceder.

Khaleb, habia sido capaz de ver un enorme misil que descendía y estaba a punto de colisionar y detonar por su golpe contra el suelo.

Matt pensaba que la mirada del pelinegro habia cambiado muy repentinamente, esta se contagió del miedo y no pudo evitar mirar por la ventana de la puerta al lado de su asiento.

Al voltear la cabeza, notó el trágico evento que se presentaba mas o menos a la distancia de las montañas que quedaban a unos treinta kilómetros.

Fue casi instantáneo. Con la detonación, el chofer pisó chola a fondo para alejarse de la tragedia que se avecinaba.

Los ojos de la pareja joven estaban llenos de miedo. Era como si tuvieran la certeza de que todo iba a comenzar a salir más mal de lo esperado. Los planes de Matt y Khaleb iban a arrojar resultados que quizá nunca se hubieran sabido.

Segundos después, nuevos proyectiles comenzaron a descender apareciendo desde entre las nubes naranja para casi inmediatamente impactar contra suelo. Algunos mas cerca que otros. Pero esto era lo de menos, ya que si no les golpeaba el fuego de las explosiones lo harían las ondas, que ya a la distancia que ya eran inminentes.

Lo que pensó Khaleb no era otra cosa que encontrar un refugio donde nada malo pudiera pasarles. Y este punto se encontraba en las afueras, en las llanuras, donde había una base militar. Hecha para construir bunkers para protegerse en casos extremos, tal como el presente. Así que chola a fondo Khaleb se adentra en lugar árido luego de evadir el desastroso tráfico.

Solo pasaron díez minutos hasta la llegada al frente de la barrera. Matt pensaba que ya era el fin del camino, ya que el pelinegro había detenido la marcha, pero éste seguía buscando soluciones, y la más clara estaba en la pequeña rampa que estaba justo al frente de la cerca, así que sin vacilar, el joven toca el acelerador para ir directo al lomo de tierra, por el que no tardaron en saltar, pero la velocidad no había sido lo suficiente para superar el único obstáculo, por lo que el auto no tarda en golpearlo justo en la mitad.

Sin control, el deportivo cae al interior de la base militar dando vueltas que aparecían casi interminables, pero no lo eran. En sierto momento, el choque final se dá. Ambos estaban realmente heridos, pero quien no podía continuar era el muchacho graduado de ingeniería automotriz.

Con fuertes mareos, Matt trata de hacer volver a su prometido entre sacudidas, repentinamente deja de hacerlo para poner su mano en el pecho de este y no sentir latido alguno. Seguido y con prisa toma su mano tratando de encontrar pulso alguno, pero nada de lo que hacia que la muchacha encontrara una respuesta positiva.

Khaleb estaba muerto, esto habia sucedido luego de recibir un golpe contundente en la frente entre el agetreado movimiento de las vueltas del choque.

[...]

Al descubrir la ausencia de vida de Khaleb, Matt revienta en llanto perdiendo toda esperanza, pero en medio del suspenso y los sonidos estruendosos un grupo de militares llega para sacar a la pareja de la chatarra y llevarles hasta dentro del búnker.

Así era como la amarga vida de Matt tenía una nueva oportunidad. Pero esto había sido solo el inicio y el motivo por el que la joven se había propuesto volverse fuerte. Todo con la meta de poder enfrentar lo que sea que se fuera a presentar. Que a poco tiempo se presenta. Los carroñeros se hicieron sentir con un ataque que acabó con las muertes de un setenta por ciento de los sobrevivientes.

Más tarde, el grupo se hizo más fuerte con el liderazgo de Matt. Y juntos logran dominar su zona por algunos años. Pero su fuerza era la alarma dem verdadero enemigo. Pronto se hicieron objetivo fijo de los Praedo y terminaron siendo atacados hasta que la cabeza del rival terminaba su plan para dar fin a la raza humana. Y así se hizo... Los Praedo llegaron por masa. Cielo y tierra eran de su propiedad e iban a comenzar a hacer vida en suelo ajeno mientras borraban la existencia humana de la tierra. Hasta que se dió.

Matt pensaba que todo habia terminado. Sin embargo, sus ojos son nuevamente abiertos, volviendo de la muerte con una nueva oportunidad, ir a un universo paralelo y ayudar a la gente de un planeta ageno pero que podia sufrir las mismas consecuencias.

[...]

Al volver al plano físico, Matt abre los ojos vestida como se habia despedido de su propio mundo. Con shorts, brasier deportivo y botas rústicas.

Momento antes de iniciar con la misión se dirige a distintos lugares buscando ropa que le sirviera para cubrirse del frio exterior y armas con las que pudiera enfrentar cualquier peligro.

El primer día logra encontrarse a su arma de combate cuerpo a cuerpo favorita. Una katana con acabado de dragón dorado en el mango y dibujos de la silueta del mismo que se extendían a lo largo de la parte contraria del filo.

Tan repentino como su llegada, el sonido agudo de aviso de una bomba prototipo invade el silencio del entorno. Lo que Matt toma como amenaza y de inmediato se cubre con los estantes mas fuertes al fondo de la tienda de objetos y armas asiáticas.

Sin tardar la explosión se deja oír y retumba el lugar para hacerle entrar en peligro de derrumbe. Viendo los pedazos de escombro caer por todos lados, Matt decide salir evadiendo lo que sea que estuviese al frente hasta salir de la planta baja del edificio. Lo que prácticamente le vale de nada, ya que justo frente a la salida de las escaleras se encontraba un grupo de dos hombres y una mujer con armas de cuerpo a cuerpo asi como de municiones esperando para complicar las cosas.

Continuará...

Al Borde De La Extinción ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora