"Entre broma y broma, la verdad se asoma"
-El filósofo de mi papá.
Tercera persona.
La chica seguía con su tarea de quitar el tacto del mismo chico que ahora se hacía llamar su medio-hermano, que la acababa de tocar justo cuando Marcos se fue.
Marcos en su posición se encontraba perdido y más al ver que su hermana ahora se encontraba en cuclillas sentada en el suelo, mientras sus rodillas tocaban sus senos, sus brazos apoyadas en ellas y a la vez su larga cabellera cubría todo, Marcos palmeó sus mejillas y se empezó a preguntar: ¿cuándo rayos empezó a llorar?
El chico quiso darle su espacio debido a la posición que se encontraba, pero lo descartó rápidamente después de cerrar la puerta y dar unos pasos, porque no podía contenerse al saber que ella estaba mal y dejarla ahí, así que sin más se devolvió al cuarto de baño:
-¿Qué va mal, cielo? -preguntó con sumo cuidado.
La chica rápidamente se volteó hacia él y rompió más en llantos, su pecho subía y bajaba, pero honestamente, no se sabe si ella lloraba porque él la acababa de llamar cielo o porque su hermano y probablemente única persona en el mundo que realmente la amaba y se preocupaba por ella, la había visto en medio de una crisis emocional.
Marcos sin preámbulos estrechó la mano para cerrar la regadera y rápidamente entró a la ducha y imitó la misma postura que su hermana menor pero en su caso el estrechó los brazos pegándola más a él sin importarle que toda su ropa se mojara.
-¿Qué sucede, cielo? -volvió
Como si acaso fuese incluso posible su pequeña hermana, lloró con mucha más fuerza, tenía tanto desespero y miedo. Su pecho subía y bajaba de una forma loca como si estuviese corriendo todo un maratón y su nariz estaba tan roja como la de un payaso, los ojos tan pequeños que apenas podía ver por causa de los llantos y su garganta dolía por la fuerza que empleaba.
-Ruth, cariño, escucha -su hermano la tomó por la cara- cualquier cosa que esté sucediendo sólo cuéntalo, voy a ayudarte, lo prometo. Pero si nunca me dices no sé como puedo hacerlo.
>>Es desesperante verte en esta posición y no saber que hacer. Joder, sólo dime que va mal.
-Nada... nada va mal -respondió absorbiendo los mocos- nada, sólo que... he estado teniendo días difíciles, ¿sabes?
-No soy idiota, llevas meses así. Y no puedo comprender que te se sucede. Solo... solo dime que va mal y lo arreglamos -propusó.
Su hermana levantó la cara para verlo directamente conteniendose las ganas de llorar, sabia que tenía que contarle, porque este dolor ya se sentía como la destrozaba pero tampoco se podía arriesgar a perderlo o cambiar la manera en él la mira.
*********
Ruth Esther
Al principio creí que tal vez todo era mi culpa, siempre me autoculpaba por cada evento.
Que era porque llegaba muy temprano del colegio, por usar ropa corta, por tener el cuerpo en forma...
Y luego entendí que no, porque si importar cuanto abrigada iba, cuán tarde, tan afligida o cuán mala era en el acto, el resultado siempre era el mismo.
Muchos odiaran a mi padre, por el simple hecho de permitir que me hicieran esto. Pero yo no lo hago y es algo tan inexplicable porque cuando al final todo pasa, yo sólo quiero que él me abrace y diga: "lo siento cariño".
Ahora me encuentro en el baño, y siento que la cara se me va a caer desde que me di cuenta que Marcos ha estado aquí.
Algo de mi grita que debo contárselo, así las cosas serán más fáciles. Pero no sé cómo va a reaccionar sobre todo esto.
Lo que sí sé es que jamás me dejaría sola, así que aveces no comprendo el miedo a querer contárselo.
Así que aquí vamos otra vez a fingir una sonrisa e inventar una historia que no comprometa el amor de la primer hombre en este mundo que me amado y siempre ha confiado en mí.
-Reprobé literatura.
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Little Heaven.
Teen FictionHistorias extras acerca de la infancia de los hermanos Guerrero.