Little Heaven.

Al final todo se sabe.

"No hay verdad oculta que no se sepa ni en 100 años"

-Mi mejor amiga cuando le negué contarle detalles.

Volviendo al espacio antes de la intervención.

Marcos

He dado mucho espacio, he querido ser respetuoso con el dolor ajeno, pero ya no es más ajeno, es propio y nunca he sido un tipo de rodeos, si algo me incomoda, voy lo resuelvo y ya.

Amo a Ruth Esther pero me tiene acojonado no saber que le sucede y aunque no me importa compartir mi espacio personal con ella, deberás si quiero poder dormir unas 8 horas corridas.

Unas 8 horas y nada más.

Entonces, hasta que no se resuelva todo este pedo, sé que no podré siquiera saber que es dormir decentemente así que de esta semana no pasó sin saber que sucede.

Mamá lo ha notado, ella tampoco es ciega, que ignore toda la situación es otra cosa.

He visto tambien como se ve desgastada en estos días, por oo que posponearé esta temporada en el ballet mientras se recupera.

Luego de salir de las prácticas de básquetbol -A las que casi nunca voy, jeje- iré directo a casa. Ya hablé con mi jefe y entiende que estoy agotado, full.

Durante el trayecto me encuentro en una discusión mental en si debo comprar comida o llegar a la casa directo y adelantar unas horas de sueño.

Al final, decidí llegar a casa. Más tarde iría a comprar algo pero ahora tengo tanto cansancio que me caigo.

Al llegar al barrio, todo se sentía demasiado callado, demasiado extraño, las casas incluso de ser colores alegres se veían en tonos tristes, el sol apesar de estar afuera no alumbraba, el viento traía tristeza, como si fuera un panorama de un funeral.

Al llegar a casa en el parqueo ya había otro auto, uno que ya conocía.

Al llegar a la puerta estaba sin seguro, pero todo seguía en silencio, todos mis sentidos se alertaron y empezaron en buscar de un presunto ladrón que podría estar en casa, ya que Ruth Esther casi nunca trae a amigos.

Me asomé al comedor pero no encontré nada, me equipé de él palo de la cortina, en la cocina tampoco, sin embargo se escuchan unos sonidos distorsionados desde el interior de la casa, como si fuesen alguna especie de golpes.

Sin más preámbulos me dirigí a la sala.

Es cuando lo vi.

Es difícil explicar, creo que nunca podría explicar en plano que sentí, la ira y desasosiego que todo mi cuerpo sintió. Podía sentir mis venas ardiendo, mi cerebro a punto de reventar y es que nunca me ha gustado la violencia pero no me sorprendí cuando mis puños se cerraron con fuerza alrededor del palo de la cortina.

Mi mente solo gritaba una cosa una y otra cosa, ordenándole que hacer, no podía pensar en otra cosa más, ni siquiera podía respirar con todo este fuego que carcomia todo mi ser.

Mis ojos enfocaban una sola escena y mis manos tenían ya fuerza propia, mejor dicho, todo mi cuerpo tenía voluntad propia porque honestamente nunca supe que sucedió hasta que todo sucedió finalmente.

Verlo encima de Ruth abusando literalmente de cada espacio de ella y literalmente lo digo, ya que no es solo el acto sexual que se encontraba, habían golpes y maltratos físicos hasta verbales y honestamente verla soportar algo tan horroroso pero también ver que no ponía ninguna resistencia esta muy... jodido.

¿Lo peor de todo?

Lo peor es que la Ruth Esther que conozco solía dar resistencia a todo en la vida que no le gustaba, a todo. Sin embargo, esta Ruth Esther que está frente a mí, parecía muy acostumbrada a este tipo de cosas y lo poner resistencia.

Y es lo que más me enojó, es que no sé desde cuándo viene pasando, esta es la razón de su miedo, ¿cuánto tiempo estuvo ocurriendo todo esto?

No me permití si quiera pensarlo mucho ya que todos mis sentidos se nublaron y dejé hasta de incluso pensar.

Estaba ciego, ciego de la ira.

En el último instante que reverso con claridad era yo, golpeando una y otra vez a ese animal con mi palo hasta que sangre y sudor nos terminó de bañar.