Tu eres mi presente y Futuro pequeña.

10:CELOS

El resto de la tarde estuve con José, es la única persona que ha logrado sacarme una lagrima por reírme tanto. Fuimos a almorzar luego me dijo que fuéramos a caminar, me llevo a un parque, estuvimos hablando ahí tomando el sol, comimos helado y luego fuimos a cine.

Reviso mi celular, tengo 30 llamadas perdidas de Matt y 15 mensajes de Frank.

Abro los ojos e intento no desesperarme, primero abro los mensajes de Frank.

"Sofia, vente YA"

"Sofia, si no vienes a la oficina Matt nos va a echar a todos."

"Querida, tienes a este hombre echando humo por la cabeza."

No leo más porque sé que todos los mensajes son referentes a lo mismo.

- ¿Qué hora es José?

José revisa su reloj de mano.

-Las 4:10

Tengo tiempo de llegar antes de las 5 a la oficina, me van a echar, por estar de rebelde me van a echar.

-Me puedes llevar a la oficina, me van a echar si no llego antes de terminar el horario laboral.

-Sofia tranquilízate, si quieres yo hablo con tu jefe y le digo que es culpa mía que hayas tardado tanto.

Si José habla con Matt fijo me echan y eso no sería lo peor que podría pasar.

- ¡NO ¡- me doy cuenta de que esa expresión no salió como yo quería, la verdad grite, carraspeo un poco la garganta – Eh perdón, no, tranquilo José, si llego antes de las 5 no habrá problema.

José asiente y caminamos hacia su carro.

Menos mal no estábamos muy lejos de la oficina por lo que tardamos solo 15 minutos en llegar.

-Gracias José, la pase increíble.

-Crees que podamos repetirlo.

-Claro, me encantaría, ya sabes cuál es mi número solo Llámame.

José sonríe me besa la mejilla y salgo del carro corriendo.

En la entrada me encuentro con Frank.

-Dime que aún no me han echado.

-Sofia, te odio, porque no ves los mensajes.

-Estaba siguiendo tus consejos.

-Como se te ocurre seguir mis consejos, sabes que soy malísimo dando consejos.

Lo fulmino con la mirada y lo empujo un poco.

-Te odio.

-Entra a la oficina, dijo que si no llegabas en media hora todos seriamos despedidos.

Suspiro y camino hacia su oficina.

-Suerte querida.

-Te odio.

Toco la puerta, pero no escucho respuesta por lo que tomo valor y entro.

Matt aparta la mirada del computador, iba a gritar, pero cuando me ve cierra la boca y vuelve a mirar el computador.

-Siéntate.

No hablo, solo hago caso, amo mucho mi trabajo y sé que cualquier cosa que haga puede apartarme de él.

Me siento frente donde me indica, pero Matt no dice nada más, quedamos callados por unos 15 minutos más que para mí son eternos, fue un silencio demasiado incomodo, pero él no inicia la conversación, no puedo creer que me haya hecho venir solo para mandarme a sentar.