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-Ya se me está entumeciendo el trasero de tanto tiempo que he estado aquí sentado -se quejaba el príncipe mientras luchaba por mantener la pose que la habían dicho.

-Su majestad debe soportar un poco más. Mire todas estas pinturas -señaló a su alrededor los gigantes cuadro en las altas paredes de la habitación -Cada uno de los herederos del linaje de los Kim tiene una pintura hecha por el mejor de los pintores de la epoca

-Se lo aseguro su majestad, su pintura será igual de gloriosa que la de sus antepasados -decía el pintor -Todavía recuerdo cuando su padre aún no ascendía al trono e hice esa pintura de allí -señaló la pintura del actual Rey Kim.

-¿Y a mi padre también le dolía el trasero como a mí?

-Te ves muy guapo aún así hijo -dijo su madre entrando al salón -Estan haciendo un buen trabajo -miró la pintura sin terminar aún.

-¿Cuándo podré dejar de hacer está clase de cosas? Quiero salir al menos un poco.

-Son tus obligaciones, tu padre también está ocupado. Sabes que el deber que cargas es mucho.

-Lo se, pero... Es solo que quería ver si podía...

-Quieres ver a el hijo de la familia Jeon ¿Cierto?

-Bueno, quiero ir al pueblo a ver qué tal van las cosas, quiero ir tal vez al bosque para distraerme y tal vez, solo tal vez podría ir de paso a la casa de los Jeon -dijo tratando de disimular.

-Dos días ¿Esta bien? -propuso su madre -Tienes deberes.

-Papá y tú querían que conociera a alguien. En ese caso deberían dejarme ir.

-Tu papá hizo un baile para que te enamoraras solo porque un día quería ver una película y terminó viendo Cenicienta.

-Suena a una historia bastante graciosa -rió.

-No te muevas o arruinarás la pintura -regañó la reina.

-Muy bien entonces acepto los dos días.

-No tenías elección de todos modos -dijo en broma.

-Parece que tú viste Blancanieves y aprendiste de la reina malvada -le enseñó la lengua.

Sin duda el príncipe tenía una muy buena relación con sus padres.

{...}

[El mismo día después del baile]

-Agh, por fin llegamos -dijo la hermana del azabache tirándose al piso y tirando las incómodas zapatillas a quién sabe dónde.

-Yo soy el que estuvo en la torpe fiesta toda la noche ¿Y tú estás cansada? -reprochó su hermano.

-Es agotamiento mental conejo, durante toda mi cita estuve preocupada de que algo saliera mal -se reincorporó dirigiéndose hacia la cocina.

-¿Y mamá? -preguntó el azabache.

-Ya debe estar por llegar. Y ustedes dos deben inventarse algo para hacer creer así madre que estuviste ahí -señaló a la joven rubia.

-Solo diremos que el encuentro no se dió y que el Príncipe no eligió a nadie de todos modos -respondió segura.

-No escogió a nadie ¿Estás segura? -miró a Jungkook.

-La abuela se refiere a que había muchas jóvenes lindas y además princesas, realmente es poco probable que no se haya fijado ya en alguien.

[Dos días después]

-Jeongyeon, despierta -decía su hermano mientras le pegaba con las almohadas -Mamá empezó a hacer preguntas.

-Todavía es demasiado temprano, tu responde. Yo necesito dormir.

-No tengo tiempo de lidiar con tus problemas. Mamá vendrá con un valde de agua con hielo si no te levantas, yo voy a salir con Yoongi.

-Esta bien, me levantaré. Vete ahora y deja de interrumpir mi paz interior.

-Nos vemos al rato -se despidió para luego salir del cuarto.

-Un momento -la idea hizo que se levantara y mirara el reloj que estaba colgado en la pared -Todavía son las ocho. Yoongi nunca se atrevería a levantarse a esta hora, el es como un gato que duerme hasta tarde en días libres. ¿A dónde habrá ido entonces? -se preguntó la rubia, pero a fin de cuentas lo olvidó cuando tuve que responder a todas las preguntas de su madre.

Conquistando al príncipe Kim² - versátilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora