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-¿Entiendes que no importa si buscan quién tuvo el teléfon, la ubicación del teléfono o la información del supuesto Kim Taehyung?.Si buscan quien tuvo el teléfono o el número lo más obvio es que obtenga por lo menos una foto de como es, eso es importante. Si con su nombre obtengo información puedo encontrar su punto débil además de Jimin. Si buscan la ubicación del teléfono sabré específicamente dónde está ese imbécil, y capaz, también a Jimin. Boom.

Mi sonrisa no desaparecía, ¿y como no?, tenía pruebas de un sospechoso, pronto tendría información de el tal Kim Taehyung y estoy tomando leche de plátano, nada mejor que eso.

Bueno sí, el tenerte conmigo es mejor que todo.

La leche de plátano me hacía acordar a ti, cuando comprabas muchos para los dos, pero al final siempre terminabas dándome el tuyo y regañándome diciendo que era un bebé llorón, ya que si, hacia berrinches y lo amenazaba que llamaría la atención de todos haciendo el famoso espectáculo de llorar fuerte para que me convides.

¿Sabías que en realidad lo hacía para tener tu atención y no porque quería beber más?.

Nochu!-

-¿Por qué Nochu?.

-¡Porque tus ojos son oscuros como la noche!, cuando la luz de la luna no está...-

Mi sonrisa se hace más grande.

Amo que me llames así.

Mi cara estaba enterrada nuevamente en tu almohada, pensando y esperando a nuevo aviso.

Solo me queda esperar.

Mientras tanto seguiré así, acostado en tu cama y cerrar los ojos, disfrutando de lo que mi mente crea y recuerda.

Crea y recuerda cosas muy bonitas, ¿Por qué?, porque tu estás incluido.

































































































































































Era gracioso ver que yo tuve que ver, solo un poco, de la creación de este mundo. Después de mucho tiempo fue increíble ver que Adán y Eva crearon a través de la lujuria a millones y millones de su especie luego de su pecado.

En el que yo los hice caer.

Caminar entre todos estos apestosos humanos hacia que tenga ganas de vomitar.

No tenía pensado en hacerles nada, no por ahora. Al fin y al cabo puedo hacerlo en cualquier momento, mientras Jehová no supiera.

Miraba atentamente aquella cartera de cuero que estaba en un costado de un callejón, con dinero dentro, mucho, mientras caminaba en una gran ciudad llena de humanos caminando por todos lados, hasta me crucé con una humana mugrosa corriendo con los ojos como un mapache, ropa desprolija, una maletín en mano y la otra con su celular, que lo tenía en su oreja. Supuse que llegaba tarde del trabajo.

En mi otra mano tenía un pequeño sachet de leche de plátano, tomándolo como si nada. Lo había visto en un kiosco y fue imposible no comprarlo con este dinero perdido.

Ángeles caídos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora