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Taehyung visitó a Jungkook cuatro veces durante los tres días que estuvo en observación en el ala médica. Cada vez, SeokJin ya estaba allí, sentado en una silla de respaldo recto al lado de Jungkook como él prometió ser. Taehyung siempre vacilaba en la puerta, ofreciendo un pequeño saludo, y sólo entraba cuando Jungkook se volvía hacia él con esa tranquila sonrisa en los ojos. Jin lo saludaba cortésmente, y Tae se acercaba a la cabecera de Kook, ofreciéndole una sonrisa y un chiste suave.

Jungkook parecía apreciar las visitas, intentando entablar una conversación con Taehyung preguntando por "La señorita Uhura" o sus padres, pero Tae era siempre consciente de que Jin estaba sentado allí mismo, con la nariz metida en su cuaderno pero obviamente escuchando, y nunca se quedaba mucho tiempo. El segundo día trajo un juego de ajedrez, por si Jin dejaba a Jungkook solo durante un tiempo. Pero cuando llegó y encontró a su hermano allí, lo dejó para que jugaran. Era bastante fácil fingir que ésa había sido su intención todo el tiempo. McCoy, cada vez que Taehyung se cruzaba con él en el pasillo, le lanzaba esas miradas de compasión en él.

No podía entender o procesar, y descubrió que no quería hacerlo. En realidad, no quería hacer casi nada.

El procedimiento había salido bien. La droga experimental había asegurado que Jungkook retuviera suficiente sangre para la transfusión, y tanto él como el rey Si Won estaban en vías de recuperación. Young Mi había agradecido a Taehyung por dejar que Jungkook tomara la decisión, se disculpó por su emotividad y por haberlo involucrarlo, y Tae se había limitado a sonreírle, diciéndole que no se preocupara. No había nada de qué preocuparse. Jungkook estaba bien. Jin estaba con él.

Y pronto todos volvieron a ponerse en pie. SeokJin parecía lanzarse de nuevo al cortejo con gusto, llevando a Jungkook a citas cada pocos días una vez que recuperaba las fuerzas, almorzando con él, sentándose a su lado en todos los actos y hablar con él como si fuera la única cosa en el mundo que quisiera hacer. Guiaba a Kook hacia las mesas del buffet con una mano en la parte baja de la espalda de él, le susurró con los labios cerca tocando la punta de la oreja de su prometido, se acercaba lo suficiente para rozar sus hombros cada vez que se encontraban en un grupo de personas.

Taehyung se dio cuenta de que seguía pareciendo poco sincero, aunque conocía tan bien a su hermano que esperaba ser el único que lo notaba. SeokJin siempre tenía una mirada lejana y triste en sus ojos que no cambiaba por muy que se sintiera cómodo con Jungkook. Pero Jungkook aceptaba las pequeñas atenciones de Jin. Escuchaba atentamente cada palabra que decía, asentía y a veces, si Taehyung miraba lo suficiente, podía ver a Jungkook con esa expresión. Un cariño apenas perceptible en las comisuras de los ojos y en los labios. Tae reconocía ese fantasma de sonrisa de la foto de la prensa rosa, la que había memorizado píxel a píxel, y trataba de no permitirse su infundado deseo de ser el único destinatario de algo tan raro. Ante lo que tenía que ser, lo que se había propuesto, lo
que eran sus propios deberes como príncipe y hermano de SeokJin, debería haber sido capaz de soportar el dolor, pero no se hizo más fácil día a día. Sólo parecía empeorar, la sensación de vacío en sus entrañas cuando los veía juntos, la nostalgia casi anhelo que parecía anudarse en su pecho cuando se encontraba a solas con Jungkook, el escalofrío de miedo que se apoderaba de él cuando se permitía pensar, aunque fuera por un momento, en lo que significaba todo aquello.

Todas estas eran señales de advertencia en lo que había resultado ser un camino peligroso, y Taehyung sabía que debería haberlas tenido en cuenta mucho antes, pero todo este tiempo había ido a toda velocidad hacia un único destino. No podría detenerse ahora aunque lo intentara.

Y Dios, lo intentó.

To be wed [JJK + KTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora